Julian Assange se declara culpable de espionaje pero ya es un hombre libre

Stella Assange, la esposa del fundador de Wikileaks, pide tiempo y privacidad a los medios para que su marido se recupere

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Julian Assange, en el momento de salir del Tribunal Federal de las islas Marianas del Norte, esta madrugada del miércoles

LondresHoras después de que Julian Assange se declarara culpable de espionaje ante el tribunal federal de Saipan, la capital del territorio estadounidense de las islas Marianas del Norte (en el Pacífico), el fundador de Wikileaks ha aterrizado este miércoles en el aeropuerto de Canberra , donde le esperaba un numeroso grupo de seguidores. Assange les saludó mientras caminaba por la pista, y cuando se acercaba a la terminal su esposa Stella irrumpió en escena con una amplia sonrisa. Se han fundido en un abrazo y Assange lo ha levantado del suelo antes de besarse.

Sólo dos meses atrás, antes de que el Tribunal Superior de Justicia de Inglaterra y Gales le reconociera el derecho a una nueva apelación contra la extradición a Estados Unidos, este final feliz, pese al ensañamiento judicial de lo que ha sido víctima, parecía imposible. "Julian quería dar las gracias sinceramente a todo el mundo. Quería estar aquí. Pero tenéis que entender lo que ha pasado. Necesita tiempo, debe recuperarse, y eso es un proceso", ha dicho Stella Assange, en una breve conferencia de prensa posterior, excusando la ausencia de su marido frente a los medios de comunicación.

Stella Assange sí ha explicado que Julian Assange había hablado con el primer ministro australiano, el laborista Anthony Albanese, al que le ha agradecido sus gestiones diplomáticas, y le ha dicho: "¡Me has salvado la vida!" Stella Assange ha tenido que hacer un esfuerzo por contener la emoción en todo momento.

El fundador de WikiLeaks, Julian Assange , besa a su mujer Stella Morris a su llegada al aeropuerto de Canberra,Australia.

Assange se ha convertido en un hombre libre cuando ha admitido ante el tribunal su culpabilidad. Pero sólo en relación a un único cargo de conspiración para obtener y revelar documentos clasificados de defensa nacional de EEUU, lo que supone la violación de la ley de espionaje.

Al tiempo que admitía el hecho, Assange también ha dicho a la magistrada Ramona Manglona que creía que sus acciones deberían haber sido protegidas por la ley estadounidense: "Trabajando como periodista animé mi fuente [el exsoldado Chelsea Manning] a proporcionar información que se decía que estaba clasificada [como secreta] para publicarla. Creía que la Primera Enmienda protegía esta actividad". Y aún ha añadido: "Creo que la Primera Enmienda y la ley de espionaje entran en contradicción". Esta cláusula de la Constitución de EEUU protege la libertad de expresión y prensa, además de la libertad de religión y de manifestación.

La juez ha apuntado que en 2012 no habría aceptado los términos del acuerdo al que el australiano llegó la semana pasada con el departamento de Justicia de Estados Unidos. Pero afirmó que le hacía suyo por el tiempo que había transcurrido, y porque tenía en cuenta "que no había habido ninguna lesión física como resultado de las acciones" de Assange. Asimismo, recordó que el encausado "ya había cumplido cinco años en una de las prisiones más duras del Reino Unido".

Según la valoración hecha por Manglona, ​​el cargo que ha reconocido Assange le habría valido una sentencia de entre 41 y 51 meses de privación de libertad, menos tiempo del que ha sido encarcelado en Reino Unido, donde ha pasado 62 solo en el centro penitenciario de Belmarsh, y mucho menos (82 meses), de lo que ocurrió en el autoimpuesto refugio de la embajada de Ecuador en Londres, en la práctica también otra celda.

Prohibida la entrada a Estados Unidos

Con posterioridad a la conclusión del caso, el departamento de Justicia de Estados Unidos ha emitido un comunicado en el que ha querido insistir en una de las ideas clave sobre la que se fundamentaba legalmente el caso. En el texto se lee que "[los documentos] publicados por Assange y Wikileaks en una forma cruda o no redactada puso en gran riesgo a las personas que habían ayudado al gobierno de EEUU". El mismo departamento también ha informado de que Assange no podrá regresar a Estados Unidos sin un permiso especial.

Una vez concluido el caso, los dos abogados de Assange, el estadounidense, Barry J. Pollack, y la australiana Jennifer Robinson, han hecho una breve valoración a las puertas del tribunal, en la que han destacado el excepcionalidad de las acciones tomadas por la justicia norteamericana. "El procesamiento de Julian Assange –ha dicho Pollack– no tiene precedentes en los cien años [que lleva en vigor] la ley de espionaje. Nunca Estados Unidos la ha utilizado para perseguir a un editor, un periodista. Julian Assange reveló información veraz y digna de noticias, incluida la revelación de que Estados Unidos había cometido crímenes de guerra". El abogado ha asegurado que Wikileaks seguirá abierto y que Assange seguirá luchando por la libertad de expresión.

Por su parte, Robinson enfatizó que se trataba de "un día histórico". "Después de 14 años de luchas legales –ha añadido–, Julian Assange puede volver a casa libre. Esto también pone fin a un caso que ha sido reconocido como la mayor amenaza para la Primera Enmienda [de la Constitución]. Espero que el hecho de haber podido liberar a Julian contra todo pronóstico, y contra uno de los gobiernos más poderosos del mundo, dé esperanza a todos los periodistas y editores que están en prisión" por motivos parecidos.

Anthony Albanese, primer ministro de Australia.

Celebración en Australia

Al tiempo que los acontecimientos se iban sucediendo en Saipan, desde Canberra el primer ministro laborista, Anthony Albanese, se felicitó por la conclusión del caso, y puso de manifiesto que ha sido la labor diplomática de su gobierno lo que , al menos en buena parte, le ha hecho posible: "[La liberación] no es un hecho que haya ocurrido en las últimas 24 horas, es un hecho que se ha considerado mucho, que ha sido fruto de un trabajo paciente , y que se ha trabajado de forma calibrada, que es cómo se comporta Australia en el concierto internacional".

Albanese, que desde la oposición y como jefe de gobierno siempre había defendido la libertad de Assange, también ha querido recordar que "independientemente de las opiniones sobre sus actividades, su caso se ha alargado durante demasiado tiempo": "No había nada que ganar con la continuidad de su encarcelamiento", concluyó. En ese caso, el primer ministro ha contado con el apoyo de todo el espectro político del país.

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