Francia

Macron admite que Francia está fracturada y que tendrá que gobernar "de otra manera"

El presidente rechaza un gobierno de unidad nacional y apuesta por aliarse solo con algunos partidos

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Una televisión de un bar con el presidente francés Emmanuel Macron mientras se dirige a la nación

ParísTres días después del fracaso electoral en las elecciones legislativas, el presidente de Francia ha roto su silencio este miércoles al atardecer con un discurso grabado y emitido en directo en las radios y televisiones del país. Emmanuel Macron ha hecho autocrítica admitiendo que los resultados electorales demuestran que el país está "fracturado" y se ha comprometido a aprender a gobernar "de otra manera", con más diálogo y pactos. "No puedo ignorar las fracturas, las divisiones profundas que atraviesan nuestro país y que quedan reflejadas en la composición de la nueva Asamblea", ha destacado.

Macron, que pisa un terreno desconocido gobernando sin mayoría absoluta en el Parlamento francés, ha continuado explorando este miércoles posibles pactos políticos en la Asamblea Nacional para construir una mayoría sólida. Su coalición presidencial, Ensemble, perdió el domingo el dominio del Parlamento con los 245 escaños que consiguió, lejos de los 289 de la mayoría absoluta. En su discurso este anochecer, el presidente de la República ha descartado un gobierno de unidad nacional –una de las ideas que estaba sobre de la mesa– y ha asegurado que considera posible "encontrar una mayoría más amplia y clara" con alianzas con solo algunos partidos. "Tendremos que construir compromisos", ha destacado.

El inquilino del Elíseo busca desesperadamente una cuarentena de diputados que le puedan dar apoyo parlamentario. Tiene pocas opciones encima de la mesa y muchas dudas. Por ahora, en los primeros contactos, los partidos no se han mostrado favorables a dar apoyo parlamentario a Macron, al menos no de manera estable. El presidente de la República cree que la pelota está en la azotea de las formaciones y ha hecho un llamamiento a su responsabilidad para no bloquear el Parlamento. "Para poder avanzar útilmente, ahora toca a los grupos políticos decir hasta dónde están dispuestos a ir", ha asegurado.

Cordón sanitario a la ultraderecha

Algunas voces de LREM (La República en Marcha, el partido de Macron) habían apuntado el martes la posibilidad de contar con los escaños de la extrema derecha de Marine Le Pen para sacar adelante, puntualmente, algunas leyes. Este miércoles la formación lo ha desmentido. No pactará nada con la ultraderecha. En cambio, Macron sí que prevé que diputados de izquierdas –sobre todo del Partido Socialista y de los Verdes– puedan apoyarle aunque sea ley por ley, sobre todo en las de carácter más social, como las medidas para hacer frente a la inflación, desbocada por la guerra en Ucrania.

La alternativa sería buscar el apoyo de los conservadores, a pesar de que por ahora Los Republicanos han asegurado que estarán en la oposición. Tampoco es la opción preferida de Macron, que se vería obligado a hacer políticas más conservadoras para garantizarse el apoyo de los diputados republicanos en un momento en que las urnas le han enviado el mensaje opuesto.

En cualquier caso, el presidente de la República difícilmente podrá elegir. Este miércoles ha reclamado a los partidos que clarifiquen su posición cuanto antes mejor ante la urgencia de aprobar algunas leyes, sobre todo la que tiene que incluir medidas para garantizar el poder adquisitivo de los ciudadanos afectados por el aumento de los precios u otras iniciativas legislativas para fomentar la ocupación. "Los partidos tendrán que aclarar en los próximos días la responsabilidad y cooperación que las diferentes formaciones están dispuestas a asumir. ¿Quieren entrar en una coalición de gobierno y de acción? ¿O simplemente votar algunos textos?", ha pedido. Si el presidente no consigue alianzas parlamentarias, hay un riesgo real de parálisis política en Francia.

Cambios en el gobierno

En los próximos días, Macron participará en diferentes citas internacionales, como el Consejo Europeo en Bruselas y la cumbre de la OTAN en Madrid, y continuará explorando los posibles pactos cuando vuelva a París. También tendrá pendiente estudiar los cambios que tiene que hacer en su gobierno. Una de las opciones que hay sobre la mesa es sustituir la primera ministra, Élisabeth Borne, que el martes presentó su dimisión. El presidente la rechazó, pero podría ser una decisión transitoria, hasta que decida cómo remodela el ejecutivo. Podría situar como primer ministro o el líder de MoDem, François Bayrou, o el de Horizontes, el ex primero ministro Édouard Philippe. MoDem y Horizontes son los dos partidos que forman parte de la coalición electoral de Macron. 

Bayrou, en lo que parece un paso adelante para ocupar el cargo, ha criticado el bajo perfil político de Borne. “Los tiempos exigen que el primer ministro o la primera ministra sea político, que no tengamos la sensación de que es la técnica quien gobierna el país”, ha declarado en France Inter en una clara desaprobación a la actual primera ministra, la segunda mujer en la historia de Francia que ocupa el cargo.

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