Zelenski se abre a negociar una "tregua parcial" bajo el "fuerte liderazgo" de Trump
El líder ucraniano está dispuesto a firmar el pacto sobre tierras raras con Washington y Trump dice que "aprecia" su cambio de actitud
Kramatorsk (Ucrania)Al día siguiente de que Washington haya suspendido la ayuda militar a Ucrania, Zelenski afirmó estar preparado para trabajar bajo el "fuerte liderazgo" de Trump para avanzar "hacia una paz duradera". Así lo ha dicho en un comunicado en las redes sociales, en el que por primera vez se muestra dispuesto a aceptar una tregua parcial, en línea con la propuesta del presidente francés Emmanuel Macron. Según detalla el mandatario, la tregua empezaría por la liberación de los prisioneros y un alto el fuego aéreo y marítimo. Esto implicaría la prohibición de misiles y de drones de largo alcance, y la prohibición de bombardear infraestructuras energéticas y civiles, "si Rusia hace lo mismo". Zelenski está dispuesto a "avanzar muy rápidamente en todas las próximas etapas" ya "trabajar con EEUU para acordar un acuerdo final sólido", sostiene.
En su discurso ante el Congreso de Estados Unidos, Donald Trump ha dicho que "aprecia" el cambio de postura de Zelenski. "Agradezco que haya enviado esta carta. Lo acabo de recibir hace un rato", ha dicho, aunque parecía aludir al comunicado emitido por Zelenski en las redes sociales. "Simultáneamente, hemos mantenido negociaciones serias con Rusia y hemos recibido señales fuertes que están preparadas para la paz. ¿No sería bonito?", ha añadido. Sin embargo, no ha hecho ningún anuncio que revierta la congelación de la ayuda militar en Ucrania que anunció la noche del lunes.
This browser does not support the video element.
En su comunicado, Zelenski admite que su reunión con el presidente Donald Trump "no fue como debía ir", pero reiteró el compromiso de Ucrania con la paz y elogió a Trump por haberle proporcionado ayuda militar en el primer mandato del republicano. "Ninguno de nosotros quiere una guerra sin fin. Ucrania está preparada para venir a la mesa de negociaciones lo antes posible para acercar una paz duradera", asegura el líder ucraniano. De hecho, Zelenski incluso calificó de "lamentable" el encuentro con Trump, y mostró voluntad de arreglar las cosas con el republicano: "Es hora de hacer las cosas bien. Nos gustaría que la cooperación y la comunicación futuras fueran constructivas", dijo.
Zelenski, que se ha llevado un fuerte revés desde el encuentro del viernes en la Casa Blanca y el anuncio del lunes de el fin del envío de armamento estadounidense a Kiiv, también ha dicho que Ucrania está dispuesta a firmar el pacto por la explotación de minerales de Washington "en cualquier momento y en cualquier formato conveniente". "Consideramos este acuerdo como un paso hacia una mayor seguridad y garantías de seguridad sólidas, y espero sinceramente que funcione con eficacia", ha dicho.
Ucrania podría resistir sin la ayuda de EE.UU.
Lo que más temían los ucranianos, lo que desde hace tiempo intuían, finalmente ha pasado: la suspensión de la ayuda militar de Washington. Ahora la gran incógnita es cómo seguir adelante y sobrevivir en esta guerra sin un aliado que hasta hace poco se consideraba fiable. Este martes en Kramatorsk, a 23 kilómetros del frente, las sirenas no se han callado ni un momento. Aunque no se escuchan explosiones, la sensación de inquietud se intensifica. No ha sido una mañana: el enemigo ha avanzado tanto en los frentes de Kursk como en el Donetsk.
Los expertos aseguran que la situación no es del todo desesperada. Predicen que, aun sin el apoyo estadounidense, Ucrania podría resistir entre seis meses y un año. Sin embargo, la dependencia de EEUU sigue siendo crítica en ciertos aspectos, sobre todo en sistemas de defensa antiaérea, particular los Patriot. Sólo cinco países en el mundo fabrican estos sistemas y sustituirlos no será fácil. Otro punto vulnerable es el suministro de municiones para los sistemas de lanzamiento de cohetes múltiples, como los Himars. Estos misiles guiados se producen en fábricas estadounidenses, siendo su fabricación altamente sofisticada debido a la cantidad de componentes tecnológicos que requieren. Lo mismo ocurre con los misiles y los sistemas antiaéreos, esenciales para la protección de infraestructuras clave. Además, los cazas F-16 dependen de proyectiles estadounidenses, y la artillería sigue siendo uno de los recursos más necesarios en el frente. Aunque Kiiv cuenta con algunas fuentes alternativas para el suministro de municiones, Europa no podrá cubrir completamente el vacío dejado por EEUU.
