La vidente que multiplica la pizza y se comunica con la Virgen
La justicia italiana investiga por posible fraude a una presunta vidente que triunfa en un pueblecito cerca de Roma
RomaLa cita es el tercer día de cada mes. Desde hace cinco años, centenares de personas de toda Italia se reúnen en Trevignano, una pequeña localidad de poco más de 5.000 habitantes al lado del lago Bracciano, a las puertas de Roma, para contemplar el milagro. Arriba de un cerro convertido en santuario, Gisella Cardia asegura que entra en éxtasis y transmite los mensajes de la Virgen. Anuncios apocalípticos que predicen conflictos bélicos, hambre o desastres naturales. “La guerra llegará también a Europa y especialmente a Roma. Han dado la espalda a Dios, y por eso recogerán sufrimiento y destrucción”, pronosticó la última vez.
“Todo empezó en marzo del 2016”, explicó Cardia a medios locales. La mujer, de 53 años, viajó con su marido al Santuario de la Virgen María de Medjugorje, en Bosnia y Herzegovina, y este hecho le cambió la vida. En este viaje la pareja compró una estatua de la Virgen María, que de vuelta en Italia empezó a llorar lágrimas de sangre. Poco después, Cardia descubrió varios estigmas en sus manos. No fue el único supuesto milagro.
En una entrevista, explicó que había sido testigo de la multiplicación de los peces y los panes en versión italiana. “Estábamos al cerro bendito donde aparece la Virgen María y un amigo nos invitó a su casa. No había cena para 15 personas, solo un plato con algunos ñoquis y un poco de conejo. Para sorpresa de todo el mundo, cuando empezamos a servirlo, la cantidad no disminuía y todos cenamos. Incluso sobró comida”. En otra ocasión, la supuesta vidente explicó el mismo milagro, esta vez con una pizza. “Un día una amiga trajo una pizza pequeña, suficiente para unas tres o cuatro personas, pero en casa éramos veinte. No sé cómo fue posible, pero todos cogimos un trozo y la pizza no se acabó nunca”.
Investigación eclesiástica
La estatua alrededor de la cual se reúnen las multitudes es en realidad una copia de la original que Gisella Cardia y su marido custodian en su casa. Ni siquiera el nombre de la supuesta vidente es auténtico. Su identidad real es Maria Giuseppa Scarpulla, una ex empresaria de Sicilia que se trasladó hace años a Trevignano después de ser condenada en 2013 por quiebra fraudulenta.
La Iglesia, de momento, se mantiene prudente, pero la diócesis de Civita Castellana ha abierto una investigación para confirmar si las lágrimas de sangre que supuestamente llora la Virgen María son de carácter sobrenatural. El obispo Marco Salvi, responsable del territorio diocesano, explicó que el proceso, con acuerdo del Vaticano, había iniciado. “No quiero entrar en detalles para no comprometer el trabajo de la comisión. Tenemos que proceder paso a paso”, dijo.
Aun así, Andrea Cacciotti, un detective privado contratado por varios ex feligreses de la Santona, como se ha bautizado en Italia a la autoproclamada vidente, se ha avanzado y ha analizado las supuestas lágrimas divinas. El análisis confirmó esta semana que se trataba de sangre de cerdo. Según el detective, como mínimo dos personas habrían sido estafadas por la supuesta vidente. Una, Luigi Avella, sostiene haber dado a Gisella Cardia 123.000 euros.
“Tengo que decir la verdad: ni el marido ni ella me han pedido nunca dinero, pero sabía que lo necesitaban porque tenían que comprar material para todas las actividades alrededor de la gestión del milagro, como por ejemplo bancos para los feligreses, un coche, un garaje... Yo pagué todas estas cosas y lo puedo demostrar porque hice transferencias bancarias”, explicó Avella al diario La Stampa. Este abogado de 70 años y ex funcionario del ministerio de Economía reconoce que empezó a distanciarse de la Santona y de su marido cuando la pareja le encargó gestionar los trabajos para cerrar el terreno donde supuestamente se aparece la Virgen María y descubrió que los permisos no estaban en regla.
Los medios italianos sostienen que la supuesta vidente se habría embolsado centenares de miles de euros en donaciones a través de la ONG Madonnina di Trevignano. Después de la denuncia, la Fiscalía de Civitavecchia ha abierto una investigación.