Guía para seguir las elecciones alemanas
Los tres candidatos han encabezado los sondeos en algún momento de la campaña
Berlín“Olaf Scholz no ha cambiado, pero de repente vemos partes de él que antes no veíamos, ahora que Merkel ha salido del foco. A la vez ha conseguido tener su partido detrás, a diferencia de la CDU/CSU; las perspectivas de poder aportan disciplina al partido”. Esta descripción del líder del Partido Socialdemócrata alemán que hace la politóloga Andrea Römmele, de la Hertie School of Governance de Berlín, resume la evolución de la campaña para las elecciones al Parlamento Federal. Los socialdemócratas hace semanas que han conseguido superar por primera vez en casi 20 años los conservadores de la CDU/CSU. Después de quedar atrapados en la cifra del 15% y de perder elecciones regionales -al margen de excepciones como Renania-Palatinado y Mecklemburgo-Pomerania Occidental-, se espera que lleguen al 25%.
Tanto el líder conservador, Armin Laschet, como la ecologista, Annalena Baerbock, han cometido errores ante la opinión pública. Además, el SPD ya tenía el candidato anunciado desde el verano de 2020, mientras que la CDU/CSU y los Verdes esperaron a abril pasado; poco tiempo para crear vínculos con potenciales votantes y, en el caso de los conservadores, poco tiempo para la transición de la era Merkel a la era pos-Merkel. Solo las últimas semanas, cuando los valores en las encuestas de opinión han pasado a ser desastrosos para Laschet, Merkel ha hecho abiertamente campaña para su sucesor. Los analistas auguran que la única manera de remontar es conseguir movilizar a los votantes fieles, aunque estén descontentos con la elección de Laschet.
Durante los últimos 16 años, las elecciones al Bundestag han sido relativamente previsibles, con una gran mayoría de electores de diferentes partidos apostando por Merkel. Este año, en cambio, sin un candidato que se haya mantenido como favorito durante toda la campaña y con un electorado cada vez menos ligado a un partido -sobre todo en el este-, la volatilidad ha caracterizado la campaña y hace incierto el resultado. Hoy los alemanes no votarán canciller, sino un partido que después tendrá que negociar de verdad. Las coaliciones que suenan son la conocida como Jamaica (CDU/CSU, Verdes y liberales), el semáforo (SPD, Verdes y liberales) -los dos nombres en referencia a la combinación de colores de los partidos- y la de Izquierdas (SPD, Verdes y La Izquierda).
- Cambio climático El cambio climático ha estado en el centro de la campaña electoral, en parte por los buenos resultados en los sondeos con los que la candidata ecologista arrancó en abril, en parte por las riadas de julio al oeste del país, y en parte para constatar que Alemania tiene que invertir en tecnologías verdes para ser competitiva. El debate climático se ha concretado en cuestiones prácticas como la subvención de coches eléctricos, los molinos de viento y, si hace falta, la introducción de un límite de velocidad en las autopistas.
- Políticas sociales La campaña electoral ha tenido también un marcado carácter social, y en los debates se han discutido cuestiones como un posible aumento del salario mínimo interprofesional. El SPD, los Verdes y La Izquierda defienden subirlo de 9,60 a 12 o 13 euros, mientras que la CDU/CSU se opone y aboga por más convenios colectivos. El envejecimiento de la población ha llevado a discutir varias opciones para financiar el sistema de pensiones, que es insostenible. Además, teniendo presente el incremento de los niveles de pobreza, se ha planteado revisar las prestaciones del paro de larga duración.
- Coronavirus En la recta final de la campaña, los candidatos han condenado de forma clara el discurso de odio y la polarización de la sociedad derivados de las medidas anticovid. El detonante ha sido el asesinato esta semana de un dependiente por parte de un cliente que no quería ponerse la mascarilla. El llamamiento a vacunarse ha sido unánime entre los principales partidos, como también la necesidad de invertir en digitalización y mejorar las condiciones de trabajo del personal sanitario.
