Borrell anuncia 500 M€ más en armas de la UE para Ucrania

El jefe de la diplomacia europea está decidido a "impulsar" el sexto paquete de sanciones contra Putin

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La cabeza de la diplomacia europea, Josep Borrell.

Bruselas"La receta es más de lo mismo", es decir, más armas, más apoyo financiero y más sanciones contra Rusia. Con la claridad y la elocuencia que lo caracteriza desde que ha estallado la guerra en Ucrania, el alto representante de la Unión Europea, Josep Borrell, ha asistido este viernes a la reunión del G-7, en que ha anunciado 500 millones de euros más en armamento que la UE destinará a Ucrania, una cifra que elevará a 2.000 millones de euros el valor total de armamento que se habrá movilizado a través de los canales puestos en marcha por las instituciones comunitarias. Borrell ha dado por sentado que se hará porque ya tiene el apoyo de los veintisiete estados miembros, según varias fuentes diplomáticas. El presidente de Consejo Europeo, Charles Michel, ha hacho un tuit apoyándole.

Pero lo que todavía no tiene consenso en la Unión es la sexta ronda de sanciones contra Rusia, porque incluyen un veto al petróleo ruso que Hungría, por ahora, no está dispuesta a aceptar. Las negociaciones diplomáticas no se han parado desde que la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, puso sobre la mesa la propuesta, que también implica alargar la lista negra de particulares y entidades y excluir del Swift la principal entidad bancaria de Rusia. Aun así, todavía no se ha podido materializar, cosa que está agrietando la inédita unidad que se había mantenido en las cinco anteriores rondas de sanciones.

Hay varios países europeos que tienen una fuerte dependencia del petróleo que viene de la exrepública soviética, pero Hungría es el que está siendo más duro a la hora de mantenerse en el no. Bruselas ya ofreció de entrada que tanto el país que lidera Viktor Orbán como Eslovaquia tuvieran un periodo de transición más largo que el resto porque tienen más dificultades, pero para Orbán no es suficiente y ahora incluso pide más fondos europeos a cambio. La mayoría de fuentes diplomáticas son optimistas y creen que se podrá llegar a un acuerdo "los próximos días", a pesar de que admiten que sobre la mesa hay incluso la opción de aprobar solo una parte del paquete, es decir, sin el petróleo, para poder avanzar. Esto, claro, haría todavía más evidente la desunión y sería una victoria simbólica para el Kremlin.

Por eso, Borrell también se ha mostrado decidido este viernes a dar un "nuevo empujón político" a las negociaciones en la próxima reunión de ministras de Exteriores, que tendrá lugar el lunes en Bruselas, y en la cual participará el ministro del ramo ucraniano, Dmitró Kuleba. "El acuerdo es necesario y lo tendremos", ha dicho convencido, a pesar de que ha admitido que hay "dificultades técnicas" que hay que superar. Después de un fin de semana seguido de reuniones en que los diplomáticos no consiguieron desencallar la situación, la presidenta Von der Leyen se desplazó hasta Budapest para abordar la cuestión con Orbán, y el presidente francés, Emmanuel Macron, le llamó. Aun así, de momento no se ha conseguido avanzar en una cuestión que no será la más complicada, porque si desligarse del petróleo ruso es difícil para algunos países, todavía lo será más desvincularse del gas, un objetivo que la UE tiene claro, pero que es complicado. Para hacerlo posible, la semana que viene la Comisión Europea presentará una estrategia que prevé un aumento de las inversiones en renovables, entre otros.

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