El G-7 acusa a Rusia de provocar una crisis alimentaria mundial

Scholz y Putin mantienen una larga llamada telefónica después de un mes y medio sin contacto directo

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Un centro comercial destruido por los bombardeos a Odessa

Dortmund (Alemania)La cumbre de ministros de Exteriores y de Agricultura del G-7 que ha tenido lugar este viernes en Alemania ha puesto énfasis en contener la crisis alimentaria que está provocando la guerra en Ucrania. La jefa de la diplomacia alemana, Annalena Baerbock, ha acusado al presidente ruso, Vladímir Putin, de “querer dividir la comunidad mundial” y de incitar a “una guerra de alimentación” que se ve agravada por los impactos climáticos globales. Rusia está bloqueando los puertos ucranianos y hay 25 millones de toneladas de cereales que no pueden ser exportadas a otros países. La necesidad de este tipo de producto es especialmente extrema en África y Oriente Próximo.

Durante la cumbre se ha debatido como romper este bloqueo. No es nada fácil. En teoría, Occidente podría asegurar rutas marítimas por el mar Negro, pero desde el punto de vista militar esto sería interpretado por Rusia como una participación occidental directa en la guerra. Todos los países del G-7 quieren evitar este escenario. Quedaría por ver si Ucrania podría abrir por su propia fuerza el puerto bloqueado de Odesa. Queda como alternativa plantearse el transporte de cereales por ferrocarril, carretera, ríos o canales. Pero estas rutas tienen menos capacidad y más problemas técnicos. No hay suficientes vagones y los raíles ucranianos tienen una anchura de vía diferente de la utilizada en la UE.

La Comisión Europea está trabajando a la vez en planes correspondientes para facilitar que Ucrania exporte 20 millones de toneladas de cereales en los próximos tres meses. “Necesitamos los cereales en el mercado mundial y Ucrania necesita los silos para las próximas cosechas”, ha subrayado el ministro de Agricultura alemán, Cem Özdemir. En 2021, según datos de la ONU, Ucrania fue el tercer exportador de cebada más grande del mundo y el quinto más grande de trigo. Kiev acusa a Rusia de saquear los almacenes de grano ucranianos y de introducir productos agrícolas en su propio país o destruirlos. El presidente ruso, Vladímir Putin, a su vez, ha anunciado que espera una cosecha de trigo récord este año y que quiere aumentar las exportaciones.

Alto el fuego inmediato

Dmytro Kuleba, el ministro de Exteriores ucraniano, ha llevado a la vez a Alemania, invitado por el G-7, otra lista de deseos muy delicada: la confiscación de activos estatales rusos para destinarlos a la reconstrucción de Ucrania y más armamento. Reino Unido ha concedido que hay que ampliar y acelerar la ayuda militar en Ucrania. Kiev exige la entrega de aviones militares occidentales, cazas de reacción y sistemas de defensa antimisiles. Pero varios países de la OTAN, empezando por Alemania y Estados Unidos, son esquivos a satisfacer estos deseos. La UE, en todo caso, ha avanzado que enviará más tanques y artillería a Ucrania.

El G-7 sabe que necesita a la vez mantener abierto el diálogo con Rusia. En este sentido, el canciller alemán Olaf Scholz y Putin han mantenido este viernes una larga llamada telefónica después de un mes y medio sin contacto directo. Scholz le ha reclamado un alto el fuego inmediato en Ucrania, le ha subrayado que es falso culpar a Ucrania de estar dominada por los nazis y le ha recordado la responsabilidad rusa en la crisis alimentaria global.

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