El escándalo de las apuestas sobre el día de las elecciones hunde aún más la campaña de Sunak
La Comisión del Juego investiga a cuatro personas del entorno más inmediato del 'premier' por posible utilización de información privilegiada
LondresEn plena pugna para las elecciones del 4 de julio, el Partido Conservador británico se ha quedado sin director de campaña. El responsable, Tony Lee, ha resultado salpicado por un potencial escándalo que afecta directamente al primer ministro, Rishi Sunak, puesto que cuestiona su determinación a la hora de combatir la corrupción. Oficialmente, Lee se ha tomado una "excedencia" mientras no se esclarecen los hechos. A Rishi Sunak, ya todo el Partido Conservador, la campaña se le está haciendo eterna. Y faltan todavía trece días para la jornada electoral.
Al menos cuatro personas del entorno más inmediato del premier están siendo investigadas por la Comisión del Juego por posible uso de información privilegiada para apostar sobre el día de las elecciones. La semana pasada, su secretario parlamentario, el diputado Craig Williams, admitió como "un error de juicio" haber apostado cien libras sobre la celebración de las elecciones en julio, jugada con la que obtuvo un beneficio de 500 libras.
Y este jueves la BBC informaba que otra candidata tory, Laura Sanders, y su marido, el citado director de campaña, también eran investigados por el mismo motivo. Al mismo tiempo, se conocía que uno de los escoltas que Scotland Yard destina al servicio de seguridad del primer ministro también ha sido suspendido de trabajo por las mismas razones.
El eslogan de campaña de Sunak, "Stop the boats–Paramos las pateras, en referencia a las que llegan a las islas a través del canal de la Manga–, se ha convertido en el juego de palabras Stop the bets (Detenga las apuestas) con las que la oposición ataca por tierra, mar y aire al inquilino de Downing Street.
Tanto es así que el acto que Sunak tenía este viernes al mediodía para presentar el programa conservador en Gales se ha convertido en un continuo bombardeo de preguntas sobre por qué no ha expulsado del partido al menos a los dos candidatos ante las más que crecientes sospechas sobre la legitimidad de sus apuestas. Sunak, como hizo el jueves por la noche en un programa de televisión de la BBC, se ha limitado a decir que está "muy enfadado" y que espera que "cuando acabe la investigación [si los implicados son responsables], se enfrenten en la ley".
Llueve sobre mojado
Lo que también pone en duda que la fecha de las elecciones fuera un secreto bien guardado es que el día antes de que Sunak las anunciara, el pasado 21 de mayo, se produjo una inusual cantidad de apuestas a que las elecciones serían en julio. De acuerdo con el análisis de los datos proporcionados por las casas de apuestas, en esta fecha se jugaron más de 2.700 libras en muy pocas horas, incluidas algunas individuales de más de 400. De las 6.027 libras que se habían apostado a una fecha de julio, en los cinco días previos al anuncio se jugaron 3.594, 2.742 más que justo el día anterior.
Todo ello no ayuda en absoluto a los tories, que viven bajo la amenaza de un descalabro electoral sin precedentes –los laboristas les sacan más de veinte puntos, de media–. Lo mismo premier corre el riesgo de perder su escaño, y si esto ocurriera, sería el primer ministro en ejercicio que no conseguir revalidar el asiento en los Comunes. El escándalo de las apuestas es la última gota que cae sobre un vaso que se derrama prácticamente desde el día en que Sunak anunció la convocatoria. Lo hizo mojándose bajo una intensa lluvia sin que nadie de sus colaboradores hubiera pensado cubrirlo con un paraguas.