Estados Unidos, escenario de la batalla por el alma del catolicismo

Rueda de prensa tras la elección del Papa León XIV, en el Pontificio Colegio Estadounidense de Roma.
09/05/2025
3 min

El papa León XIII dedicó buena parte de su mandato a combatir lo que se llamó "herejía americanista", una tendencia católica liberal surgida en Estados Unidos que aceptaba con agrado la separación entre Iglesia y Estado (que el Vaticano rechazaba) y priorizaba la evangelización sobre el dogmatismo en el siglo XX. compararse, ni en fieles ni en ingresos, con las poderosas diócesis europeas

La antigua poderosa diócesis de Múnich, con 1,7 millones de miembros, en el 2022 tenía sólo un seminarista con 99 . el país que aportaba más dinero, en forma de grano de arena, en la Iglesia católica. Ahora el país que más aporta anualmente, con más de 10 millones de dólares (una suma similar en euros), es Estados Unidos. Ambos continentes americanos representan casi la mitad del catolicismo mundial. Y el nuevo papa, que ha decidido reanudar el nombre del papa antiamericanista y llamarse León XIV, es estadounidense.

Las cosas han cambiado. El catolicismo estadounidense suele relacionarse con el tradicionalismo, frente al "aperturismo" dominante en Europa que encarnó paradójicamente al papa argentino, Francisco. El cardenal conservador Raymond Burke, natural de Wisconsin, ha sido uno de los principales críticos de Francisco en los últimos años. Su enemistad entre ambos era pública y notoria, hasta el punto de que Francisco le desalojó de su apartamento vaticano.

Hay algo que destaca en la jerarquía católica norteamericana, conservadora o no: la relativa transparencia informativa. Los cardenales de Estados Unidos no temen informar, y la enésima prueba de ello ha sido la conferencia de prensa que han ofrecido este viernes para comentar la elección de Robert Prevost como pontífice. No revelaron secretos del cónclave, pero opinaron de manera relajada.

Augurios de cisma entre los conservadores

Quizás esta transparencia permitió a Steve Bannon, el agitador de ultraderecha que dirigió la primera campaña electoral de Donald Trump, estar mejor informado que los vaticanistas europeos. Días antes del inicio del cónclave, Bannon afirmó que el cardenal Robert Prevost era "desafortunadamente" uno de los favoritos para suceder a Francisco y mantener una línea continuista y "progresista". "Esto es bastante sorprendente", explicó, "dado el desprecio con el que tratan [en el Vaticano] la iglesia estadounidense". "La iglesia estadounidense aporta mucho dinero y temen que se haga demasiado poderosa. Realmente nunca han querido un papa estadounidense".

Bannon, católico, se declaró favorable al cardenal guineano Robert Sarah, ultraconservador, llegando a pronosticar que en poco tiempo, "menos de diez años", se produciría un cisma entre los católicos conservadores y liberales.

En las redes sociales han abundado este viernes las críticas contra el nuevo papa León XIV por parte de comentaristas relacionados con Donald Trump. Hubo quien le llamaba "papa marxista". Ha aflorado una y otra vez el tuit con el que el todavía cardenal Prevost respondió a una afirmación del vicepresidente JD Vance, según el cual los recursos disponibles en Estados Unidos debían destinarse a los estadounidenses, y solo lo que sobra podría dedicarse a los inmigrantes. "JD Vance se equivoca: Jesús no nos pide que hagamos prioridades en nuestro amor hacia los demás", decía.

El cardenal Prevost y el gobierno de Donald Trump han mantenido numerosos enfrentamientos en cuestiones como la inmigración y las desigualdades sociales y económicas. Parece probable que en los próximos años la batalla por el alma del catolicismo, entre quienes prefieren hacerlo más social (como hizo León XIII, pese a su "antiamericanismo") y más abierto a mujeres y homosexuales, y quienes tienden al integrismo doctrinal, se desplace a Estados Unidos.

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