Covid-19

Israel empieza a administrar la cuarta dosis y Alemania la prepara

La OMS recuerda que las campañas masivas de refuerzo vacunal en los países ricos nos alejan de la salida de la pandemia

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Israel ha empezado a suministrar la 4a dosis

BarcelonaIsrael ofrece la cuarta dosis de la vacuna contra la covid-19 a sus ciudadanos mayores de 60 años, al personal sanitario y a los inmunodeprimidos que hace más de cuatro meses que recibieron la tercera. El primer ministro ultraconservador, Naftali Bennett, lo anunció el martes por la noche, una medida que también seguirá Alemania, según ha informado este miércoles su ministro de Sanidad. Son los primeros gobiernos que se decantan por esta opción ante la rápida expansión de la variante ómicron, aunque, según advertía el martes la Agencia Europea de Medicamentos, no está avalada de momento por la evidencia científica. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ya ha salido al paso alertando de que para superar la pandemia lo que hace falta es priorizar las dosis disponibles para los países del sur con bajos índices de vacunación en lugar de reforzar la inmunización de los más ricos, que han acaparado la producción.

Como pasó con el desarrollo de las primeras vacunas, Israel será el primer laboratorio de pruebas del efecto de esta cuarta dosis sobre la nueva variante, y Bennett no dejó pasar la ocasión de sacar pecho: "Es una noticia fabulosa que nos ayudará a atravesar la oleada de la ómicron que se está tragando al mundo". La decisión llega después del primer muerto por ómicron en el país, un hombre mayor que había recibido solo dos dosis y que tenía otros problemas de salud.

Israel fue uno de los primeros países en aprobar la tercera dosis, poco después de que Bennett sustituyera a Benjamin Netanyahu al frente del gobierno. Y también uno de los que empezó antes a vacunar a los niños a partir de 5 años. Para contener la propagación de la ómicron, Tel Aviv ha restringido a sus ciudadanos viajar a 58 países, incluida España, sin una autorización especial y ha aumentado las restricciones de entrada. Con la quinta oleada en curso, el número de casos diarios se ha elevado hasta los 1.306, la cifra más alta en los últimos dos meses, pero proporcionalmente más baja que en otros países. Las autoridades recomiendan el teletrabajo y el uso de mascarillas.

Alemania también apostará por la cuarta dosis y ya ha encargado 80.000 vacunas adaptadas a la nueva variante que recibirá en abril o en mayo. "Una campaña ofensiva de dosis de refuerzo es nuestra principal barrera en la lucha contra la ómicron", ha dicho este miércoles el flamante ministro de Sanidad, Karl Lauterbach. Con más de 45.000 contagios este miércoles, el ministro se ha atrevido a afirmar que "el nivel de protección contra el covid-19 severo que ofrecen las dosis de refuerzo es muy elevado, estimaría que por encima del 90%".

El criterio de la OMS, ignorado

Ante estas decisiones, la OMS alerta de que es imposible salir de la pandemia sin una solución global, porque, como se ha visto, allá donde el virus circula más es donde tiene más opciones de mutar y escaparse a la inmunidad generada por las vacunas disponibles. Al ritmo de producción actual, habría suficientes vacunas disponibles para inmunizar a toda la población adulta del mundo el primer trimestre del año que viene, pero como ha pasado desde que se desarrollaron las primeras, apenas hace un año, los países ricos acaparan toda la producción, ahora para destinarla a dosis de refuerzo de una población que ya está relativamente protegida o bien para vacunar a los niños, que no están igualmente expuestos al impacto más grave del coronavirus.

El jefe de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, ha dejado claro que las dosis de refuerzo no van en la dirección correcta: "Los programas masivos de refuerzo probablemente prolongarán la pandemia más que ponerle fin, porque desvían la producción hacia países que ya tienen unos altos niveles de cobertura de vacunación y dan al virus más oportunidades para propagarse y mutar: ningún país puede reforzar su salida de la pandemia". Según los cálculos de la OMS, el continente africano necesitaría mil millones de dosis el próximo trimestre.

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