Trump sale del Acuerdo de París y declara la emergencia nacional en la frontera en un alud de órdenes ejecutivas
El presidente también ha indultado a los asaltantes en el Capitolio y muchos de los decretos probablemente serán recurridos


WashingtonUna vez sobre la mesa para dejar claro quién mandará, y para quién lo hará, en los próximos cuatro años. El presidente Donald Trump ha firmado un alud de órdenes ejecutivas después de jurar el cargo con las que pretenden dinamitar el legado de la administración de Joe Biden y que van contra la agenda verde, la inmigración y el colectivo LGTBIQ+. En su regreso triunfal Trump no podía perder la oportunidad de convertir la firma de los decretos en carnaza para alimentar a las bases. En medio del Capital One Arena, el estadio desde el que sus seguidores han visto la toma de posesión, el presidente se ha hecho instalar una mesa y silla para firmar ante ellos las primeras órdenes ejecutivas.
El presidente firmado las órdenes ejecutivas que leía por megafonía su secretario personal Will Scharf. "El primer punto que el presidente Trump firma es la revocación de 78 acciones ejecutivas de la era Biden, órdenes ejecutivas, memorandos presidenciales y decretos", decía Scharf. "Gracias", le respondía Trump con una sonrisa. Con un movimiento de muñeca, el presidente levantaba el documento al aire para que el público pudiera ver su firma estampada. Enloquecido, el estadio coreaba USA y los gritos de fight, fight, fight que el republicano acuñó tras sobrevivir en el atentado de Butler.
En total, en esta primera ronda para el divertimento de sus seguidores, ha firmado un total de ocho: una orden que impide a los burócratas emitir más regulaciones hasta que Trump tenga pleno control del gobierno; otra que congela las contrataciones federales, salvo en casos militares o esenciales; el fin del teletrabajo para los funcionarios; una directiva para que cada departamento aborde el aumento del coste de la vida; dos órdenes sobre la salida de los Acuerdos climáticos de París; y poner fin a la "utilización del gobierno como arma contra los adversarios políticos de la administración anterior".
Una vez ha terminado, el presidente ha salido del estadio para ir a la Casa Blanca donde ha proseguido con la firma de una montaña de órdenes ejecutivas. El republicano ha empezado a estampar su firma en muchos de los anuncios ya realizados durante el discurso inaugural y otras promesas de la campaña: el indulto para 1.600 condenados por el asalto al Capitolio, la declaración de una "emergencia energética" ", la declaración de una "emergencia nacional" en la frontera con México, la clasificación de los cárteles como grupos terroristas, la revocación de la ciudadanía automática para cualquier persona nacida en Estados Unidos, la "protección de las mujeres frente a la ideología transgénero", y la prórroga para la prohibición de TikTok. También aprobó salir de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Todas estas órdenes están ya firmadas, aunque la mayoría seguramente serán llevadas ante los tribunales.
Entre firma y firma, el presidente ha anunciado que pretende imponer aranceles del 25% a los productos importados de Canadá y México el 1 de fiebre y ha expresado sus dudas sobre el alto el fuego en Gaza. "No confío en el alto el fuego en Gaza", aseguró.
La salida del Acuerdo de París y de la OMS son un doble mensaje en clave externa e interna. Es el regreso de la America First a nivel internacional con un Trump que quiere dejar atrás su papel de potencia hegemónica. Trump ya abandonó el Acuerdo de París en el 2017 y ahora lo vuelve como una muestra más de borrar el paquete climático puesto en marcha por su predecesor. "Drill, bay, drill", ha dicho durante su discurso inaugural en referencia a su apuesta por devolver a los combustibles fósiles. Casualmente, la salida de Estados Unidos del acuerdo climático supuso la primera desavenencia entre el presidente y Elon Musk, propietario de la compañía de coches eléctricos Tesla y ahora gran aliado del Trump.
Que EE.UU. pero tampoco resulta una gran sorpresa teniendo en cuenta que Trump sugirió tratar a la covid-19 con inyecciones de desinfectante. Además, uno de sus principales blancos es el médico Antony Fauci por su gestión de la pandemia. la nueva administración, la anticuñas Robert F. Kennedy Jr., avale la decisión.
La serie de decretos que el republicano ha firmado esta tarde en materia migratoria son la base para su plan de deportaciones masivas. Sin embargo, muchas de las órdenes ejecutivas que ha firmado en esta materia tienen pies de barro. La más evidente es la medida en que quiere poner fin al derecho a la ciudadanía por haber nacido en territorio americano. El presidente no puede modificar la naturaleza de la ciudadanía estadounidense porque está regulada por la Constitución, concretamente por la enmienda número 14, que establece que "todas las personas nacidas o naturalizadas en Estados Unidos son ciudadanas".
Hay dos posibles recorridos por esta orden y ambos son igual de largos: o se escala en el Tribunal Supremo, o bien Trump deberá modificar la Constitución, lo que requiere una supermayoría que no tiene en el Congreso.
