La fábrica de cerveza artesana que ahora hace cócteles molotov contra los tanques rusos
El gobierno ha pedido a la población que fabrique estos artefactos para lanzarlos desde las ventanas
Lviv (Ucrania)En el cuarto día de la ofensiva rusa sobre Ucrania, la gente se esfuerza para mantener alta la moral. Hombres –y también algunas mujeres– hacen cola para alistarse como voluntarios en la Defensa Territorial o para enrolarse en el ejército. Algunos buscan otras formas de participar en la lucha para frenar al invasor: un pequeño productor de cerveza artesana de Lviv, la capital de la Ucrania Oriental, ha decidido transformar su empresa en una fábrica de cócteles molotov. "Fue idea de los trabajadores y no me lo tuvieron que decir dos veces: no podíamos seguir fabricando cerveza en esta situación y decidimos que lo más útil que podíamos hacer era unirnos así a la resistencia", explica Iuri Zastni, copropietario de Pravda (que en ucraniano, como en ruso, significa 'verdad'). La empresa cuenta con 25 trabajadores, hombres y mujeres, que ahora manipulan los explosivos caseros. "Tenemos experiencia en embotellar, pero nos hemos tenido que adaptar: todo tiene que ser muy limpio y seguro para evitar quemaduras", remarca el hombre, de 50 años. Tienen tres bares en el centro de la ciudad; son modernos, con paredes altas llenas de botellas de cerveza ordenadas por el color, el gusto y el grado. Hay de todo tipo.
Zastni dice que tienen ayuda de fuera: "Carlsberg [el fabricante danés de cerveza] nos regala las botellas". Ante nuestra sorpresa, matiza: "Bueno, nos han dicho que nos darán gratis todas las que queramos, se tiene que leer entre líneas".
La fábrica está a tres kilómetros de la ciudad y el empresario no tiene impedimentos al dar la dirección a los periodistas. No parece muy buena idea en un país atacado por tierra, mar y aire. "No me da miedo: los rusos saben que se están fabricando cócteles molotov en casi todas las casas, no somos los únicos", dice el empresario. Y es que el viernes el ministerio de Defensa, que ha repartido 25.000 fusiles kaláshnikov entre los civiles que defienden Kiev, pidió a la población que fabricara las botellas incendiarias caseras para parar el adelanto de los tanques rusos. La consigna es lanzarlas desde las ventanas de las casas.
Podría parecer iluso pretender enfrentarse a un tanque de última generación con una botella de vidrio llenada con gasolina y aceite de motor, y un trozo de tela para hacer de mecha. Pero es en un contexto de guerra urbana. Estos días las redes van llenas de vídeos de tanques en llamas encallados en las barricadas de las calles de Kiev. Las botellas viajan desde Lviv hasta Kiev y se reparten entre los miembros de la defensa territorial, que moviliza a los voluntarios.
Aunque los cócteles molotov se inventaron en la guerra civil española, el nombre se debe a la resistencia de la población finlandesa contra la URSS en 1939, que bautizó los artefactos para enfrentarse a los tanques rusos con el nombre del entonces comisario de Asuntos Exteriores, Viacheslav Mólotov. Pero la historia no se acabó aquí, como recuerda el dueño de la cervecería: "También los usamos en el primero Maidán y en el segundo", dice en referencia a las protestas de 2004 y 2014.
"Lanzarlos no es fácil, porque te puedes quemar, pero tampoco es tan complicado y los ucranianos hemos aprendido". La cervecería ha publicado un mensaje en las redes sociales para agradecer las sugerencias recibidas para encontrar la mejor fórmula para hacer los artefactos: "No somos un gran fabricante, pero somos muy profesionales y hacemos investigación, y no solo en teoría, muchos de nosotros estuvimos en las sangrientas protestas de 2014, en las que derribamos a un gobierno que ahora se esconde en Rusia [el de Víktor Yanukóvich]. ¡La práctica ayuda!".
Cerveza anti-Putin
No es la primera vez en este negocio que la cerveza y la política se mezclan. En el escaparate exhiben estos días una cerveza que crearon hace 8 años y que se llama Putin Huilo, que significa literalmente (aunque suene vulgar) Putin, cabeza de polla. La expresión se originó en los campos de fútbol entre los ultras del Metalist de Járkov, la ciudad del este del país de mayoría rusófona. En la etiqueta de la botella está Putin sentado en un trono con el entonces primer ministro Dmitri Medvédev en el regazo, rodeado de pozos de petróleo y soldados sin identificar.