Polonia está cambiando de aliados: ¿Cómo afecta a Europa?

El primer ministro Tusk considera que el mar Báltico es clave para la seguridad de Polonia para hacer frente a la amenaza rusa

Un caza sueco sobrevuela la isla de Gotland en Suecia, en el mar Báltico.
Beatriz Juez
24/10/2025
4 min

BerlínPolonia, considerada durante mucho tiempo como un país de Europa central, mira cada vez más hacia el mar Báltico. Varsovia ha dado en los últimos años un giro geopolítico frente a la amenaza creciente de Rusia y de las divisiones dentro del Grupo de Visegrado –la alianza que conforman la República Checa, Eslovaquia, Polonia y Hungría– sobre la guerra de Ucrania. "El Báltico es clave para la seguridad de Polonia, por lo que debe volver a ser un mar rojiblanco", dijo a principios de octubre el primer ministro polaco, Donald Tusk, evocando los colores de la bandera polaca.

Históricamente, el vector geopolítico de Polonia –situada entre Alemania (o antiguamente Prusia) y Rusia– ha sido oeste-este. Sin embargo, "con una Rusia cada vez más agresiva, Polonia, al igual que otros países de la región, ha constatado que las amenazas no sólo afectan al flanco oriental y la zona más allá de sus fronteras orientales. Las medidas de desestabilización y los posibles escenarios militares también pueden darse, y de hecho ya se han dado, en la región báltica", explica Kai-Olaf Lang, experto de la Stiftung Wissenschaft und Politik (SWP), el Instituto Alemán de Asuntos Internacionales y de Seguridad.

"Por eso Polonia, con su potencial político, económico y militar, está "redescubriendo" el mar Báltico como una zona importante para su seguridad nacional", añade este experto en política europea. La invasión rusa de Ucrania ha cambiado la situación geopolítica de la región y, entre otras cosas, ha hecho necesario buscar nuevas estrategias en materia de defensa y seguridad. Varsovia ha intensificado por ello su cooperación militar y de seguridad con los países bálticos, y especialmente con los nórdicos.

"Con la entrada de Finlandia y Suecia en la OTAN, el mar Báltico se ha convertido en un mar de la Alianza Atlántica", explica Joanna Stolarek, directora de la Heinrich Böll Stiftung en Varsovia, que destaca que Polonia se ha convertido, con su creciente presencia en el Consejo del Báltico, en un actor importante en la región.

Encuentro de ministros de Exteriores de los países bálticos y nórdicos, con la participación de Polonia, en Bornholm.

Lang considera que existen tres factores que han conducido al "giro báltico" de Polonia: la amenaza rusa; el hecho de que Polonia y los estados nórdicos y bálticos sean aliados naturales que comparten la misma mentalidad en lo que se refiere a las políticas hacia Rusia o Ucrania, y que muchas inversiones fundamentales para la seguridad nacional y la economía polaca se estén llevando a cabo en el mar Báltico.

La amenaza rusa creciente también afecta a las infraestructuras críticas situadas en el mar Báltico y en sus alrededores. Los países ribereños del Báltico colaboran entre sí para desarrollar estrategias de defensa adecuadas frente a Moscú.

"Las violaciones del espacio aéreo, las provocaciones con drones o aviones de combate, los daños a infraestructuras críticas como cables submarinos u oleoductos, el tráfico de la flota fantasma de Rusia, pero también la posible acción militar en el ámbito aéreo o marítimo, han incrementado la atención de Polonia sobre la región", señala el experto de la SWP.

Las desavenencias con Hungría y Eslovaquia

Otro factor que ha contribuido al giro báltico de Varsovia son las divisiones internas dentro del Grupo de Visegrado en cuanto a Rusia y le ayuda a Ucrania, ya que tanto Hungría como Eslovaquia han sido más reacios a cortar los vínculos con Moscú desde el inicio del conflicto. "Esto también llevó a Polonia a buscar nuevos aliados que compartieran una visión similar sobre la amenaza que representa Rusia y con los que pudiera cooperar en materia de defensa, protección y política de seguridad", explica Stolarek.

El desarrollo de la región del mar Báltico, clave para la seguridad de Polonia, es una prioridad para el gobierno de Tusk. "Nos estamos convirtiendo, sin exagerar lo más mínimo, en una potencia portuaria en nuestro mar. Es en el Báltico donde se están llevando a cabo los mayores proyectos energéticos de la historia de Polonia: parques eólicos, una central nuclear, grandes inversiones en infraestructuras y la ampliación del puerto. Todo ello nos obliga a pensar en el mar."

Entre los proyectos en el Báltico destacan la terminal de gas natural licuado (GNL) de Świnoujście, el gasoducto báltico que conecta Noruega con Polonia pasando por Dinamarca, y la construcción de una central nuclear y parques eólicos marinos.

Gane quien gane las elecciones polacas del 2027, el giro báltico de Polonia será duradero, coinciden en señalar los dos expertos consultados. "La cooperación con los países nórdicos y bálticos no se verá alterada por los cambios políticos internos, ya que se centra en la seguridad y la defensa. Se trata de ámbitos en los que existe consenso dentro de la política polaca, pese a la polarización en otras cuestiones", concluye Lang.

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