La increíble historia del niño francés de nueve años que ha vivido solo en casa durante dos años
Condenan a la madre a 18 meses por abandonar a su hijo, pero no entrará en prisión
ParísCada mañana, el niño llegaba puntual a la escuela. Iba bien vestido y sacaba buenas notas. Aparentemente, nada hacía sospechar que el menor, de nueve años entonces, había sido abandonado por su madre en el piso donde vivían, una vivienda de protección oficial situada en un barrio popular de Nersac, en las afueras de Angulema (Nueva Aquitania). La madre se marchó a vivir con su nueva pareja a cinco kilómetros y de vez en cuando le llevaba comida a su hijo, sobre todo platos en lata, comida basura y dulces. El niño vivió solo durante dos años, hasta que cumplió 11, sin que nadie diera el aviso. Finalmente, una vecina denunció la situación a la policía, la madre fue detenida y los servicios sociales se hicieron cargo del menor.
La increíble historia, revelada por un diario local, ha provocado un gran impacto en Angulema. ¿Cómo puede ser que un niño haya vivido solo durante dos años sin que nadie se diera cuenta? "Sonreía, era buen alumno, siempre iba bien vestido, limpio... No había ningún signo que indicara la situación en que vivía", ha dicho la alcaldesa de Nersac, Barbara Couturier. Algunos de sus vecinos sí sabían que el menor vivía solo pero dicen tener miedo a su madre. "Una amiga y yo le habíamos dicho que no dejara al niño solo, pero ella nos dijo que no era nuestro problema", ha declarado una vecina a TF1. Otros vecinos indicaron a la cadena de televisión BFMTV que la mujer mostraba una actitud desafiante.
Los hechos ocurrieron entre 2020 y 2022, pero se han sabido ahora porque este mes de enero se ha celebrado el juicio en el que la madre del menor ha sido condenada a 18 meses de cárcel, aunque no tendrña que ingresar en prisión y solo tendrá que estar seis meses con un brazalete electrónico que controlará sus movimientos. Durante el juicio han salido a la luz algunos detalles de las condiciones de vida del niño: en el apartamento a menudo no había electricidad y el niño tenía que vivir sin luz ni calefacción. A veces dormía con tres mantas para no pasar frío. Los vecinos lo veían a menudo mirando por la ventana, con la mirada perdida en el cementerio que hay frente al edificio de vivienda social, según revela el diario Charente Libre.
La nevera vacía
Cuando la policía entró en la vivienda, la nevera estaba prácticamente vacía y la basura llena de restos de latas y comida basura que le traía su madre cuando iba a visitarlo. Algunos vecinos a menudo también le daban comida y en ocasiones el niño cogía a escondidas tomates de un huerto que tenía uno de los vecinos. Según Couturier, la madre se había dirigido al ayuntamiento explicando que tenía problemas financieros y pidiendo ayuda para comer. "Primero le dimos bonos alimenticios. Pero la gerente del supermercado me dijo que cogía pizzas, productos congelados y bollería", ha explicado la alcaldesa a BFTMV.
Durante el juicio, la madre negó los hechos y aseguró que vivía en casa con su hijo, pero los investigadores de la policía desmontaron su relato. En el apartamento no había ropa de la mujer, ni siquiera un cepillo de dientes. Tampoco era cierto, como ella había declarado, que acompañaba a su hijo a la escuela. El rastreo de su móvil reveló que cuando el menor entraba o salía de la escuela, el teléfono siempre estaba en casa de su pareja. "Me olvidaba a menudo el móvil", se intentó justificar la mujer.
También intentó restar importancia a las acusaciones de abandono de un menor: "No soy una madre helicóptero", declaró. El niño, casi ya adolescente, vive desde el 2022 con una familia de acogida. Su madre solo lo ha visitado dos veces y, según aseguran los medios franceses, el menor no quiere verla más. "¡Qué tristeza!", dijo durante el juicio la fiscal de caso, Anna Medioni.