Estados Unidos

Trump insiste en la idea de anexionarse Canadá ante su primer ministro: "Nunca digas nunca"

El primer ministro canadiense se reúne con el estadounidense para abordar en la guerra arancelaria

Trump recibe a Carney en la Casa Blanca este martes
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WashingtonEl primer ministro de Canadá, Mark Carney, que logró vencer en las elecciones de la semana pasada gracias al efecto anti-Donald Trump en el país, se ha reunido este martes con el presidente de Estados Unidos. El primer encuentro frente a frente entre los mandatarios se produce en medio de la deteriorada relación entre ambos países vecinos por la guerra arancelaria de Trump y también por sus comentarios sobre anexionarse Canadá. De hecho, ante Carney, Trump ha asegurado que "la frontera entre Canadá y Estados Unidos es una línea artificial".

Bajo un tono amistoso y amable, Trump ha vuelto a expresar sus deseos imperialistas y se ha reafirmado en la idea de anexionarse a Canadá. Inmediatamente después de que el presidente estadounidense haya hecho el comentario, Carney no ha dicho nada. De hecho, cuando a Trump le preguntaron por la afirmación de Carney sobre que Canadá no está en venta, el magnate afirmó: "El tiempo dirá, pero nunca digas nunca".

En reiteradas ocasiones, Trump ha asegurado que Canadá no merece ser independiente debido a su supuesta dependencia del comercio y la defensa con Estados Unidos. Por ello insistió en que debería ser anexionado. Antes de recibir a Carney, el presidente ha afirmado a la prensa que EEUU no necesita "sus coches, su energía y madera" y, en cambio, Canadá "¡necesita TODO de nosotros!".

"Tengo muchas ganas de conocer al nuevo primer ministro de Canadá, Mark Carney. Tengo mucho interés en trabajar con él, pero no puedo entender una verdad muy simple: ¿por qué Estados Unidos está subvencionando a Canadá con 200.000 millones de dólares al año, además de proporcionarles PROTUCIÓN? Social poco antes del encuentro.

En la guerra arancelaria de Trump, Canadá ha sido uno de los países con los que más se ha cebado el presidente estadounidense. En las negociaciones para conceder treguas a los aranceles del 25%, el mandatario siempre adoptaba una posición mucho más dura que con México y de forma constante decía a su vecino del norte que debía convertirse en el 51 estado del país. Actualmente, la escalada comercial ha desembocado en un escenario en el que se aplican gravámenes del 25% a las importaciones canadienses de acero, aluminio y piezas de montaje de vehículos. En cambio, Washington mantiene en vilo a los aranceles del 25% en los bienes que se inscriben en el T-MEC.

Carney llegaba a la Casa Blanca con la difícil tarea de conseguir un equilibrio entre la imagen que ha proyectado dentro de Canadá con la plataforma anti-Trump y el encuentro cara a cara. Los canadienses esperaban ver a un primer ministro que no tuviera miedo de devolver los golpes a su homólogo, pero, dado el talante del republicano, Carney debe mirar dónde pisa. Además, más allá de la tensión entre ambos países, existe el factor sorpresa sobre cuál será la química entre ambos mandatarios.

Trump también responde mucho a estas dinámicas, tal y como pudo verse en la visita del primer ministro francés, Emmanuel Macron, donde la gestualidad jugó un papel clave. Gracias a la buena sintonía que existe entre ambos, Macron tuvo la capacidad de corregir a Trump ante las cámaras y salir prácticamente ileso. En cambio, con la visita del ucraniano Volodímir Zelenski, la reunión acabó con un portazo después de que el presidente y su segundo, JD Vance, se lanzaran contra él.

Por ahora, parece que Carney entra a jugar con mejores cartas que las que tenía su predecesor, Justin Trudeau. En varias ocasiones se había hecho evidente y clara la tensión entre el canadiense y el republicano, que incluso llegó a burlarse de ellos en las redes. Sobre Carney, afirmó el domingo en una entrevista en NBC que "Es un hombre muy agradable, creo".

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