El plan español de enviar viejos tanques alemanes a Ucrania incomoda a Berlín

Alemania es reticente a enviar tanques modernos occidentales a Kiev por miedo a represalias rusas

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Maniobres al pirineu de Huesca con un tanque Leopard 2E como los que Defex quería vender en el Arabia Saudí.

Dortmund (Alemania)Una noticia de Madrid ha hecho estar muy incómodo al gobierno de Berlín estos días. El ejecutivo de Pedro Sánchez medita ayudar a Ucrania enviándole viejos carros de combate Leopard, de fabricación alemana. Esta información, publicada en El País, no ha sido confirmada ni desmentida por la ministra de Defensa, Margarita Robles, pero ha provocado llamadas llenas de inquietud de repercusión política. Según el medio alemán Business Insider, funcionarios del estado español se habrían disculpado ante el gobierno alemán por la agitación que habría provocado este plan. En caso de llevarse a cabo, aumentaría mucho la presión sobre el canciller Olaf Scholz, ya muy discutido dentro y fuera del país por su indeterminación a entregar armas pesadas de fabricación occidental de forma directa a Ucrania.

El gobierno español todavía tendría que votar en el ámbito interno si procederá a enviar los tanques, en una cantidad que sería, en todo caso, menor de lo que se ha publicado –se había hablado de 40 unidades, pero como mucho serían una decena, según apuntan fuentes del ejecutivo de Berlín a Business Insider–. Incluso este número de tanques no es seguro porque muchos carros de combate estarían estropeados y se tendrían que rehabilitar en los próximos meses. Pero, de alguna manera, Pedro Sánchez querría posicionarse con Ucrania en el marco de la cumbre de la OTAN que tendrá lugar en Madrid a finales de este mes.

Sobre los preparativos de este encuentro, tienen previsto conversar de forma telemática este jueves el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, el canciller Scholz y la ministra alemana de Defensa, Christine Lambrecht. En principio, se tenían que reunir en Berlín, pero el dirigente noruego ha tenido que cancelar el viaje por enfermedad. Otros puntos de la conversación giran alrededor del reforzamiento de la Alianza en el flanco oriental, así como de la adhesión de Suecia y Finlandia como miembros de la organización atlántica.

Permiso de Berlín

Hasta ahora, ningún socio de la OTAN ha enviado tanques Leopard a Ucrania. En caso de que el gobierno español quisiera ser el primero en hacerlo, tendría que obtener el visto bueno de Alemania en virtud de una cláusula de contratos de armamento según la cual una reventa de este tipo de equipación militar germánica lo tiene que aprobar el ejecutivo de Berlín.

Scholz se ha negado durante meses a entregar Leopards a Kiev. Su gobierno de coalición socialdemócrata, verde y liberal ha subrayado hasta ahora que existe un acuerdo con Estados Unidos, el Reino Unido y Francia para no distribuir tanques modernos occidentales, ante el temor de que el presidente ruso Vladímir Putin interprete este gesto como una intromisión de la OTAN. Si España mantuviera su intención de enviar a Ucrania carros de combate alemanes mientras Scholz niega esta opción, se evidenciaría que la coordinación entre socios no acaba de funcionar.

La presión ante la política armamentística de Scholz es nacional e internacional. Desde el inicio de la guerra, se han reproducido críticas sobre la lentitud y dudas del canciller a la hora de enviar armas pesadas a Ucrania. Estonia no dudó, en cambio, en anunciar enseguida la voluntad de enviar sistemas armamentísticos de la extinta RDA a Kiev. Después, los Países Bajos pidieron distribuir lanzagranadas de producción alemana. Y todo ello desató una reacción en cadena en varios países con peticiones similares.

A Berlín le preocupa que el eventual plan español desencadene ahora un efecto parecido. Esta semana Noruega ha entregado a Ucrania 22 obuses de tanques de combate, además de otra munición y equipamiento. Scholz se ha mostrado más partidario hasta ahora de lo que se denomina intercambio de anillos: países del este de Europa envían a Ucrania tanques de fabricación rusa y reciben, a cambio, recambios modernos de Alemania y otros socios.

Presión interna y externa

El porqué de su reticencia a entregar tanques a Ucrania Scholz no lo ha acabado de aclarar, más allá del razonamiento de que, por razones históricas, Alemania no quiere ser el primer país en enviar armamento pesado a una zona en guerra. A mediados de mayo, el canciller argumentó que se avanzaría con el envío de armas “tanto como sea necesario para apoyar a Ucrania en su defensa”. El mandatario alemán afirmó que en este tema no hay “principios perpetuos”, que se habla de forma regular con los otros países socios y se valora tanto el riesgo como la eficacia militar de los eventuales envíos de armas.

Scholz, en todo caso, podría hacer más para ayudar a Ucrania. Así lo creen otros países de la OTAN, algunos socios liberales y verdes del gobierno de Berlín e incluso la mitad de los alemanes, según una encuesta de la empresa demoscópica Civey, citada por Der Spiegel. Sin la presión masiva desde el extranjero y desde las mismas filas de la coalición del ejecutivo alemán, Scholz no habría entregado ningún tipo de arma a Ucrania. Esto es lo que sospechan representantes de peso de su gobierno, según apunta este medio.

El ministro ucraniano de Exteriores, Dmitró Kuleba, ha dicho, a su vez, al diario italiano La Repubblica: “Hay países de los cuales esperamos envíos, mientras que hay países a los cuales estamos hartos de esperar. Alemania pertenece a este segundo grupo”. Ante las críticas, Scholz ha enfatizado esta semana desde el Báltico, donde se ha visto con los jefes de gobierno de Lituania, Estonia y Letonia, que su país “es uno de los principales apoyos militares de Ucrania”.

Según una valoración de hace un mes del Instituto para la Economia Mundial, solo Estados Unidos, el Reino Unido, Polonia y la UE envían más ayuda militar a Ucrania que Alemania en términos absolutos (no en relación con el PIB de cada país). El gobierno de Berlín ha prometido enviar armas pesadas a Ucrania, pero de momento no han llegado a Kiev.

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