La normalidad, ¿después de Semana Santa?
El científico de Oxford John Bell apunta que hay un 80% de posibilidades que sea así
LondresLa euforia desatada por el anuncio de Pfizer en relación con la vacuna contra el covid-19 continúa 24 horas después de que trascendiera que el prototipo que ha creado la farmacéutica norteamericana, en combinación con la biotecnológica alemana BioNTech, proporciona el 90% de efectividad, de acuerdo con los primeros datos facilitados por la compañía, pero todavía provisionales.
Tanto es así que uno de los más prestigiosos profesionales de medicina de Oxford, el catedrático John Bell, que participa en la investigación que lleva a cabo el Instituto Jenner de la universidad y la compañía anglo-sueca AstraZeneca, y miembro del grupo de trabajo del gobierno de Boris Johnson sobre la vacuna, ha asegurado este mediodía en el Parlamento que hay una posibilidad de que la normalidad se empiece a recuperar después de Semana Santa, siempre que "no lo hagan mal distribuyendo la vacuna". Con todo, el ministro de Sanidad británico, Matt Hancock, ha sido este martes mucho más moderado. Sin aguar las expectativas, e incluso sin descartar que antes de Navidad ya se estén poniendo las primeras dosis, ha tratado de rebajar la euforia.
En todo caso, en la comisión de seguimiento sobre el covid del Parlamento, el exministro de sanidad Jeremy Hunt ha preguntado este martes a Bell: "¿Cuáles calcula que son las posibilidades porcentuales que lleguemos a Semana Santa habiendo vacunado nuestra población más vulnerable de forma que después de Semana Santa podamos pensar en la normalización?". Bell ha dicho: "Creo que tenemos un 70 o 80 por ciento de posibilidades de hacerlo. Y, siempre que no se haga mal la distribución, todo irá bien".
El comentario se refería, básicamente, a las dificultades logísticas que presenta la inoculación masiva de la vacuna de Pfizer. No solo son dos dosis que se tienen que aplicar con una diferencia de tres semanas. También puede haber problemas porque hay que conservarla a menos 80 grados centígrados hasta pocas horas antes de inyectarla. Para no mencionar la cuestión de la fabricación. Pfizer cree que puede tener este año 50 millones de dosis, y el próximo, 1.300 millones.
Pero el optimismo responsable que entusiasma tanto a la comunidad científica como a la clase política, y la euforia desbordada de los mercados económicos, también se fundamentan en las noticias que llegan del proyecto de Oxford y AstraZeneca. Es casi seguro que antes de finales de mes, o durante la primera semana de diciembre, se sepan los datos del ensayo clínico de la fase III.
En este sentido, el mismo profesor Bell ya afirmó este lunes en el programa The World at One, de BBC Radio 4, que "es probable que los datos de nuestro primer análisis provisional también estén disponibles en un futuro muy cercano, y con esto quiero decir semanas y no meses". Lo cierto es que el ensayo de la vacuna de Oxford continúa, una vez superadas dos paradas de seguridad, antes del verano y a principios de septiembre, y el 23 de octubre incluso la Food and Drug Administration, el regulador de los Estados Unidos, autorizó que se retomara en el país.
Por otro lado, la Comisión Europea ha anunciado también este martes que mañana autorizará la firma del contrato con Pfizer por la compra anticipada de 300 millones de dosis de la vacuna. "Es la más prometedora hasta ahora", ha asegurado la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen. Este será el cuarto contrato firmado desde Bruselas con varias farmacéuticas para garantizar que todos los estados miembros tengan suficientes dosis, informa Júlia Manresa Nogueras desde la capital comunitaria.
El profesor Robin Shattock, que lidera la investigación de la vacuna contra el covid-19 del Imperial College de Londres, basada en la misma tecnología que la de Pfizer (ARN mensajero), ha asegurado que esta era una buena noticia para todos los candidatos. "Suponiendo que los datos lo apoyen, esto no solo representa un adelanto importante para Pfizer/BioNTech, sino también para las vacunas en general. También demuestra la rapidez y la utilidad de la tecnología de las vacunas de ARN mensajero. Esperamos que sea el primero de los muchos candidatos a vacunas que funcionan. Una luz significativa al final del túnel", dijo.
Una carrera entre populistas
Prácticamente minutos después de que Pfizer anunciara sus datos, el ministerio de Sanidad ruso también aseguró que el prototipo de vacuna que han desarrollado, la Sputnik V, tenía todavía más eficacia. Si bien los datos sobre el prototipo se han sometido a revisión en la revista The Lancet y se consideró que no presentaba riesgos en cuanto a la seguridad, los revisores criticaron la carencia de datos facilitados y han pedido más información.
También horas después de que trascendieran las novedades de Pfizer, el regulador brasileño Anvisa, la agencia de control sanitario de Brasil, anunció la suspensión del ensayo de fase III que la compañía china Sinovac Biotech está llevando a cabo en el país. La causa, "un acontecimiento adverso y grave". Según algunas fuentes, podría haber sido la muerte de uno de los voluntarios, un dato que no ha confirmado la autoridad sanitaria del país.
Pero el trágico episodio, sobre el cual todavía se tienen que aclarar las causas, ha provocado una inesperada y grotesca batalla política entre el presidente del país, el populista Jair Bolsonaro, y el gobernador del estado paulista, João Doria, uno de sus máximos rivales políticos. "Esta es la vacuna que Doria quería obligar a inyectar a todo el mundo en São Paulo. Otra victoria de Jair Bolsonaro", decía a la cuenta oficial de Facebook del líder de extrema derecha. Un comentario que le ha valido una lluvia de críticas.