Trump: "La edad dorada de Estados Unidos comienza ahora"
El nuevo presidente anuncia en su investidura la declaración de "emergencia nacional" en la frontera con México y la expulsión de millones de extranjeros


WashingtonComo todos los días, el reloj ha marcado las doce del mediodía, sin saber que hoy también marcaba el inicio de la segunda era de Donald Trump. Las efigias de anteriores presidentes que decoran la Rotonda del Capitolio han asistido mudas a la toma de posesión del 47º presidente de Estados Unidos, el mismo que instigó a la masa enfurecida que ocupó esta misma sala el 6 de enero de 2021. Congresistas y multimillonarios de las grandes tecnológicas han escuchado como Trump, frente a dos Biblias sostenidas por su esposa Melania y con la mano derecha alzada, ha pronunciado las 35 palabras del juramento del cargo. Es el primer delincuente condenado de toda la historia del país que lo hace.
"La época dorada de Estados Unidos empieza ahora. A partir de ese día, nuestro país prosperará y será respetado de nuevo en todo el mundo. Seremos la envidia de todas las naciones, y no permitiremos que se nos tome ventaja ni un solo día durante toda la administración de Trump. Simplemente, pondré a América en primer lugar", ha afirmado en sus primeras palabras como presidente, después de que JD Vance también hubiera jurado su cargo como vicepresidente.
Los congresistas, expresidentes y multimillonarios tecnológicos han escuchado cómo Trump afirmaba: "Dios me salvó para volver a hacer América mayor". En esta labor mesiánica, el magnate ha anunciado que declarará la emergencia nacional en la frontera con México para empezar con su proceso de deportaciones masivas. Para llevarlas a cabo, el flamante presidente ha asegurado que invocará "la Ley de Enemigos Extranjeros de 1798" y que ordenará a las "fuerzas del orden que utilicen todo el poder inmenso de las leyes federales y estatales" para perseguir las personas migrantes, a las que ha vuelto a tachar de "criminales".
En su primer mandato Trump ya quiso declarar la emergencia nacional con la frontera de México, pero el Congreso se le rebeló. Como consecuencia, el choque derivó en un conflicto constitucional entre los poderes legislativo y el ejecutivo. Ahora, no sólo la mayoría republicana es más proclive a permitir esto, sino también algunos demócratas. La cámara de los Representantes pasó una ley a principios de mes para deportar a migrantes indocumentados acusados o condenados por delitos menores. Y lo hizo con soporte demócrata.
Deshacer el Green New Deal de Biden
El republicano vuelve dispuesto a borrar desde el primer día el paréntesis que ha supuesto la administración de Joe Biden en medio de su reinado. Así, entre las primeras acciones anunciadas se encuentra la de poner fin al pacto verde y el paquete climático que había aprobado el presidente Biden durante su mandato. En este sentido, Trump ha declarado que pondrá en marcha una emergencia nacional energética para volver a apostar por una economía de los combustibles fósiles mientras los incendios de Los Ángeles, uno de los peores en la historia de la ciudad, todavía acaban de quemar.We will drill baby drill!" ("perforaremos,baby, ¡perforaremos!"), ha sido el lema que ha repetido desde la Rotonda del Capitolio. "Podrá comprar el coche que desee", ha dicho, en alusión a los incentivos que el plan de Biden daba para comprar coches no contaminantes.
Ocho años después de hacer el retrato más oscuro de Estados Unidos, el presidente ha vuelto a conjurar la imagen de una nación en "declive". La diferencia es que esta vez los supuestos años oscuros del país terminan con su presidencia: "Para los ciudadanos americanos, el 20 de enero de 2025 es el Día de la Liberación".
Rendición de cuentas
A una corta y dolorosa distancia, la vicepresidenta Kamala Harris y el propio Biden han tenido que escuchar cómo Trump prometía "equilibrar la balanza de la justicia" y poner fin a la "violenta e injusta militarización del departamento de Justicia y del gobierno". Minutos antes de que terminara su presidencia, Biden había firmado indultos para toda su familia por miedo a las promesas de venganza del republicano. Hillary Clinton también ha sido testigo de cómo el republicano volvía al poder tras derrotar a otra mujer. Quien no quiso revivir la escena fue Michelle Obama, que dejó solo a Barack Obama en su deber como expresidente.
Borrar las personas trans
Las constantes citas a Dios y su papel en la nueva administración de Trump no son simples exageraciones. El nuevo presidente también ha avanzado que pondrá fin a todas las políticas LGBTIQ+ que tanto han criticado a los movimientos ultraconservadores en el país. "A partir de ahora, será la política oficial del gobierno de Estados Unidos que sólo existan dos géneros: el masculino y el femenino", ha afirmado el presidente, borrando de una sola vez la existencia de las personas trans y queer en los registros oficiales.