La declaración de la emergencia nacional en la frontera sur permite a Trump utilizar el ejército en la frontera para llevar a cabo las deportaciones. Es una medida que ya intentó ejecutar en su anterior mandato, pero que se topó con la oposición del Congreso, lo que derivó en un conflicto constitucional. Sin embargo, esta vez el discurso xenófobo del republicano ha calado más dentro de la sociedad norteamericana.
A mediados de enero, la Cámara de Representantes y el Senado adelantaron un proyecto de ley para deportar a personas indocumentadas que hayan sido acusadas o condenadas por delitos menores. El borrador, que amenaza con incentivar las detenciones por perfil racial, no solo pasó la ronda de votaciones con el apoyo de los republicanos, sino también con la adhesión de algunos congresistas demócratas. Por tanto, está por ver cuál será la reacción del legislativo ante la declaración de una supuesta emergencia en la frontera con México.
Mientras tanto, la web del CBP ONE, la página para pedir cita para solicitar asilo, ha dejado de funcionar y ha informado de que "las citas existentes quedaban canceladas". El CBP ONE es el programa de inmigración establecido por el expresidente Joe Biden para que los solicitantes de asilo concertaran una cita con los servicios de inmigración estadounidenses en lugar de cruzar la frontera ilegalmente y pedir asilo ante la patrulla fronteriza. Era uno de los pocos procesos de inmigración legales y ordenados que existían. Trump le ha fulminado, para después decir desde el Despacho Oval que está a favor de la inmigración legal: "Necesitamos gente porque tendremos un montón de compañías que vendrán a trabajar aquí para evitar los aranceles".
Indultos a los asaltantes en el Capitolio
La promesa de los indultos para los asaltantes en el Capitolio es un anuncio que Trump ha querido reservar para los suyos. El presidente ha explicado cómo sus asesores le han aconsejado evitar mencionarlo durante el discurso inaugural para así transmitir una imagen "de unidad". Cuando después el republicano ha explicado la situación a modo de anécdota ante la multitud del Capital One Arena se ha hecho evidente, una vez más, que Trump sólo tiene intención de gobernar para los suyos.
El presidente ha insistido en reescribir ese día como una jornada "pacífica" en la que los condenados por el asalto al Capitolio eran personas como el caso de una "abuela de 76 años fue arrestada porque miraba qué pasaba ese día ". No ha hecho referencia a los miembros del grupo de extrema derecha Proud Boys que fueron condenados por estar en primera línea en los disturbios. Los indultos generales afectan a 1.600 condenados por asalto al Capitolio y se han conmutado las penas de otros. Entre los beneficiarios se encuentra Enrique Tarrio, el ex líder de los Proud Boys, a quien los fiscales describieron como un extremista astuto y combatiente callejero que ayudó a sus compañeros del "ejército de Trump" a iniciar el ataque.
Sólo dos géneros
Para poder empezar la "época dorada", Trump primero necesita deshacerse de la existencia de algunos de los miembros de la sociedad americana que no encajan en sus planes. En su discurso inaugural, Trump ha prometido forjar "una sociedad ciega al color y basada en el mérito. A partir de hoy, la política oficial del Gobierno de Estados Unidos será que sólo hay dos géneros, masculino y femenino". Una vez en el Despacho Oval, Trump ha firmado una orden ejecutiva para "proteger a las mujeres de la ideología radical transgénero". El presidente da por comenzada la siguiente fase de la guerra cultural contra uno de los colectivos más marginalizados.
En Estados Unidos hay unos 1,3 millones de adultos que se identifican como transgénero, así como unas 300.000 personas de entre 13 y 17 años, según el Williams Institute de la UCLA. Trump ha prometido eliminar la tercera casilla de los documentos oficiales, como pasaporte, para dejar sólo la opción de masculino o femenino. Su equipo también ha anunciado el fin de las protecciones para las personas trans en las cárceles federales y para los inmigrantes transgénero bajo custodia estadounidense.
Los colectivos LGTBIQ+ hace tiempo que se preparaban para este escenario y darán batalla a los tribunales. Antes de que Trump llegara al poder ya lo estaban haciendo. La persecución de las personas trans es una realidad desde hace tiempo en estados más conservadores como Tennessee o Oklahoma. A finales de 2024 el Tribunal Supremo empezó a escuchar los argumentos iniciales sobre ley que prohíbe los tratamientos de afirmación de género para los menores trans. La sentencia que dicte el alto tribunal en junio será clave para marcar precedente y determinar dónde están los límites de la ofensiva del nuevo gobierno.
La prórroga de TikTok
El presidente también ha firmado una orden ejecutiva para concederle la prórroga a TikTok. Sin embargo, no está claro que el magnate lo tenga tan fácil para aplicar la prórroga o si realmente tiene autoridad para establecerla una vez ya ha comenzado la prohibición.
La ley preveía la posibilidad de aplicar una prórroga de 90 días una sola vez. Pero, para activarla, es necesario demostrar que el desvinculamiento de TikTok de su matriz china, ByteDance, está en marcha. Entre otras cosas, el presidente debería demostrar en el Congreso que se ha identificado una vía para llevar a cabo la desinversión y presentar pruebas de avances significativos para su ejecución. Por ahora, Trump sólo ha pedido que la mitad de la plataforma sea de propiedad estadounidense.