Borrell se despide de la UE recibiendo a un 'nein' a romper el acuerdo con Israel

BruselasEl jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, es una de las voces más propalestinas de la Unión Europea y el líder comunitario que se ha erigido en el contrapunto a la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, que tiene un posicionamiento claramente proisraelí. Desde el ataque de Hamás de octubre del año pasado, el líder catalán siempre ha presionado para que el global del bloque comunitario apoye a Palestina y empuje en la medida de lo posible el gobierno de Benjamin Netanyahu a, al menos , respetar el derecho humanitario e internacional.

Sin embargo, los frutos de su lucha han sido más bien escasos. Lo máximo que han logrado Borrell y los gobiernos más propalestinos de la UE, como España, Bélgica o Irlanda, es multar los colonos violentos de Cisjordania y, entre otros, pedir altos el fuego que han quedado en papel mojado. Sin embargo, el dirigente socialista no se ha rendido y ha intentado acercar el bloque comunitario a posiciones más propalestinas hasta el último momento, aun sabiendo que sería en vano.

En este sentido, Borrell ha querido tener un gesto político en el último Consejo de Exteriores que dirigirá, y propondrá en el encuentro ministerial de este lunes en Bruselas que la UE rompa el acuerdo de asociación con Israel , aunque todo apunta a que no va a fructificar. De hecho, en los pasillos de Bruselas todo el mundo da por hecho que la iniciativa no saldrá adelante. "Se necesita unanimidad. No va a salir", admite al ARA una fuente diplomática favorable a romper ese pacto con Tel Aviv.

De hecho, hay varios Estados miembros que están completamente en contra. Y uno de los más destacados es Alemania, que por motivos históricos es uno de los socios europeos más proisraelíes. Su ministra de Exteriores, Annalena Baerbock, ha avanzado ya en declaraciones a los medios de comunicación alemanes que su país votará en contra. Ahora bien, el nein de Alemania no es el único y también es más que previsible que se sumen al resto de aliados defensores del estado de Israel en la UE, como son Hungría, Austria o Chequia.

El argumento de Borrell está claro: ¿de qué sirve mantener esta ventana de diálogo si Netanyahu hace como si sintiera llover? Por eso, pide que al menos el acuerdo vaya vinculado al respeto al derecho humanitario e internacional. Sin embargo, por el otro lado, diferentes delegaciones diplomáticas de Estados miembros consideran que deben mantenerse tantas puertas abiertas a dialogar con Israel como sea posible, aunque hasta ahora no haya resultado demasiado fructífero.

Cabe recordar que el Acuerdo de Asociación de la UE con Israel va mucho más allá del diálogo que puedan mantener por los conflictos armados. Se trata de un pacto eminentemente económico y, de hecho, el blog comunitario es el principal socio comercial de Tel-Aviv.

Por este motivo, hace tiempo que los estados miembros más propalestinos piden poner fin a este acuerdo comercial con Israel mientras Netanyahu incumple el derecho humanitario e internacional. España e Irlanda pidieron a la Comisión Europea de Von der Leyen que anulase el pacto el pasado febrero, pero Borrell, que sabe que no tiene los apoyos suficientes entre los estados miembros, no se ha sumado a la petición hasta su último Consejo de Exteriores de la UE. Es decir, ha querido despedirse con un gesto político en Palestina pese a saber que recibirá otro rechazo por parte de Alemania.

Más apoyo en Ucrania ante el regreso de Trump

En el Consejo de este lunes los ministros de Exteriores de la UE también discutirán sobre cómo seguir apoyando a Ucrania o, ante la incertidumbre que supone en este sentido el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca, sobre la forma de incrementar el envío de ayudas humanitarias y militares a los ucranianos, según informan fuentes diplomáticas europeas. Entre otros, Borrell buscará la forma de desatascar de una vez por todas el préstamo de 35.000 millones de euros que la UE quiere entregar a Ucrania durante los próximos años. De momento, Hungría de Viktor Orbán, que es euroescéptico y próximo al régimen de Vladimir Putin, sigue vetando la iniciativa.