Los fuertes vientos complican la extinción de los fuegos en Los Ángeles, que ya han causado 24 muertes
El fuego ha dañado o destruido 12.000 estructuras y mantiene el orden de evacuación para más de 100.000 personas

BarcelonaLos incendios que siguen desbocados en Los Ángeles, después de casi una semana, dejan ya un balance de 24 personas fallecidas y más de 12.000 estructuras dañadas o destruidas, mientras unas 100.000 personas siguen evacuadas. Los dos incendios que se declararon el martes de la semana pasada, considerados ya los más destructivos de la historia de la ciudad, permanecen activos en el barrio costero de Pacific Palisades y en la zona de Eaton, en el norte de la ciudad. En este último murieron 16 personas, y en el de Palisades, ocho, según el recuento de los Bomberos de este domingo. Los otros cuatro incendios que se declararon también en varios puntos de Los Ángeles a lo largo de la semana pasada se han ido dando por prácticamente controlados.
Tras la tregua de las fuertes ventoleras durante gran parte del fin de semana, el viento se está volviendo a reforzar en la zona de los incendios. Este martes la situación meteorológica será especialmente complicada y extrema en la lucha contra los incendios, informa Xavi Segura. Los vientos de Santa Ana se han reforzado en las últimas horas después de la tregua del fin de semana, soplando con ganas sobre todo hoy, con rachas que pueden superar los 60 o los 80 km/h en la zona de Los Ángeles. Incluso los últimos mapas del tiempo indican que en ocasiones pueden superar localmente los 100 km/h, sobre todo en zonas elevadas.
Unos vientos del noreste que soplarán muy secos y recalentados y que empujarán unos incendios que también se ven alimentados por la vegetación muy seca en toda la zona. En definitiva, la perfecta tormenta que hace prever un martes muy difícil para los equipos de emergencia. La Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA) de Estados Unidos alerta de las condiciones "críticas" de este martes y que los fuertes vientos pueden causar "daños en árboles y líneas eléctricas". También avisa de que si se generan nuevos incendios tendrán un "gran potencial de crecimiento y extenderse rápidamente".
El miércoles todavía soplará el viento con ganas en la zona, pero empezará a perder intensidad. Y parece que las condiciones meteorológicas van a mejorar claramente durante la segunda parte de la semana. El gobernador de California, Gavin Newsom, afirmó que todos los edificios dañados por el fuego serán inspeccionados en un plazo de catorce días, para evaluar y documentar los daños en cada propiedad. Muchos residentes han perdido completamente su casa, y muchos de ellos han empezado ya a solicitar ayudas, mientras que los bomberos siguen luchando contra el fuego con ayuda de efectivos llegados desde Canadá y México.
El más extenso es el incendio de Palisades, que ha quemado más de 9.500 hectáreas y que sólo ha sido contenido en un 11%, según datos de los Bomberos. El de Eaton, el más mortífero hasta ahora, está contenido en un 27%. De los otros incendios que se registraron a lo largo de la semana pasada, sólo el de Hurst, en el noroeste de la ciudad, no está todavía apagado por completo, pero el grado de contención es del 89%.
Las escuelas reabren excepto en las zonas evacuadas
"Los vientos combinados con la baja humedad, que genera combustible para el fuego, mantendrán muy elevada la amenaza de incendio en todo el condado de Los Ángeles", decía este domingo la cabeza de los bomberos del condado de Los Ángeles, Anthony Marrone, en una conferencia de prensa. Marrone ha explicado también que al menos hasta el jueves se mantendrán activas la alerta y las órdenes de evacuación, que todavía afectan unas 100.000 personas. Aún así, las escuelas, excepto las situadas en las zonas de evacuación obligatoria, volverán a abrir este lunes, después de cerrar el jueves y el viernes para 429.000 estudiantes del distrito escolar unificado de Los Ángeles.
Estos vientos se conocen con el nombre de Santa Ana y que son muy secos y recalentados. Nacen en los desiertos ubicados en el interior del oeste de Estados Unidos impulsados por el anticiclón, llegando a la costa californiana acelerados tras cruzar las montañas. A esto se le suma el hecho de que actualmente la vegetación está muy seca debido a la sequía que arrastra la zona en los últimos meses, convirtiéndose en un gran combustible para la rápida propagación de los incendios. Todo ello en un contexto de crisis climática que castiga especialmente climas como el de California, similar al del Mediterráneo.
El gobernador de California apuntaba en una entrevista a NBC News que probablemente estos incendios serán el peor desastre natural de la historia de Estados Unidos "en términos sólo de los costes asociados". El analista privado AccuWeather ha estimado que los daños originados por el fuego han provocado pérdidas entre 135.000 y 150.000 millones de dólares.