Del mismo modo, ha prometido poner fin a las políticas de diversidad, equidad e igualdad (DEI) para restablecer una sociedad que supuestamente esté "basada en el mérito". Para restablecer el orgullo americano que según él se ha perdido, Trump también ha anunciado que rebautizará el golfo de México como el "golf de América" y ha insinuado que "recuperará" todo el dinero que dio a Panamá con la construcción del canal. Hace tan sólo unas semanas, el republicano hizo explícitas sus aspiraciones expansionistas sobre el canal de Panamá.
Las aspiraciones expansionistas han contrastado con la promesa de ser un presidente "pacificador y unificador". "Vamos a construir el ejército más fuerte que el mundo ha visto nunca", ha prometido. Justo en esa misma sala donde pronunciaba estas palabras, hace dos semanas el país se despedía de Jimmy Carter, que sí será recordado por su activismo humanitario.
Marte, el nuevo hito
Elon Musk, flanqueado por Jeff Bezos y Mark Zuckerberg, ha oído cómo el magnate también prometía "llevar la bandera [de Estados Unidos] a nuevos horizontes". "Vamos a perseguir nuestro destino a las estrellas y pondremos las barras y estrellas sobre el planeta Marte", ha afirmado el magnate. Tanto Musk como Bezos tienen empresas espaciales.
"No seremos conquistados, no seremos intimidados, no seremos vencidos y no fracasaremos. A partir de ese día, Estados Unidos de América será una nación libre, soberana e independiente. Nos mantendremos firmes con valentía. Porque somos americanos , el futuro es nuestro y nuestra edad de oro acaba de empezar", ha afirmado con enfática rotundidad.
La bandera del Capitolio, que se suponía que debía estar a medio palo por la muerte del expresidente Jimmy Carter, estaba izada por completo. Trump ya dijo que no quería que su investidura estuviera deslucida por las banderas a media asta. El frío extremo ha privado al republicano del calor de sus seguidores, que han tenido que conformarse con seguir la ceremonia por las pantallas del Capital One Arena, el mismo estadio donde este domingo Trump prometía acabar con "el declive americano" y borrar el legado de su predecesor Joe Biden. El demócrata no se ha esforzado en disimular el arco caído que dibujaban sus labios durante la ceremonia.
El republicano ha gozado de todos los honores que él negó a su predecesor hace cuatro años. El presidente saliente y su esposa, Jill Biden, han recibido a Trump y Melania para la tradicional ceremonia del té antes de la investidura. "Bienvenido a casa", ha dicho Biden. En un último acto de servicio, el demócrata también ha indultado preventivamente al comité que investigó el asalto al Capitolio y algunas de las probables primeras víctimas de la venganza de Trump: el doctor Anthony Fauci, el médico que gestionó la pandemia, el general retirado Mark Milley, que lo calificó de "fascista", y la republicana Liz Cheney, quien fue crítica con él.
Sobrevivir a los dos intentos de asesinato imbuyó a Trump de la creencia de haber sido elegido por la providencia divina para enderezar el rumbo del país. La victoria en las urnas gracias a unos seguidores ciegamente leales que se alababan de votar a un delincuente alimenta la sensación de impunidad. La sentencia emitida por el Tribunal Supremo que otorga inmunidad total al presidente por los actos oficiales le convierte en un mandatario por encima del bien y el mal. El magnate se siente intocable, los astros parecen estar alineados para que pueda ser el "dictador" que prometía.
La primera presidencia de Trump en 2017 marcó el camino para todos los movimientos de ultraderecha a escala global. Sus cuatro años al frente de la Casa Blanca fueron claves para empezar a erosionar los consensos sociales respecto a la igualdad entre hombres y mujeres, el rechazo al racismo o bien el reconocimiento de que las personas tienen derecho a existir sea cual sea su orientación sexual o identidad de género. Derechos que se habían conquistado después de años de luchas sociales vuelven a estar en entredicho por el avance del populismo.
El republicano recupera ocho años después el poder con una sociedad completamente polarizada gracias a haber roto estos consensos sociales. No sólo dentro de Estados Unidos: el reclutamiento de Musk al servicio de la causa ultra y el resto de multimillonarios de Silicon Valley está acelerando este proceso de ruptura.
La sociedad civil del 2017 le hizo un pulso a Trump con una de las mayores manifestaciones de la historia de Estados Unidos: medio millón de personas protestaron al día siguiente de la toma de posesión del presidente. El pasado sábado la resistencia contra el magnate salía a la calle, pero más deshinchada y con la crisis que ha supuesto su regreso. La manifestación, que quería reeditar la histórica Marcha de las Mujeres de hace ocho años, congregó el sábado a unas 50.000 personas, una décima parte del medio millón de los asistentes del 2021.