Unión Europea

Suenan las alarmas en Europa: Trump avanza hacia la Casa Blanca

El bloque europeo quiere reducir la dependencia militar y está dispuesto a competir con Washington por la reindustrialización

Trump después de ganar Iowa
03/11/2024
4 min

BruselasLa victoria de Donald Trump de las elecciones del 2017 enganchó a contrapié a la Unión Europea. Nadie lo esperaba y toda la atención estaba concentrada en los resultados del referendo del Brexit. Ahora, sin embargo, la situación es muy diferente y los dirigentes europeos no están dispuestos a tropezar dos veces con la misma piedra. Después de que el magnate neoyorquino arrasara en los caucus de Iowa, los Veintisiete ya se están mentalizando de su probable regreso a la Casa Blanca y quieren prepararse por si deben hacer frente a otro mandato de hostilidad estadounidense, especialmente en plena guerra de Ucrania.

Uno de los primeros dirigentes europeos en remarcar la importancia de no cometer de nuevo el mismo error ha sido el primer ministro belga, Alexander De Croo, en su discurso inaugural en el Parlamento Europeo de la presidencia de Bélgica del Consejo de la UE. "Si en 2024 nos lleva elAmerica first, [...] hay que colocar a Europa sobre una base más sólida, fuerte, soberana y autosuficiente", insistió el líder liberal. Y no ha sido el único. Por ejemplo, la presidenta del Banco Central Europeo (BCE) , Christine Lagarde, también se ha pronunciado en el mismo sentido y en el foro de Davos alertó de que es necesario "estar extremadamente atentos" a las elecciones de EEUU, "anticiparse" y "estar preparados" para un potencial retorno del magnate.

Ahora bien, ¿qué significa prepararse para una potencial victoria de Trump? la protección militar de Estados Unidos, que controla la OTAN, y, por tanto, en materia de defensa está a merced del Pentágono y de sus intereses, que cada vez parecen coincidir menos con los del Viejo Continente. Por este motivo, responde al ARA la investigadora Rebecca Christie del think tank Bruegel, "habría que aumentar el gasto en defensa e incrementar la deuda pública para poder hacerlo, dos grandes medidas a las que los estados miembros hasta ahora se han mostrado reacios".

De hecho, desde que tiene una guerra en sus fronteras, la Unión Europea ya se ha puesto manos a la obra y ha empezado a ampliar su capacidad militar. La Comisión Europea está sacando adelante diferentes medidas para potenciar la industria armamentística de los Veintisiete, y los socios europeos durante los últimos años están ampliando cada vez más el gasto en defensa.

Sin embargo, la amenaza imperialista del régimen de Vladimir Putin ha reavivado a la OTAN. Durante el mandato trumpista la Alianza Atlántica parecía muy debilitada y el propio presidente francés, Emmanuel Macron, llegó a sentenciar que "se estaba presenciando la muerte cerebral" de la entidad militar. Ahora, sin embargo, la UE se ha visto obligada a cerrar de nuevo filas con los aliados transatlánticos. Y, además, no todos los estados miembros coinciden en la voluntad de dejar de depender de la OTAN y EEUU: mientras que los grandes estados como Francia, Alemania o Italia hace tiempo que apuestan por reforzar la defensa europea y alcanzar la ansiada autonomía militar, los países del este de Europa prefieren mantenerse al abrigo del Pentágono.

Guerra comercial y nuevos socios

Más allá de la defensa, Estados Unidos es también el principal socio comercial de la Unión Europea y, a la vez, uno de sus grandes competidores. La administración de Joe Biden, pese a no hacer bandera del proteccionismo como Trump, ya ha salido adelante unas macroayudas multimillonarias para captar nuevas fábricas en EE.UU., lo que va en detrimento de la industria europea. Por supuesto, tal y como apunta el portavoz del think tank Friends of Europe, Dharmendra Kanani, este tipo de medidas se acentuarían aún más con un segundo mandato del magnate republicano, que "no tiene ningún interés en ser socio de la UE".

En este caso, el bloque europeo tampoco piensa quedarse de brazos cruzados y, por ejemplo, ya ha aprobado una reforma legislativa para hacer frente a las políticas proteccionistas de Washington, que hacen peligrar los planes de reindustrialización de Bruselas. De hecho, la semana pasada fue la primera vez que la Comisión Europea aplicó y avaló una ayuda pública de 902 millones de euros de Alemania a la compañía sueca Northvolt, que construirá una planta de producción de baterías en la ciudad alemana de Heide y no en EEUU, donde se habría beneficiado de las subvenciones impulsadas por Biden.

Esta estrategia a corto plazo puede ser positiva para retener o captar inversiones, pero distintos dirigentes europeos piden llegar a acuerdos comerciales con Washington para evitar entrar en una competición de subvenciones públicas entre la UE y EEUU en la que salgan perdiendo ambas potencias. Sea como fuere, de momento, la mayoría de líderes comunitarios han celebrado la iniciativa y han asumido el lema que Lagarde dijo a Davos: "La mejor defensa es un buen ataque".

La guerra ha cambiado la UE

La Unión Europea ahora se siente más valiente para afrontar un segundo mandato de Trump que en 2017. Durante todo este tiempo ha tenido que afrontar una pandemia, la invasión rusa y el chantaje de Moscú con los combustibles fósiles, y ha tomado decisiones que tiempo atrás parecían imposibles. Salió adelante la compra conjunta de vacunas, ha fomentado grandes políticas económicas expansivas con los fondos de recuperación, ha intervenido de forma temporal el mercado eléctrico y, entre otros, ha destinado miles de millones a entregar apoyo humanitario y militar a Kiiv.

Además, independientemente de los resultados de las elecciones estadounidenses de noviembre que viene, la necesidad de ser un blog autosuficiente ya ha dejado de ser una preocupación aplazable, que todo el mundo sabía que tarde o temprano debería ponerse remedio, pero que nadie abordaba ni veía como una prioridad. La autonomía en todos los campos ha pasado a ser urgente y, por eso, el blog está desplegando a marchas forzadas las renovables, y tiene entre ceja y ceja la reindustrialización y llegar a acuerdos con nuevos aliados para no depender únicamente, por ejemplo, de los materiales críticos o la industria tecnológica que llega de China.

En este sentido, tal y como señala el analista del centro de investigación European Policy Center Brooke Moore, las elecciones europeas del próximo junio y los liderazgos que salgan " son cruciales". También es "fundamental la cohesión interna entre los Veintisiete", especialmente para seguir apoyando a Ucrania si EEUU falla, y que la UE no vuelva a despreciar las posibilidades del trumpismo de ganar las elecciones ni de sus capacidades. "Hay que recordar la hostilidad del primer mandato y dar por sentado que si Trump vuelve, será aún más agresivo y efectivo", remarca el experto Dharmendra Kanani.

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