ParísNo hace ni tres meses que fue nombrado, pero el nuevo gobierno francés, capitaneado por Michel Barnier, es en la cuerda floja. Hace semanas que por los pasillos de la Asamblea Nacional se decía que la líder de la extrema derecha francesa, Marine Le Pen, estaba valorando apoyar una moción de censura para derribar a Barnier y sus ministros, pero esta semana el rumor es se ha convertido en una amenaza explícita. "Votaremos la moción de censura con el Nuevo Frente Popular", aseguró este miércoles el diputado del partido de Le Pen, Reagrupamiento Nacional (RN), Jean-Philippe Tanguy.
El argumento que utiliza la extrema derecha para acabar con el ejecutivo es el proyecto de presupuestos para el 2025. Barnier y su equipo llevan días trabajando sin éxito para que las cuentas pasen los trámites parlamentarios. El primer ministro ha advertido que ante la falta de consenso para su aprobación, deberá recurrir al artículo 49.3 de la Constitución francesa, que otorga al gobierno la potestad de aprobar directamente, sin someterlos a votación, algunos textos legales importantes, como los presupuestos. Es como un decreto, pero en el caso francés, el Parlamento no tiene derecho a vetarlo posteriormente.
Los proyectos de presupuestos, pensado para reducir un déficit público que este año superará el 6%, es austero y está lleno de medidas impopulares, como recortes en sanidad y educación y un aumento de la tasa eléctrica. Las medidas de austeridad han sido criticadas por los partidos de izquierdas pero también por la extrema derecha populista de Le Pen. Si Barnier opta por aprobar las cuentas sin pasar por el voto de la Asamblea, los partidos del Nuevo Frente Popular (NFP) ya han anunciado que presentarán la moción de censura.
Presiones internas
Los diputados de Le Pen tendrán la clave para que la moción prospere o decaiga. Si no se suman, no hay posibilidades de que se apruebe. Pero si la extrema derecha vota a favor, los números salen. Barnier y su gobierno caerían.
¿Anunciar que RN votará a favor es una estrategia de presión de la extrema derecha para que el primer ministro se avenga a retocar las medidas que le pide Le Pen y hacer valer su peso parlamentario? Podría ser. Pero según apuntan diferentes medios franceses, esta vez RN estaría dispuesto a derribar el gobierno de verdad. La líder tiene presiones internas: una mayoría de diputados quiere votar a favor. Sin embargo, Le Pen no fue tan contundente el lunes después de reunirse con Barnier. Dejó la puerta abierta a votar a favor de la moción, pero parecía haberle dado al primer ministro margen para rectificar sus presupuestos.
El proyecto de ley debe votar –o Barnier debe activar el artículo 49.3– el 18 de diciembre, aunque el cataclismo podría ser mucho antes. La coalición de izquierdas podría presentar la moción de censura la próxima semana, aprovechando que la comisión mixta vota una de las patas de los presupuestos y que el gobierno probablemente ya utilizará un decreto para aprobarla. "Somos un poco como pavos esperando a Navidad", decía el martes un diputado de MoDem, uno de los partidos pequeños que forman parte del gobierno, citado por France Info.
Amenaza seria
La reacción del gobierno y de Macron en las últimas horas deja entrever que la amenaza de la extrema derecha de derribar al gobierno es seria. diputados macronistas que sin el voto de los socialistas la moción no se aprobará, una forma de presionar al partido más moderado del Nuevo Frente Popular e intentar profundizar en las divisiones del bloque de izquierdas.
El primer ministro, del partido conservador, ha advertido de las consecuencias económicas para Francia si cae el gobierno Los mercados, poco amantes de la inestabilidad política y de las cuentas poco saneadas, podrían reaccionarlo mal. "Probablemente habrá una tormenta bastante fuerte y turbulencias graves en los mercados financieros", avisaba Barnier el martes por la noche en una entrevista en TF1. "Estamos en un momento difícil", advertía. de BFMTV, el 63% de los franceses son favorables a que Macron dimita si se aprueba la moción de censura.
Le Pen se juega el futuro político en los juzgados
Este miércoles se celebró la última sesión del juicio contra la líder de Reagrupamiento Nacional (RN), Marine Le Pen, y otros 24 cargos del partido acusados de malversación de fondos del Parlamento Europeo. Están acusados de haber participado en un sistema ilegal para financiar gastos del partido, sobre todo sueldos, con dinero de la Eurocámara, en un momento en el que la formación estaba muy endeudada y no tenía el peso político que tiene hoy. El tribunal ha fijado para el 31 de marzo del próximo año la fecha en que comunicará la sentencia. Le Pen se juega su futuro político porque podría ser inhabilitada.
En declaraciones a los periodistas, Le Pen insistió en que el proceso tendrá "cero consecuencias políticas" y negó que "las decisiones políticas" que tenga que tomar estén influidas por la posibilidad de ser condenada.
![El primer ministro francés, Michel Barnier, ha presentado su programa ante la Asamblea francesa, este martes.](data:image/svg+xml,%3Csvg xmlns="http://www.w3.org/2000/svg" viewBox="0 0 16 9"%3E%3C/svg%3E)
