Estados Unidos

Trump y Biden arrasan en el Supermartes y se preparan para repetir el duelo en las elecciones de noviembre

La victoria de Haley en Vermont ha sido una de las pocas sorpresas de la noche

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Trump, celebrando su victoria en Mar-A-Lago

WashingtonSin sorpresa: Donald Trump y Joe Biden han arrasado en las primarias del Supermartes. Esta cita en el calendario electoral estadounidense, que suele ser decisiva para determinar favorito, solo ha servido para afianzar los liderazgos que ya estaban consolidados. Biden cuenta ya con 803 delegados y Trump 576 para las respectivas convenciones demócrata y republicana, según la última actualización de Associated Press. La reedición de un nuevo duelo entre los dos está encauzada: solo es cuestión de semanas que ambos reúnan a los delegados para ser proclamados candidatos.

Quince estados y un territorio han votado en uno de los Supermartes más descafeinados que se recuerdan. También se han sabido los resultados de los caucus demócratas de Iowa. En el bando republicano se han repartido 863 delegados de 2.429 y en el demócrata 1.420 de 3.934. Hay 11 delegados republicanos de Texas que se asignarán en mayo en la convención estatal del partido. Los delegados son los que decidirán en las convenciones del Partido Demócrata y el Partido República quién será el candidato para competir por la Casa Blanca.

Vía libre para Trump

Texas y California han sido los dos pesos pesados de esta jornada. En el primero se han repartido 161 delegados republicanos y 244 demócratas y en el segundo, 169 republicanos y 424 demócratas. En ambos estados Biden y Trump han ganado con facilidad. El Supermartes ha permitido a Trump hacer lo que hace tiempo quería: dejar sin opciones a su rival Nikki Haley y allanar su camino a la nominación republicana. La noche ha empezado ya mal para Haley. Al poco de cerrarse los colegios de Carolina del Norte, Virginia y Tennessee, el New York Times ya ha situado a Trump como el ganador en estos estados. El único lugar donde Haley ha logrado resistir y ha derrotado a Trump ha sido en Vermont, con el 50% de los votos. La victoria de Haley en ese estado ha sido una de las pocas sorpresas de la noche.

Sin aún saber los resultados de California y Alaska, Trump ya ha salido al escenario para hacer las primeras valoraciones como ganador desde su mansión de Mar-A-Lago: "Ha sido un día increíble". Como ha hecho en anteriores apariciones, también ha cargado contra Biden acusándolo de tener "la peor frontera del mundo" y de la inflación que sufre el país. Avisó de que "el 5 de noviembre está cerca y será recordado como el día más importante de la historia de nuestro país".

Pese a conseguir una segunda victoria contra Trump, la presión hacia Haley para saber si retirará su candidatura crece. Si abandona, tendrá que decidir si apoya explícitamente a su rival. No es una cuestión fácil: si lo apoya, supondrá una contradicción con la imagen que se había creado como candidata anti-Trump; si no lo hace y se mantiene como símbolo de la resistencia moderada dentro del Partido Republicano lo más probable es que sea marginada. Haley siguió el recuento de votos con su equipo a puerta cerrada. De momento tampoco ha hecho ninguna valoración sobre los resultados.

En Colorado, donde hasta ayer el Tribunal Supremo de Estados Unidos no resolvió que Trump podría presentar su candidatura, el magnate ha obtenido más de 60% de los votos. Aunque el caso de su elegibilidad esté ya resuelto, aún le espera una intensa agenda judicial que podría frenarle en su camino a la nominación. El próximo 25 de marzo empezará el juicio de Trump por el caso de Stormy Daniels, por el que el expresidente está acusado de delitos penados con hasta 4 años de cárcel. Esa sombra no parece erosionar la cohesión de sus votados. En las primeras encuestas hechas por la CNN a pie de urna en Carolina del Norte, casi dos tercios de los republicanos aseguran que seguirían viendo a Trump como un candidato apto para la presidencia del país si fuera condenado penalmente.

Biden, líder con una base dividida

Pocos minutos después de que se hayan cerrado los colegios electorales en Virginia y Vermont, la CNN ya ha dado a Biden como ganador en estos estados. A partir de ese momento, el presidente no ha hecho más que ir recogiendo una victoria tras otra tal y como se iban sabiendo el resto de resultados. Sin ninguno de los otros rivales que despunte, el presidente lo ha tenido muy fácil para ir sumando delegados. El único lugar en el que ha perdido ha sido la Samoa Americana. En ese territorio se ha producido la segunda (y última) sorpresa de la noche: Jason Palmer, un candidato completamente desconocido hasta ahora, ha sido el ganador de los caucus demócratas.

Biden no ha celebrado públicamente su victoria, pero sí se ha pronunciado en las redes: “Hoy, millones de votantes en todo el país han hecho oír su voz, demostrando estar dispuestos a luchar contra el plan extremo de Donald Trump de hacernos retroceder”. Su discurso, al igual que el de Trump, ya está enfocándose en las presidenciales de noviembre.

Aunque el presidente no tenía ningún competidor, las bases de votantes más críticos con su política en la guerra de Gaza sí le han aplicado el voto de castigo. O al menos han visibilizado su descontento. Donde más se notó el voto de castigo contra Biden por su apoyo a Israel fue Minnesota. Después de Michigan, Minnesota es uno de los estados con más votantes árabes y Minneapolis, una de sus ciudades, tiene una fuerte base progresista. La campaña esperaba obtener 10.000 votos en blanco y finalmente ha recogido más de 39.000, un 20%.

Dentro de las primarias demócratas los votos asignados a la opción de “sin preferencia” también se traducen en delegados que votarán sin compromiso en la convención de Chicago. En Michigan ya se otorgaron 2. El voto protesta es un síntoma de la fragilidad del apoyo de los jóvenes y los árabes, dos grupos que ayudaron a Biden a ser presidente en el 2020. El líder demócrata tendrá que poner manos a la obra si quiere corregir esta situación de cara a noviembre.

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