Londres une "por seguridad" con un autobús directo a las dos comunidades judías más grandes de la ciudad

LondresNo es un autobús exclusivo, pero en el momento de presentarlo a los medios de comunicación, el alcalde de Londres, Sadiq Khan, puso el énfasis en que la nueva ruta (la 310) "ayudaría" a que los miembros de los dos núcleos judíos más grandes de la ciudad –el de Golders Green, en Barnet, y el de Stamford Hill, en Hackney, ambos en el norte de la ciudad– "se sientan más seguros cuando se desplacen". La apertura de la línea, que cubre 11 kilómetros –en condiciones de tráfico normal, se tarda en completarlos entre 45 y 55 minutos– satisface finalmente las demandas de hace más de quince años del London Jewish Forum y el Board of Deputies of British Jews, asociaciones que representan a diferentes sectores de la comunidad.

Y aunque una de las razones exhibidas es la seguridad, Mendy, de 25 años, ciudadano de Israel y uno de los pasajeros con los que este cronista se ha encontrado en el recorrido de Golders Green en Stamford Hill este jueves, aseguraba que en Londres no se siente "nada amenazado". Pero ha añadido: "Claro, sientes cosas de unos y otros, y piensas que sí, que puede haber problemas, especialmente después del 7 de octubre. Pero vengo a menudo a Londres y nunca he tenido ninguna. Ni antes" , ni ahora".

En todo caso, podrían ser los mismos enredos de los que habla el alcalde Khan, que ha quedado "sorprendido" de las conversaciones que ha mantenido en los últimos meses con integrantes de la comunidad judía. "Estaban asustados por un aumento exponencial del antisemitismo. Me han contado historias de familias que, cuando tenían que cambiar de bus en Finsbury Park para ir de Stamford Hill a Golders Green, o al revés, habían sido víctimas de abusos graves". Con la nueva ruta ya no es necesario realizar el transbordo.

La nueva línea era una promesa electoral de la pasada campaña de Khan, aunque algunas voces críticas han visto una presión de lobis judíos aprovechando las críticas que el alcalde ha recibido de la derecha tory y de sectores prosionistas por las grandes manifestaciones que ha vivido Londres contra la guerra de Gaza en los últimos meses.

Más incidentes antisemitas

Scotland Yard ha registrado 2.065 incidentes de crímenes de odio antisemitas entre octubre de 2023 y julio de 2024. De las 2.065 denuncias, 390 tuvieron lugar en Barnet (el distrito donde se sitúa Golders Green), 277 en Westminster, 250 en Hack donde está Stamford Hill) y 190 en Camden. De acuerdo con estos datos, los delitos de odio antisemitas aumentaron un 278,9% en un año hasta julio pasado. En el mismo período de tiempo, ha habido 3.869 crímenes o asaltos relacionados con la religión, incluidos 1.370 incidentes islamófobos. De acuerdo con la información facilitada por Transport for London, los conductores y conductoras de la línea 310 han recibido entrenamiento sobre cómo hacer frente a una potencial violencia antisemita.

En todo caso, algunos usuarios y miembros de la comunidad judía se han quejado de que la puesta en marcha de la nueva línea ha sido presentada como si el 310 fuera el autobús de los judíos y casi sólo para judíos. Nada más lejos de la verdad, claro. Como en cualquier línea de las casi 700 que tiene la ciudad de Londres, sube todo tipo de gente. Que un buen número puedan ser judíos obedece a la concentración de población de esa religión en los dos barrios que conecta y por los que atraviesa.

Stamford Hill concentra entre 25.000 y 30.000 personas de la comunidad haredim o hasídica: asquenazitas ultraortodoxos que forman el colectivo más numeroso de esta rama del judaísmo en Europa y que siguen una gran observancia religiosa, bien visible por los trajes que lucen. 54 sinagogas, 32 escuelas ortodoxas y comercios de todo tipo dan idea de la relevancia numérica actual de la comunidad en este sitio.

Por el contrario, en Golders Green, de acuerdo con el censo del 2021, la mitad de los 15.000 habitantes son judíos, y sumados a los de las áreas de los alrededores –Finchley, Hampstead y Hendon– alcanzan casi los 35.000. Como símbolo externo más visible, la kippah.

De momento, la línea funcionará todo un año para evaluar su uso. Posteriormente, se decidirá si se mantiene o no. El coste asciende a poco más de 3,5 millones de euros.