Julian Assange llega a la penúltima estación de su viacrucis judicial

Nuevo intento de los EE.UU. para extraditar al activista que expuso las "mentiras" de la guerra contra el terror

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Julian Assange, el 5 de febrero del 2016, todavía a la embajada del Ecuador en Londres, exhibiendo una sentencia de la ONU favorable a su caso

Londres"La defensa de los derechos de Julian Assange es la defensa de todos nuestros derechos. Los derechos de Julian, que han sido violados, son los de todo el mundo también". Así se ha expresado este mediodía en Londres la compañera del fundador de Wikileaks, Stella Moris, en una conferencia de prensa celebrada dos días antes de que empiece, este miércoles, una nueva vista por la extradición de Julian Assange, en este caso la apelación solicitada por los Estados Unidos para anular la decisión de una juez, el 4 de enero, que resolvió no autorizar la extradición por el riesgo de que Assange se suicidara. Moris ha asegurado que Assange es "una víctima más de la guerra contra el terror, porque es la persona que más ha expuesto todas las mentiras y falsedades" sobre las cuales se levantó.

En el mismo acto, el redactor jefe de Wikileaks, Kristinn Hrafnsson, ha considerado que era "impensable que el Tribunal Superior [de Justicia de Inglaterra y Gales] llegue a ninguna otra decisión que no sea confirmar la sentencia de la magistrada [de Westminster]. Cualquier otra cosa es totalmente inaceptable", ha asegurado. "Sería una gran mancha para el sistema judicial de este país y, sin duda, espero que haya bastante presión y comprensión del grado de devastación que supondría si, de alguna manera, el tribunal toma la decisión de cambiar" el dictamen anterior.

Kristinn Hrafnsson, Stella Moris y Rebecca Vincent, durante la conferencia de prensa de este mediodía

Una de las nuevas cartas de la defensa del australiano será la referencia a la publicación, semanas atrás, de una investigación a través de Yahoo News en donde se detallaba cómo la CIA discutió en el más alto nivel la posibilidad de secuestrarlo mientras estaba refugiado en la embajada de Ecuador en Londres y después asesinarlo.

Moris se ha referido a esto: "Estas últimas semanas la máscara ha caído del todo. En un artículo de 7.500 palabras, con treinta fuentes –identificadas y no identificadas– de la CIA y de la Agencia de Seguridad Nacional, se revelaba cómo el asesinato extrajudicial de Julian aquí mismo, en Londres, se discutió en el más alto nivel". La denuncia del intento de asesinato ya la lanzó el padre de Assange a principios de 2020.

Según Moris, la denuncia de Yahoo News es "un punto de inflexión porque demuestra la verdadera naturaleza, los auténticos orígenes, la verdadera criminalidad de las acciones de los Estados Unidos contra Julian e impregna completamente cualquier apariencia de legalidad de esta apelación”.

En representación de Reporteros Sin Fronteras, Rebecca Vincent ha recordado: "Hemos estado pidiendo a la administración de Biden que abandone el caso. En cualquier momento el departamento de Justicia simplemente lo podría archivar".

Assange hace más de dos años y medio que está en la prisión de máxima seguridad de Belmarsh, después de haber pasado más de siete refugiado en la embajada de Ecuador en Londres, donde entró para evitar ser extraditado a Suecia para responder de unos presuntos cargos de abusos y violación que habrían tenido lugar el verano de 2010, y que finalmente la Fiscalía de Estocolmo retiró.

Assange alegaba que desde Suecia podría ser llevado a los Estados Unidos, donde Washington lo quiere juzgar por 18 cargos relacionados con la publicación en Wikileaks, en 2010, de 500.000 documentos secretos que detallaban aspectos de las campañas militares norteamericanas en Afganistán e Irak. Raso y corto, la Casa Blanca lo quiere encerrar por espionaje.

Aunque el 4 de enero ganó el caso contra la apelación, el juez lo ha mantenido privado de libertad después de la presentación de la apelación, que tuvo lugar dos días antes de que Donald Trump abandonara la Casa Blanca.

La nueva vista por la extradición se alargará dos días y el veredicto tardará entre cuatro y seis semanas. Pero, pase lo que pase, la cosa más probable es que el caso llegue, finalmente, al Tribunal Supremo, el punto final de un viacrucis que empezó en otoño de 2010.

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