La guerra del Atlántico Sur

Milei venera a los militares en la conmemoración de la guerra de las Malvinas

El presidente y la vicepresidenta han evidenciado divisiones en el 42 aniversario del conflicto con Reino Unido

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Un joven prisionero argentino mira la cámara mientras espera a bordo de un barco en el agua de San Carlos para salir de la zona. Fue capturado junto con más de 1.200 personas en Goose Green y Darwin, en las Islas Malvinas, en 1982

BUENOS AIRES“Las Malvinas son argentinas” es una de las consignas políticas más repetidas y de mayor consenso en Argentina, una frase que manifiesta la insistencia del país latinoamericano sobre la soberanía del archipiélago, que se encuentra a 500 kilómetros de la costa, en el océano Atlántico Sur. Los argentinos reivindican su soberanía porque quien administra el territorio desde 1833 y hasta hoy es Reino Unido: poco después de que Argentina se independizara de España en 1816, los británicos invadieron las islas y las llamaron Falkland Islands. Hoy en día impera la ley británica, se habla inglés y la moneda es la libra esterlina. Para Naciones Unidas, las Malvinas constituyen uno de los 17 territorios no autónomos bajo supervisión del Comité Especial de Descolonización. Las consideran un “territorio de soberanía pendiente de definición”: administrado por Reino Unido, pero reclamado por Argentina.

Cuando en 1982 la Junta Militar que gobernaba Argentina se encontraba en horas bajas, el 2 de abril de 1982, el general Leopoldo Galtieri decidió ocupar las Malvinas, las islas Georgias del Sur y Sandwich del Sur, en una demostración de fuerza. La conservadora Margaret Thatcher, entonces primera ministra británica, lo interpretó como una invasión extranjera y respondió con el envío de una expedición naval: la guerra duró 74 días y terminó con la rendición argentina el 14 de junio. A la Dama de Hierro le sirvió para recuperar popularidad en el momento en que estaba más cuestionada y Argentina estableció por constitución que nunca ningún gobierno podía abandonar el reclamo sobre las islas.

El presidente de Argentina, Javier Milei, y la vicepresidenta Victoria Villarruel, asisten a una ceremonia en honor a las víctimas de la guerra de 1982 entre Gran Bretaña y Argentina en las Islas Malvinas.
Soldados argentinos capturados en Goose Green, en las Islas Malvinas, son custodiados por la marina real británica mientras esperan el tráfico fuera de la zona.

Fiesta nacional

El 2 de abril es festivo en Argentina. Se conmemoran los caídos en el conflicto armado en una fecha que, oficialmente, interpela a todos los ciudadanos. Milei ha ordenado que no se haga el desfile militar, esgrimiendo su política de austeridad, una excusa que no ha contentado a la su vicepresidenta, Victoria Villarruel. El presidente ha expresado repetidamente su admiración por Margaret Thatcher, por él "una de las grandes líderes de la humanidad", una afirmación que gran parte de la opinión pública considera incluso ofensiva.

Hija de militar, Villarruel es una firme defensora de las fuerzas armadas, ve la guerra de las Malvinas como una “gesta” y los militares que lucharon en ella como unos “héroes”. Pero son los mismos "héroes" que secuestraron, torturaron y aniquilaron la disidencia durante la dictadura. “Nunca, en el poder, había habido un discurso como el de Villarruel”, explica al diario ARA Darío Barriera, premio nacional de Historia e investigador experto en Malvinas: “Por ella no hay un conflicto entre haber participado en la guerra y al mismo tiempo en la represión, sino que lo entiende como dos cosas encomiables: una es una guerra contra el enemigo externo, y la otra es una guerra contra el enemigo interno”.

En el acto de conmemoración a los caídos de la guerra, Milei ha reiterado un reclamo "real y sincero" sobre las islas, se ha comprometido a tener una hoja de ruta clara para conseguirlo y ha tendido la mano a las fuerzas armadas , con quien quiere iniciar una etapa de “reconciliación” en la “nueva Argentina”. Villarruel le ha acompañado en la ofrenda floral y ambos se han dado un sentido abrazo, mostrando unidad en una efeméride que ella habría celebrado diferente. Sea como fuere, ninguno de los dos discursos representa, para Barriera, un avance: “No puede salir nada interesante, de un negacionista completo y de un discurso de ultraderecha que reivindica la dictadura”.

Veteranos, diplomacia e isleños

El historiador cree que son los veteranos de guerra quienes deberían decidir cómo se conmemora la fecha. En cuanto a la soberanía de las Malvinas, cree que la única vía posible es la diplomática, "completamente ligada a la relación de fuerzas internacional que Argentina pueda establecer respecto del Reino Unido". En este sentido, el historiador Federico Lorenz apunta que el nuevo gobierno “quiere cumplir al pie de la letra el alineamiento con Estados Unidos, cuyo principal aliado en América Latina es el Reino Unido”, por lo que no cree que sea ​​prioritario para este gobierno recuperar el archipiélago, “sino más bien hacer bien los deberes con Estados Unidos”. Barriera añade que nunca debería pasarse por alto la voluntad de un tercer actor: los propios isleños, que no se consideran ni británicos, ni argentinos. "Lo que seguro que no nos llevará a recuperar las islas será repetir ninguna mantra", concluye.

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