Mariupol, la batalla definitiva que puede decidir una guerra

Rusia lanza un ultimátum, pero los soldados ucranianos continúan resistiendo en una planta de acero

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Soldats rusos a Mariúpol

BarcelonaEl futuro de una guerra se decide en una fábrica metalúrgica en ruinas que se ha convertido en un pequeño ring de diez kilómetros donde Ucrania y Rusia juegan al juego del ratón y el gato. La planta de acero de Azovstal es un laberinto de vías de tren y altos hornos, con decenas de conductos subterráneos donde los 2.500 soldados ucranianos que quedan –según el ministerio de Defensa del Kremlin– resisten a la ofensiva rusa. La situación hace días que se alarga, pero la fábrica puede ser la clave de bóveda de toda una guerra: Rusia afirma que controla todo Mariupol menos este punto, y si lo consiguen obtendrían su primera gran victoria. Con Mariupol, el Kremlin consolidaría su corredor terrestre desde Rusia hasta Crimea y también controlaría toda la costa del Mar de Azov. Si Ucrania resiste más tiempo, su posición en la negociación tomaría una fuerza que Kiev considera clave para llegar a una paz acordada.

Este domingo Ucrania se levantaba con un ultimátum del Kremlin a Mariupol: había dado tiempo hasta el mediodía a los soldados ucranianos para entregar las armas con la promesa de que no serían abatidos. Pero las horas han pasado y hasta la tarde no ha llegado la respuesta de Kiev: "La ciudad todavía no ha caído", ha afirmado el primer ministro, Denys Shmyhal, y ha asegurado que los combatientes seguían luchando. La situación, sin embargo, en palabras del mismo presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, "es la más grave posible". Y solo ve dos soluciones: o negociar o que "los socios proporcionen armas pesadas para reducir la presión sobre Mariupol". De momento, ninguna de las dos vías se ha hecho realidad, y el mismo Zelenski ha avisado de que si Rusia "elimina" los últimos combatientes de Mariupol, las conversaciones de paz quedarían colgando de un hilo. Además, las negociaciones no pasan por su mejor momento, puesto que los dos países no han sido capaces de pactar este domingo ningún corredor humanitario.

Un hombre herido por un bombardeo a Járkov.

El adelanto en el Donbás

Con todas las miradas puestas en Mariupol, Rusia avanza lentamente desde Izium hacia Donetsk. El este de Ucrania es el escenario de los bombardeos más devastadores, y en Járkov, la segunda ciudad del país, se vuelven a oír sirenas antiaéreas de forma constante. Este domingo han muerto al menos cinco personas y 13 han resultado heridas en una ofensiva rusa en la ciudad. La sede en Járkov de la ONG World Central Kitchen, fundada por el cocinero español José Andrés, también ha quedado destruida, y hay cuatro heridos. Más al sur, en Lugansk, un bombardeo ha dejado dos muertos y cuatro heridos. Las tropas rusas se están reorganizando desde Bielorrusia, a pesar de que Ucrania también teme un gran desembarco anfibio por el mar Negro. El gobierno ucraniano, sin embargo, afirma que está consiguiendo repeler estas ofensivas al este.

Mientras los efectivos se concentran en el Donbás, los misiles de largo alcance apuntan a Kiev, que por tercer día consecutivo ha vivido un bombardeo. Este domingo, un misil ruso ha destruido una fábrica de municiones en Brovari, al este de Kiev. En esta zona los servicios de emergencias siguen recogiendo cuerpos por las calles, la herencia de un mes y medio de ocupación rusa, y este domingo han descubierto 41 cadáveres en Borodianka.

La UE apunta al petróleo ruso

La respuesta de la Unión Europea a la invasión ha llegado en forma de sanciones, a pesar de que hay un sector ruso que todavía no se han atrevido a tocar: el del petróleo. Esto, sin embargo, podría cambiar en las próximas horas, puesto que la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ha afirmado que los países trabajan en "mecanismos inteligentes" para afectar también el petróleo ruso. Por el camino, Von der Leyen ha apuntado que también se sancionarían los principales bancos rusos, que de momento han salido indemnes porque son precisamente la vía que Europa utiliza para comprar el petróleo ruso.

El conflicto no ha salido de Ucrania, pero ha trastocado la geopolítica mundial. Rusia ha tensado verbalmente la situación en el Báltico y este domingo también ha avisado que está preocupada por el aumento de la actividad de las fuerzas de la OTAN en el Ártico. Esto, a parecer suyo, puede provocar "incidentes no deseados".

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