OTAN

El Parlamento de Turquía aprueba la entrada de Suecia en la OTAN

El país nórdico aún espera el visto bueno de Hungría

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El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, en la cumbre de la OTAN en Madrid, en junio del 2022.

BarcelonaSuecia ya tiene un pie en la OTAN, después de que el Parlamento de Turquía haya aprobado, finalmente, la entrada del país nórdico en la alianza militar. Supera así uno de los grandes obstáculos del proceso, que puso en marcha hace más de año y medio. Tras la luz verde del Parlamento, el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, debe firmar su ratificación. Pero a Suecia le falta todavía el otro pie para acabar de entrar en la OTAN, porque continúa pendiente de la aprobación de Hungría.

El AKP de Erdogan y su aliado, el ultranacionalista MHP, ya se habían mostrado a favor del ingreso de Suecia en la alianza militar durante un debate previo de la comisión de exteriores, por la que cosa ya se daba por hecho que la cámara baja turca avalaría la propuesta, teniendo en cuenta que estas dos formaciones tienen mayoría.

Estocolmo solicitó el ingreso en la OTAN en mayo de 2022, junto con Finlandia, después de un rápido cambio de posición política respecto a la alineación militar al verse amenazados por Rusia tras la invasión a gran escala de Ucrania. Todo esto parecía un proceso fácil, teniendo en cuenta que ambos países son miembros de la Unión Europea y ya cooperaban con la Alianza Atlántica. Pero el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, le bloqueó, argumentando que ambos países dan refugio a personas consideradas terroristas por Ankara. En abril del año pasado, Finlandia superó ese obstáculo y se convirtió en el miembro número 31 de la OTAN, pero su vecino nórdico quedó estancado.

Suecia implantó una nueva ley antiterrorista en mayo del año pasado y aumentó las penas para las personas que participen en organizaciones terroristas. De este modo intentaba suavizar la posición de Turquía, que acusa a Estocolmo de acoger a miembros del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) y otros grupos kurdos que también considera terroristas, como las Unidades de Protección del Pueblo (YPG) sirias yel movimiento de Fethullah Gülen.

Aunque Erdogan aceptó levantar el bloqueo de Suecia el pasado junio, en la última cumbre de la Alianza Atlántica, el proceso se ha ido alargando. Entre las causas se encuentran las manifestaciones prokurdas y las cremas del Corán en Estocolmo el año pasado, que enfurecieron a Turquía y muchos países del mundo árabe. Según una investigación de la televisión pública finlandesa Yle, tras ese retraso estaría los tentáculos de Vladímir Putin y sus servicios secretos, que idearon un plan para sabotear el acceso de ambos países a la Alianza Atlántica, según confirmó la inteligencia de Finlandia.

Turquía y Hungría son los miembros de la OTAN menos beligerantes con Rusia y se han posicionado a menudo en contra de las sanciones europeas y estadounidenses contra Moscú como castigo por la invasión de Ucrania.

Además, Erdogan ha utilizado el proceso sueco para presionar a Estados Unidos. Turquía negocia la compra de aviones de combate F-16, una transacción prevista desde hace años pero bloqueada por el Congreso estadounidense. "Los avances positivos que esperamos tanto de Estados Unidos en el asunto de los F-16 como de Canadá respecto a sus promesas [de levantar el embargo de armas] podrían ayudar a que nuestro Parlamento tenga una opinión favorable a Suecia. .. Todo está relacionado", dijo el presidente turco a mediados de diciembre. Por el momento, no se ha hecho público ningún avance en esta cuestión.

Pendientes de Hungría

Aunque Turquía parecía el principal obstáculo para Suecia, aún le falta la aprobación de Hungría, que reprocha las críticas de Estocolmo, en la línea de Bruselas, en el estado de derecho y la situación de la democracia en el país centroeuropeo.

Este martes, el primer ministro húngaro, Viktor Orbán, dijo a las redes sociales que había enviado una invitación a su homólogo sueco, Ulf Kristersson, porque visite Budapest para "negociar" el acceso de Suecia a la OTAN. Orbán había asegurado que su país no sería el último en aprobar la solicitud sueca, pero acabará siendo, a menos que Erdogan retrase mucho la ratificación. "No veo ninguna razón para negociar en esta situación. Pero podemos seguir manteniendo el diálogo y discutir aspectos", dijo el ministro de Exteriores sueco, Tobias Billström.

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