Greta Thunberg: "El informe no contiene sorpresas: esto es una emergencia"

Los gobiernos aseguran que cambiarán el modelo energético mientras que las organizaciones ecologistas los acusan de no haber hecho el trabajo

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Gretha Thunberg, a la portada del primer número de la revista Bogo Escandinavia.

BarcelonaDespués de que los gobiernos de todo el mundo incumplan año tras año todos sus compromisos climáticos, recogidos en el Acuerdo de París de 2015, ahora ya insuficiente para paliar el calentamiento global, las reacciones de una chica de 18 años al último informe climático de la ONU captan más atención que las de cualquier dirigente de los estados miembros. Se llama Greta Thunberg y lidera la lucha climática de una generación de la que se espera más compromiso ambiental. "El nuevo informe del IPCC no contiene ninguna sorpresa real. Confirma lo que ya sabíamos por miles de estudios e informes previos: que estamos en una emergencia", ha dicho la joven activista en su Twitter. En una entrevista a Reuters, confirmó que acudirá a la cumbre climática de la ONU que a finales de año tendrá lugar en Glasgow, la COP26, para urgir personalmente a los gobiernos, como siempre ha hecho, a que hagan caso a la ciencia.

Thunberg, que se hizo famosa liderando cuando solo tenía 15 años huelgas escolares los viernes para reclamar medidas contra el cambio climático en el Parlamento sueco, también ha dicho: "Depende de nosotros ser valientes y tomar decisiones basadas en las evidencias científicas que nos ofrecen estos informes". "Todavía podemos evitar las peores consecuencias, pero no si seguimos como hoy, y no si no tratamos la crisis realmente como una crisis", advierte. La joven ha protagonizado también este lunes la portada del primer número de la nueva edición de la revista Vogue en Escandinavia, en la que ha aparecido con ropa de diseño reciclada y acariciando a un caballo. En la entrevista, culpa a la industria de la moda de gran parte de los problemas climáticos y los acusa de greenwashing, limpieza de imagen en clave verde, cuando hacen campañas de sostenibilidad.

Las reacciones de los gobiernos al informe no han sido más profundas y completas que los tuits de Thunberg y, de hecho, se parecen bastante. Esta vez, al menos, la principal voz del gobierno de los Estados Unidos no se ha manifestado desde el negacionismo, a diferencia de lo que sucedía cuando Donald Trump era presidente. El enviado especial por el cambio climático de los Estados Unidos, John Kerry, ha asegurado que "los impactos de la crisis climática y del calor extremo en los incendios y las lluvias e inundaciones seguirán intensificándose si no elegimos otra manera de vida para nosotros y para las generaciones que vienen". "Tenemos que actuar decididamente, ahora y todos juntos", ha dicho también el vicepresidente para el Pacto Verde de la Comisión Europea, Frans Timmermans. Tanto los Estados Unidos como la UE se han comprometido a reducir a la mitad las emisiones en 2030 y llegar al cero neto en 2050, como pide la ciencia. Hay que ver todavía cómo lo harán. También el primer ministro del Reino Unido, Boris Johnson, ha recordado que hace falta "hacer el cambio hacia las energías limpias, proteger el medio ambiente y proporcionar financiación para el cambio en los países en primera línea".

Las ONG ecologistas, que alertan de los riesgos para el planeta del modelo de vida capitalista desde los años 60, se han mostrado muy críticas con el papel de los estados. Desde el Climate Action Network, que reúne a más de 1.300 organizaciones de 130 países, el economista Rachel Cleetus ha afirmado que "durante demasiado tiempo los responsables políticos han situado sus intereses a corto plazo y la codicia de las empresas ante las necesidades de sus miembros y del planeta". Responsable de la norteamericana Union of Concerned Scientists, Cleetus ha afirmado que su organización está "desconsolada de ver empeoramientos graves que se podrían haber evitado". Desde Greenpeace Nordic, Kaisa Kosonen ha alertado de que usarán el informe "ante la justicia", como prueba de la relación entre las emisiones de CO2 y las catástrofes naturales, a pesar de que no ha especificado si denunciarán a gobernantes o industrias fósiles. Ha puesto, eso sí, la sentencia contra Shell como ejemplo.

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