El primer ministro ucraniano, Denís Xmihal, ha querido dejar claro a primera hora que el ejército de Ucrania puede aguantar en el 2025 sin ayuda de Estados Unidos, ya que tiene los medios, "el dinero y la liquidez" para seguir combatiendo a las fuerzas rusas, con las condiciones actuales. Según declaró, los ingresos presupuestarios de enero y febrero se alinean con las expectativas proyectadas, lo que permitió financiar las necesidades del ejército. Pero Xmihal también ha buscado la reconciliación con Estados Unidos y ha dicho que están dispuestos a firmar el acuerdo de explotación de los minerales.
Capacidad de adaptación
Pero ésta no es la primera vez que Ucrania afronta una escasez de armamento. Los soldados han aprendido a adaptarse ya ser creativos en el campo de batalla. Hace tiempo que los drones son clave, incluso para reemplazar a los proyectiles de artillería. "Si detectamos a dos enemigos en un campo abierto, no tiene sentido gastar munición. No siempre es fácil calcular la trayectoria si no hay puntos de referencia claros. En estos casos utilizamos un dron FPV y el problema desaparece", explica un soldado en la línea de combate. En el frente la suspensión de la ayuda estadounidense, que se comentaba desde hace tiempo, se traduce en buscar alternativas. Ante la pregunta de cómo afecta a la situación, las respuestas suelen ser las mismas: "Nos toca salir adelante" y "Esta guerra va para largo".
Lessia Bidochko, profesora en la Universidad de Kiiv-Mohila, señala que el bloqueo de la ayuda a Ucrania por parte de los republicanos estadounidenses no ha cogido a nadie por sorpresa. "Desde 2023 lo justificaban con la campaña electoral y juegos políticos, pero las consecuencias ya se veían claras: Ucrania tuvo que ceder territorio y frenar". "Trump presiona a Ucrania con chantajes y ultimátums, pero ¿por qué no utiliza este mismo fervor pacificador ¿contra el agresor?", se pregunta, y alerta de que el supuesto "plan de paz" de Washington no difiere mucho de lo planteado por Moscú. "La única diferencia es la velocidad de ejecución. Putin busca la rendición de Kiiv desde el 2014, y Trump exige que sea inmediata", concluye.
"Esto no es sólo una guerra"
Cada vez más personas comparan la situación actual con la del inicio del 2022. "Entonces resistimos, ahora también lo haremos", dice Marina, una joven de 20 años de Kiiv: "Esto ya no es sólo una guerra, nuestra independencia está en juego". La portavoz militar Anastasia Blixchik confiesa en su cuenta de Instagram que nunca había sentido tanto miedo como ahora. "No tenía miedo porque sabía que al frente estaban los soldados más experimentados. [...] Estas personas estaban dispuestas a luchar hasta la muerte para no dejar adelantar al enemigo. No teníamos ayuda de Occidente, la logística era caótica, los combatientes no eran relevados y comían lo que encontraban en los casas abandonados." Ucrania. Pero estos combatientes ya no están. "Me duele el destino de mi país. Tengo miedo a perderlo", concluye.
Este miedo es compartido por todos los ucranianos esta mañana. De repente la amenaza de perder el país se siente más real que nunca. Y ante la ofensiva informativa sobre el reclutamiento, vuelve a surgir la misma pregunta que hasta ahora no ha encontrado una respuesta efectiva: ¿cómo garantizar una movilización eficaz?
En Kramatorsk la Sabina trabaja en la Cafetería #1, un lugar donde, a pocos kilómetros del frente, incluso los paladares más exigentes pueden disfrutar de un capuccino con leche de plátano. Los soldados van para desconectar de la guerra, y Sabina siempre encuentra palabras para animarles. Pero en confianza confiesa que ya no sigue las noticias. "Me da igual todo. Soy refugiada del pueblo de Dmítrove, cerca de Pokrovsk. Mi casa fue destruida, mi familia lo ha perdido todo", dice con lágrimas en los ojos. El primer día que pasó en Kramatorsk, una bomba guiada cayó en su patio, mató a un vecino e hirió a doce más. "Nuestros soldados mueren, nuestra gente muere. Morimos por el orgullo de los políticos, que no son capaces de encontrar una salida". Se aleja de la barra y desaparece durante unos segundos.