Francia

Los homosexuales condenados en Francia no serán indemnizados

Al menos 100.000 personas fueron detenidas entre 1942 y 1982

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Bernard Bousset, fotografiado en el Open café, en París, en una imagen del año 2021

ParísBernard Bousset tenía unos 20 años cuando la policía lo detuvo en un bar gay de Burdeos. Era el inicio de los años 60 y en Francia las relaciones entre hombres estaban penalizadas por la ley. "Me cogieron las huellas, me hicieron una foto... como si hubiera atracado el Banco de Francia", rememora en una entrevista en Le Monde. Bousset, de 81 años, no acabó en prisión –cuando lo detuvieron solo estaba en el bar bebiendo y charlando con otros hombres–, pero tuvo que pagar una multa y los agentes llamaron a su familia para revelar el incidente. Más tarde, con 23 años, acabó ante un juez por pasar la noche con un chico de 18 años.

Situaciones como la que vivió Bousset eran habituales en Francia durante buena parte del siglo pasado. Al menos 100.000 homosexuales fueron condenados entre 1942 y 1982, la mayoría a penas de prisión, según un estudio realizado por los sociólogos Jérémie Gauthier y Régis Schlagdenhauffen.

Durante cuatro décadas, la ley penalizaba las relaciones entre personas del mismo sexo. Un proyecto de ley impulsado por los socialistas que se votará la próxima semana en la Asamblea Nacional –el Senado ya lo aprobó a finales de año– reconocerá la responsabilidad del Estado francés en estas condenas, un gesto reclamado desde hace años por partidos de izquierdas. "Tenemos perspectiva suficiente como para poder mirar este pasado doloroso y con tan poca gloria y reconocer los errores que se cometieron", defiende el impulsor del proyecto de ley, el senador socialista Husein Bourgi.

Pero Francia no indemnizará a los afectados, aunque la propuesta original lo preveía. Los republicanos, la derecha tradicional, con la connivencia del gobierno de Emmanuel Macron, han obligado a retirar del proyecto de ley el punto que preveía indemnizaciones para los afectados con excusas como que son delitos prescritos. Los conservadores exigieron sacar esa parte a cambio de votar favorablemente el proyecto de ley.

El gobierno, que podría haber presionado para mantener el punto, se ha puesto de perfil permitiendo que se suprima. "Con reconocimiento sin reparación, solo llegamos a medio camino", lamentaba Bourgi. En realidad, la mayoría de los más de 100.000 condenados están muertos, pero el socialista considera que aprobar compensaciones es un gesto simbólico necesario.

Compensaciones en otros países

Gobiernos como los de Alemania, España y Reino Unido han aprobado iniciativas para reparar e indemnizar a las víctimas de las leyes discriminatorias contra el colectivo LGTBI+ durante el pasado siglo, cuando en muchos países se consideraba un delito las relaciones entre personas del mismo sexo. Pero Francia, a menos que el gobierno cambie de parecer y decida reintroducir la propuesta en el voto en la Asamblea, no indemnizará a las víctimas y se limitará a reconocer su responsabilidad.

Aunque la derecha evita ahora que Francia sea un ejemplo en la defensa de los derechos de las personas LGTBI+, el país fue el primero en todo el mundo en despenalizar la homosexualidad en 1791, en plena Revolución Francesa, una época de libertad y apertura moral. Pero el régimen de Vichy, colaboracionista con la Alemania nazi, bajo el mando del mariscal Pétain, volvió a penalizar la homosexualidad en 1942 con elevadas multas y penas de prisión que podían ir hasta los 3 años. En rigor, lo que hace Pétain es introducir una distinción entre la edad legal de consentimiento –y por tanto, para mantener relaciones sexuales– de los homosexuales, que sitúa en los 21 años, y la de los heterosexuales, que se queda en los 13.

Retorno del conservadurismo

El historiador Marc Boninchi explica que con Pétain volvió la Francia conservadora. "Cuando se instauró el nuevo régimen de Pétain, rápidamente subrayó tres palabras: “Trabajo, Familia, Patria”, que estuvieron presentes en sus discursos. El mariscal esbozó una Revolución Nacional que supuestamente permitiría la regeneración de Francia. Vichy acusa a la Tercera República de haber destruido a la familia, atacando figuras como Léon Blum o Alfred Naquet, el padre de la ley del divorcio de 1884", sostiene Boninchi en una entrevista en la revista Retronews.

En la práctica, aunque Pétain retoca la ley ligeramente, se produce una persecución policial y social de los homosexuales amparada en delitos como el "de indecencia moral" que durará mucho más allá de la Liberación, hasta 1982, cuando François Mitterrand accede al poder y abole la ley. "Se tardó cuarenta años en derogar la ley porque las mentalidades evolucionan lentamente y los prejuicios negativos sobre la homosexualidad sobreviven al régimen de Vichy", apunta el historiador. El estado francés aún consideró la homosexualidad como una enfermedad psiquiátrica hasta 1992 y no autorizó el matrimonio entre personas del mismo sexo hasta 2013.

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