Alemania se añade a Estados Unidos y autoriza a Kiiv a atacar territorio ruso con su armamento

La condición de Washington y Berlín es ceñirse, sólo, a la zona fronteriza de Járkov, donde Moscú ha abierto un nuevo frente

Un soldado ucraniano descansa en la cubierta de un tanque en algún punto del frente de Donetsk.
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WashingtonParece que la presión del secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, ha surtido efecto. El gobierno de Joe Biden este jueves y el de Berlín este viernes han autorizado finalmente a Ucrania a atacar directamente a Rusia con armamento de Estados Unidos, tal y como avanzaron el jueves en Politico varios funcionarios de la Casa Blanca. Según esta información, Washington habría dado luz verde en secreto a Kiiv para realizar ataques limitados contra el territorio ruso cercano a la frontera con la región ucraniana de Járkov, donde las tropas del Kremlin han abierto recientemente un nuevo frente.

La decisión es relevante y puede empezar un nuevo capítulo de la guerra. Moscú llevaba días amenazando con consecuencias si los aliados occidentales, sobre todo EEUU, decidía dar este permiso a las tropas de Volodímir Zelenski. "El presidente ha ordenado recientemente a su equipo que garantice que Ucrania puede utilizar armas estadounidenses con fines de contraataque a Járkov, de modo que Ucrania pueda responder a las fuerzas rusas que les atacan o se preparan para atacarlos", apuntó un funcionario estadounidense en Politico.

Como en el caso de la autorización parcial de la Casa Blanca, las tropas de Zelenski también podrán utilizar las armas suministradas por Berlín para defenderse de los bombardeos lanzados desde el interior de Rusia contra la misma región fronteriza de Járkov . "Estamos convencidos conjuntamente de que Ucrania tiene el derecho, garantizado por el derecho internacional, a defenderse de estos ataques", ha afirmado este viernes el portavoz de Olaf Scholz en un comunicado. "Para ello, también puede utilizar las armas suministradas para este fin de acuerdo con sus obligaciones legales internacionales, incluidas las que suministramos nosotros".

Pero el riesgo de una mayor escalada evita, de momento, que ni Estados Unidos ni Alemania permitan ataques de más largo alcance dentro de territorio ruso. En la práctica, esto implica que los ucranianos tienen permiso para utilizar cohetes y lanzacohetes de los aliados sólo contra las unidades que se encuentran al otro lado de la frontera que separa a ambos países. El ataque a objetivos civiles queda también descartado.

Debate en la OTAN

Éste, de hecho, ha sido el gran tema de debate y división esta semana entre los aliados de la OTAN. Stoltenberg se hizo suyo el clamor de Volodímir Zelenski, que hace tiempo que pide poder utilizar armamento occidental para atacar a Rusia, y puso la cuestión sobre la mesa. “Ha llegado el momento de repensar algunas restricciones existentes. Los ucranianos tienen las manos atadas”, insistía a principios de semana el dirigente de la Alianza Atlántica. Otros aliados, como Reino Unido, los países bálticos, Polonia y recientemente Francia, remaban en la misma dirección.

Londres, de hecho, fue el primero de los socios de la OTAN en dar permiso a Kiiv para utilizar el armamento británico para atacar a Rusia. “De la misma manera que Rusia está atacando territorio de Ucrania, puede entender perfectamente por qué Ucrania siente la necesidad de asegurarse de que se está defendiendo”, dijo el ministro de Exteriores británico, David Cameron, a principios de mes desde Kiiv. Rusia ya reprochó entonces al Reino Unido –y al resto de miembros de la OTAN– que estaba incentivando una escalada en la guerra en Ucrania.

Amenaza de Moscú

El consenso entre los aliados occidentales había aumentado en las últimas horas, lo que hacía intuir que la luz verde de Washington era inminente. Ante esa perspectiva, Moscú reiteraba ayer las advertencias. “En los últimos días y semanas los miembros de la OTAN, especialmente Estados Unidos y otros países europeos, han entrado en una nueva fase de la escalada de tensiones. Y ha sido de forma consciente”, dijo el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov.

Hasta ahora Washington había evitado tomar esta decisión por miedo a una confrontación directa con un adversario que tiene armas nucleares. Además, EEUU temía que los ataques de Kiiv puedan afectar a algún radar nuclear ruso. Por eso, según Politico, la Casa Blanca ha insistido en las autoridades de Kiiv que se trata de una autorización completamente limitada.

Aunque Stoltenberg pedía a los socios conseguir un consenso común, no se trata de una decisión conjunta. Cada aliado debe negociar unilateralmente con el gobierno ucraniano qué uso puede dar al material armamentístico que le suministra.

A principios de mayo, el ejército ruso abrió un nuevo frente en el noreste del país, en la región de Járkov. El objetivo del Kremlin parece ser la capital de esta región, también llamada Járkov, que es la segunda ciudad de Ucrania. Aunque el ejército de Kiiv ha logrado detener el primer embate de la ofensiva rusa, los combates continúan y los bombardeos contra la capital y las localidades de la región son intensos y prácticamente diarios, hasta el punto de que han provocado un nuevo éxodo interno de personas en Ucrania.

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