- Política exterior Uno de los temas ausentes ha sido la política exterior. Para el gobierno de Merkel, sería contraproducente hablar de estrategias internacionales en un momento en que las misiones occidentales están tocadas y con una crisis abierta entre dos de los socios de Alemania, los Estados Unidos y Francia. Con China y Turquía, Berlín continúa haciendo negocios, a pesar de que suspenden en derechos humanos.
- Inmigración Inicialmente, el regreso de los talibanes a Afganistán hizo temer una repetición de la ola migratoria de 2015. Aquella crisis derivó en la entrada en el Bundestag del partido de ultraderecha Alternativa por Alemania (AfD). En campaña, el candidato conservador Laschet se limitó a decir que no quería que se repitiera lo mismo que hace seis años, cuando Merkel abrió fronteras. Aún así, los refugiados no han sido un tema central de la campaña. Oponerse a la migración quiere decir automáticamente quedar alineado con la AfD, mientras que abrir fronteras también da pie a la ultraderecha.
¿Quién son los principales candidatos?
Armin Laschet CDU/CSU
Armin Laschet viene de Aachen (1961) y preside la región del Renania del Norte-Westfalia en coalición con los liberales (FDP) desde 2017. Desde que la CDU/CSU lo nombró en abril candidato conservador para coger el relevo de Angela Merkel, Laschet, jurista que ejerció de periodista, ha explicado a menudo que su padre había trabajado 3n la mina de carbón. Con esta historia familiar y la transformación que ha sufrido la región de la cuenca del Rur por la transición energética, Laschet ha intentado ganarse la simpatía de los votantes del este del país, que según las encuestas le tienen poca simpatía. Abierto, su buen humor le ha costado este verano unos cuántos votos por posar riendo en el escenario devastado por las riadas en la región que preside. Católico convencido y practicante y amante del canto coral, es padre de tres hijos, uno de los cuales es famoso como influencer de moda. Desde enero lidera el partido.
Olaf Scholz / SPD
Vive en Potsdam (Brandeburgo), al suroeste de Berlín, pero Olaf Scholz viene de Osnabrück (1958), al noroeste del país, y creció en Hamburgo, de donde fue alcalde (2011-2018) con mayorías absolutas para los socialdemócratas. Abogado y sin hijos, se le conoce por ser muy calmado. Es el actual ministro de Finanzas y vicecanciller de la Gran Coalición (CDU/CSU-SPD) encabezada por Merkel y ha tenido que declarar por un asunto de blanqueo de dinero (Wirecard, Cum-ex) en que se acusa su ministerio de no haber ejercido la función de control.
En el primer mandato de Merkel fue ministro de Trabajo y Asuntos Sociales. Moderado y de centro, en 2019 perdió en las primarias de su partido ante los actuales líderes del SPD, los que defendían un giro a la izquierda y acabar con el modelo de ser el partido pequeño en una coalición con los conservadores. Sorprendentemente, esta dirección apostó por él como candidato.
Annalena Baerbock / Los Verdes
Politóloga especializada en derecho internacional y madre de dos criaturas, Annalena Baerbock es la más joven de los candidatos a canciller. Viene de Hannover (1980) y vive, como Scholz, a las puertas de Berlín, en Potsdam (Brandeburgo). Sin experiencia política de gobierno, pero afiliada a los Verdes desde 2005, dentro de los cuales ha ido asumiendo diferentes posiciones, colidera lo partido ecologista con Robert Habeck. Ella habla en plata y es directa y ha hecho campaña prometiendo aire fresco y modernidad. Habeck fue diputado regional y desde hace un par de meses es considerado por muchos mejor candidato ecologista a la cancillería que Baerbock, que ha tenido algunos resbalones. Un sobresueldo no declarado como miembro de la directiva de los Verdes, acusaciones de plagio en su biografía y correcciones en su currículum ligadas a su rol dentro de la Fundación German Marshall Fund y el ACNUR han dejado tocada su credibilidad.