Navalny se enfrenta a diez años más entre rejas

Empieza un juicio por supuesta malversación de fondos de las ONG vinculadas al opositor ruso

ARA
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El opositor ruso Aleksei Navalni, juzgado en la prisión de Pokrov.

BarcelonaMientras todas las miradas están puestas en el Kremlin y la frontera ucraniana, en Pokrov, a un centenar de kilómetros de Moscú, ha empezado un juicio que podría sentenciar al opositor ruso Alekséi Navalny a más de una década de prisión. El proceso, que ha empezado este martes, tiene como escenario la colonia penal IK-2, el centro de máxima seguridad en el que Navalny hace un año que está encerrado cumpliendo una pena de dos años y medio por supuesto fraude y malversación. Ahora se enfrenta a otro caso separado, también acusado de utilizar para "finalidades personales" dinero recaudado por unas cuantas ONG.

Según la investigación, Navalny malversó casi cuatro millones de euros de fondos de organizaciones con las que tenía vinculación, como la Fundación Anticorrupción, que ha publicado investigaciones sobre presunta corrupción institucional en el país. Al fraude se suma otro cargo, el de desacato a la juez que lo condenó a una multa por haber difamado a un veterano de guerra.

En la sala donde es juzgado, Navalny ha estado acompañado por su mujer, Iulia Navalnaya, que previamente había publicado en Instagram un mensaje acusando a las autoridades rusas de celebrar el juicio en la prisión para "esconder" al opositor de los periodistas y sus seguidores, que no han podido acceder. Amnistía Internacional, que lo considera un preso de conciencia, ha reiterado este martes que los cargos que se le imputan están "motivados políticamente" y ha calificado el juicio de "farsa". "Es obvio que las autoridades rusas intentan asegurarse de que Navalny no salga pronto de la prisión", ha dicho Marie Struthers, directora de la ONG en Europa del Este y Asia Central.

La periodista y activista rusa Maria Pevtshick, miembro de la ONG de Navalny, ha criticado la poca transparencia del juicio, en el que se ha prohibido cualquier grabación y que los periodistas han tenido que seguir a través de una pantalla con una imagen y sonido deficientes. "Es evidente que intentan condenar a Navalny con la máxima urgencia y secretismo posibles", ha dicho. También ha asegurado que el tribunal no ha permitido al opositor vestirse con ropa de calle, sino que ha tenido que llevar el mono azul de presidiario. Pevtshick, que ha utilizado su cuenta de Twitter para explicar qué pasaba en la sala, ha indicado que los fiscales han acusado a Navalny y sus socios de "actividades extremistas bajo el pretexto de luchar contra la corrupción". En junio del año pasado, la justicia rusa ya ilegalizó las organizaciones vinculadas a Navalny por considerarlas "extremistas". El líder opositor ha instado a los miembros de la Fundación Anticorrupción a seguir el trabajo, según Pevtshick.

Navalny, de 45 años, fue detenido en enero de 2021 minutos después de aterrizar en Moscú procedente de Berlín, donde estaba desde agosto de 2020 recuperándose del envenenamiento del que había sido víctima (presuntamente por orden del Kremlin) y que lo llegó a dejar en coma.

Después de un mes y medio en prisión provisional, el 2 de febrero del año pasado fue condenado a cumplir una pena de tres años y medio de prisión que se le había impuesto en 2014 por un caso de fraude y malversación, pero que entonces había quedado suspendida. El hecho de que, durante su estancia en Alemania, hubiera incumplido los términos de la libertad condicional (que lo obligaban a comparecer periódicamente ante la justicia) fue la excusa para encarcelarlo. Como previamente ya había pasado unos meses en arresto domiciliario, la condena quedó reducida a dos años y medio.

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