Trump firma una orden para dar más poder a Musk en la purga del funcionariado
"El pueblo votó a favor de una reforma gubernamental importante y esto es lo que el pueblo tendrá", dice el multimillonario


WashingtonUna declaración de intenciones en medio del asalto al sistema democrático de Estados Unidos. Elon Musk ha comparecido este martes desde el Despacho Oval, junto a uno de sus hijos y el presidente Donald Trump, para defender los recortes que está llevando a cabo contra los trabajadores federales. El multimillonario insistió en la supuesta legitimidad de las acciones que lleva a cabo su grupo de trabajo DOGE (Departamento de Eficiencia Gubernamental), muchas de las cuales incumplen la legalidad y fueron bloqueadas judicialmente, mientras el presidente firmaba una nueva orden ejecutiva para facilitarle el trabajo.
Musk, que no es un cargo electo sino un asesor de gobierno, ha atacado a los funcionarios diciendo que son una "cuarta rama no elegida". Por el contrario, aseguró que las acciones del DOGE responden a la voluntad democrática: "El pueblo votó a favor de una reforma gubernamental importante y esto es lo que el pueblo va a tener. De eso se trata la democracia".
La realidad es que la incursión que está llevando a cabo Musk dentro de las agencias federales atenta contra los principios de la separación de poderes. El desmantelamiento de la agencia de cooperación internacional USAID es un ejemplo flagrante, ya que su cierre sólo puede aprobarse a través del Congreso. El ejecutivo no tiene competencias y mucho menos un grupo externo como el que lidera Musk. Por mucho que se llame Departamento de Eficiencia Gubernamental, no es un departamento real. De hecho, una jueza ya bloqueó el viernes las licencias administrativas de unos 2.000 funcionarios del USAID. En total, la agencia cuenta con más de 10.000 trabajadores en todo el mundo.
Trump ha pedido a Musk que explicara a los periodistas algunas de las cifras "alocadas" que el DOGE ha encontrado durante sus incursiones. El multimillonario sólo fue capaz de responder con vaguedades y, sin pruebas, afirmó que algunas personas se están "enriqueciendo a costa de los contribuyentes". El propietario de X ha insistido en que los trabajadores federales deben rendir cuentas y el déficit debe ser abordado. A su juicio, las acciones unilaterales del grupo de trabajo hacia la administración son una cuestión de "sentido común" y no una medida "draconiana". Musk está intentando aplicar a los empleados federales el mismo manual que utilizó para despedir a buena parte de la plantilla de Twitter cuando compró la plataforma.
Más poder para Musk
La Casa Blanca ha publicado la orden, bautizada como "implementación de la iniciativa de optimización de la fuerza laboral del Departamento de Eficiencia Gubernamental del presidente", después de la firma. El decreto otorga mayor poder a Musk y codifica las acciones del DOGE. Trump escribe que las agencias federales tendrán que recibir la aprobación del DOGE para poder contratar a más trabajadores. Es decir, Musk tendrá la última palabra en la asignación de contratos. La única excepción es para aquellas agencias involucradas en la inmigración y aplicación de la ley.
El documento establece que sólo se podrá contratar "un empleado por cada cuatro que se despidan". Además, también estipula que el DOGE deberá entregar "un informe mensual de contrataciones" realizadas. Trump exige también a los altos cargos de las agencias colaborar en los recortes de plantilla. "Los jefes de agencia tendrán que emprender de forma inmediata los preparativos para iniciar reducciones a gran escala de la fuerza laboral", expone el texto. El presidente pide que se cumplan unas órdenes de dudosa legalidad, puesto que los funcionarios tienen una serie de derechos y protecciones y no pueden ser despedidos tan fácilmente.
Otra cuestión es el futuro de los empleados federales externalizados a través de empresas contratistas. Cuando se empezó el desmantelamiento de la agencia de cooperación humanitaria USAID, éstos fueron los primeros en caer. De hecho, en el decreto, el magnate urge a "priorizar" los recortes en "todas las oficinas que realicen funciones no ordenadas por estatuto o por otra ley [...], incluidas todas las iniciativas de diversidad, equidad e inclusión de la agencia", así como todas aquellas "iniciativas u operaciones de las agencias" que su administración "cierre".
Conflicto de intereses
Musk, propietario de SpaceX y Tesla –que han recibido millones de dólares en contratos y subvenciones federales–, no ve un conflicto de intereses en liderar el grupo de trabajo que dirige los recortes en agencias que o bien supervisan sus empresas, o bien tienen algún tipo de contrato con ellas. "La transparencia es lo que genera confianza", ha dicho el multimillonario, rechazando la posibilidad. Este mismo martes se ha sabido que habrá opacidad sobre su declaración de intereses y patrimonio, algo poco habitual.
Los enfrentamientos de Musk con agencias y oficinas de la administración gubernamental son suficientemente conocidos, como es el caso la Administración Federal de Aviación (FAA). En reiteradas ocasiones, Musk se había quejado públicamente sobre la agencia por las multas en sus empresas SpaceX y Starlink. El pasado septiembre la FAA le multó con 633.000 dólares por lanzar al espacio misiones con cambios no aprobados. También multó a Starlink después de que la subsidiaria de SpaceX no presentara datos de seguridad antes de lanzar satélites en el 2022. Finalmente, las presiones de Musk consiguieron que el entonces director de la FAA, Michael Whitaker, dimitiera el mismo día que Trump era investido.
Mientras Musk insistía en la "transparencia" del DOGE, Trump ha mostrado su apoyo diciendo que no había ningún problema y que si creyera que hay algún conflicto de interés, no le permitiría hacer lo que está haciendo. El magnate también criticó los bloqueos temporales que algunos jueces ya han empezado a dictar contra el desmantelamiento de las agencias. El republicano ha dicho que recurrirá contra las decisiones judiciales y que si necesita acudir al Congreso para obtener el apoyo, lo hará. Trump cuenta con mayorías ajustadas al Senado y la Cámara de Representantes.
En los últimos días, los colaboradores del DOGE (conocidos como muskovitas) se han extendido por toda la administración: dentro del departamento del Tesoro, de Educación, a la agencia de cooperación internacional USAID ya las agencias que supervisan los programas sanitarios de Medicare y Medicaid. En el Tesoro, los muskovitas consiguieron acceder al sistema de pago, que incluye información confidencial como el número de la Seguridad Social de miles de americanos.
La semana pasada dos jueces federales bloquearon el acceso de Musk a los sistemas de pago del Tesoro. En el caso más reciente, el juez federal de Manhattan no sólo denegó el acceso al líder del DOGE, sino también a todos sus trabajadores. Además, el magistrado ordenó al grupo que "destruyeran de inmediato todas y cada una de las copias de material descargado de los registros y sistemas del departamento del Tesoro".
La reacción de Musk a la orden del juez no se hizo esperar y el domingo publicó en X: "¡Un juez corrupto protegiendo la corrupción! ¡Necesita ser destituido YA!" Asimismo, Trump se sumó a las críticas y dijo a los periodistas a bordo del Air Force One, en ruta hacia la Super Bowl el domingo, que estaba "muy decepcionado" con la decisión del juez, pero que aún les quedaba "un largo camino por recorrer".