Golpe de estado en Sudán contra el gobierno de transición

El ejército ha detenido al primer ministro y a varios miembros civiles del gobierno y ha decretado el estado de emergencia

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Manifestantes sudaneses queman neumáticos para bloquear una carreteraa Khartum

El CairoEl ejército de Sudán ha anunciado la disolución del Consejo Soberano, que actúa como jefe de estado, y de su gobierno de transición, después de arrestar de madrugada a varios altos cargos civiles del ejecutivo, incluyendo al primer ministro, Abdallah Hamdok, y a algunos líderes de partidos y organizaciones afines. El golpe de estado ha sido rápidamente respondido por los principales grupos revolucionarios sudaneses, con llamamientos a la desobediencia civil, la huelga general y las movilizaciones populares en la calle para defender la transición civil y democrática que empezó en 2019 con la revolución que derribó el régimen de Omar al-Bashir. Los militares y las organizaciones sindicales y políticas que habían liderado la revuelta habían pactado un consejo transitorio con representación de los dos sectores que se alternaría en el poder hasta la celebración de unas elecciones libres en 2023.

En un discurso retransmitido por televisión a mediodía, el comandante del ejército sudanés y hasta ahora presidente del Consejo Soberano, Abdel Fattah al-Burhan, también ha anunciado la suspensión de varios artículos de la Constitución que preveían el traspaso de poder a los civiles en los próximos meses, y ha declarado el estado de emergencia, ignorado hasta ahora por los manifestantes.

Hamdok ha sido “secuestrado” a primera hora en su domicilio en la capital, Jartum, por un grupo de militares, que lo han trasladado a un destino desconocido, según ha informado la oficina del primer ministro en un comunicado. El ministerio de Información del país, a su vez, había afirmado pocas horas antes en otro comunicado que los soldados se habían llevado a Hamdok de su casa después de que se negara a hacer una declaración de apoyo al golpe de estado. También ha confirmado el arresto de varios ministros y líderes políticos, que la oficina del primer ministro denuncia como "una ruptura del documento constitucional y un golpe contra las conquistas de la revolución”.

Manifestación en la capital de Sudán.

Ante las informaciones sobre los movimientos del ejército, la Asociación de Profesionales de Sudán, que lideró las protestas populares que forzaron la caída de Al-Bashir en abril de 2019, ha hecho un llamamiento a salir a la calle y prepararse para resistir. Decenas de miles de personas se han movilizado en varias ciudades del país, entre ellas Jartum, a pesar de que internet y el teléfono han sufrido interrupciones desde la madrugada, según ha constatado la organización de monitorización de internet NetBlocks, con sede en Londres.

Los militares también han asaltado las sedes de la televisión y la radio estatales, según el ministerio de Información. El Comité de Médicos de Sudán ha informado de 12 personas heridas hasta el mediodía, sin ofrecer más detalles.

El ejército, un imperio económico

En este sentido, algunos líderes civiles habían alertado de que los militares estaban preparando el terreno para asaltar el poder ante las reiteradas demandas de una reforma profunda de las instituciones de seguridad y militares del país, que incluyera su imperio económico, para someterlas al control civil. Además, los civiles acusaban a los militares de obstruir la investigación de crímenes cometidos por las fuerzas de seguridad desde la caída de Al-Bashir, así como la del Tribunal Penal Internacional sobre el genocidio de Darfur.

También habían denunciado desde finales de septiembre que los militares se estaban acercando a los simpatizantes de la dictadura y a líderes de milicias de Darfur para fomentar la inestabilidad y fracturar la alianza civil con el objetivo de generar una situación que justificara su toma del poder. Así, un grupúsculo muy próximo al ejército había anunciado recientemente que se separaba de las Fuerzas de la Libertad y el Cambio –la alianza civil que encabezó las protestas contra Al-Bashir– para formar un movimiento propio, y desde el sábado centenares de personas se habían manifestado en Jartum para pedir a los militares que tomaran el poder, en unas protestas detrás las cuales muchos ven la mano de los uniformados. Para contrarrestarlas, las fuerzas revolucionarias celebraron una movilización masiva el jueves, en la que pudieron exhibir su gran capacidad de convocatoria, tal como han vuelto a hacer una vez más este lunes en un escenario mucho más hostil.

Reaccionando a los movimientos del ejército, el enviado especial de los Estados Unidos para el Cuerno de África, Jeffrey Feltman, ha asegurado que el golpe es “totalmente inaceptable” y que cualquier cambio en el gobierno de transición “pone en riesgo la ayuda de los Estados Unidos” al país africano. El representante especial de las Naciones Unidas en Sudán, Volker Perthes, también ha tildado de “inaceptables” las detenciones de líderes políticos y ha pedido en un comunicado ponerlos en libertad y retomar el diálogo.

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