Activistas, raperos y aficionados al fútbol, las nuevas víctimas de la represión iraní
El régimen de los ayatolás ha matado a más de 450 personas y ha detenido a más de 18.000 ciudadanos desde el inicio de las protestas
JerusalénLa represión en Irán sigue sin freno. Mehran Samak, un aficionado al fútbol del norte del país, murió de un disparo en la cabeza el 29 de noviembre después de hacer sonar el claxon del coche durante las celebraciones por la derrota de Irán ante Estados Unidos en el Mundial de Catar, según el grupo Iran Human Rights (IHR). Toomaj Salehi, un rapero disidente detenido por apoyar las protestas por la muerte de Mahsa Amini, podría enfrentarse a la pena de muerte, según fuentes judiciales. Y más de 450 activistas y manifestantes han sido asesinados, y 18.170 personas han sido detenidas, a raíz de las movilizaciones surgidas en septiembre, según la Human Rights Activists' News Agency. También habrían muerto 60 miembros de las fuerzas de seguridad.
A pesar de que Irán solo ha reconocido oficialmente unas 200 muertos, Amnistía Internacional ha informado de que tiene documentados múltiples crímenes y violaciones de los derechos humanos por parte de las autoridades iraníes desde el inicio de las protestas por el asesinato de Amini, a la que la policía religiosa detuvo por no llevar bien puesto el velo. La ONG ha identificado centenares de homicidios "como resultado del uso injustificado de medios letales", así como detenciones y reclusiones arbitrarias masivas, desapariciones forzadas, tortura y otros maltratos. Desde la muerte de Amini, las protestas contra el régimen de los ayatolás se han extendido a más de 150 ciudades y 140 universidades en las 31 provincias del país, y ya se consideran la revuelta popular más importante contra la República Islámica, desde la revolución del 1979.
Ante esta situación, el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas votó el 24 de noviembre a favor del establecimiento de una misión especial para investigar la represión de las protestas por parte del régimen de los ayatolás. Desde Ginebra, el jefe de derechos humanos de la ONU, Volker Türk, advirtió de que Irán está en una crisis "en toda regla" y afirmó que la muerte y detención de disidentes es "inaceptable". Türk lamentó "las imágenes de niños asesinados, de mujeres golpeadas en las calles, de personas condenadas a muerte" y reprobó "el uso innecesario y desproporcionado de la fuerza" por parte del gobierno iraní. "Los viejos métodos y la mentalidad de fortaleza de los que ejercen el poder simplemente no funcionan. De hecho, solo agravan la situación", añadió.
La misión contó con el apoyo de 25 estados, mientras que seis países votaron en contra y dieciséis se abstuvieron. El secretario de Estado de EE.UU., Antony Blinken, elogió el resultado de la votación y dijo que la investigación "ayudará a garantizar que los involucrados en la represión violenta en curso contra el pueblo iraní sean identificados y sus acciones sean documentadas". Por su parte, el gobierno de Teherán describió la propuesta de investigación como una maniobra política arrogante y avanzó que no cooperaría. Entre las organizaciones por los derechos humanos, la noticia ha sido recibida positivamente. La secretaria general de Amnistía Internacional, Agnès Callamard, ha valorado que "este paso importante, que se tenía que haber hecho hace tiempo, demuestra que finalmente se ha oído el clamor de la gente de Irán por la justicia".
Más represión y condenas a muerte
Al preguntarle por la votación, el relator especial de la ONU por los Derechos Humanos en Irán, Javaid Rehman, auguró el pasado sábado que el régimen iraní "reaccionará violentamente" a la resolución de las Naciones Unidas, e indicó que la decisión de la ONU "podría desencadenar más violencia y represión". En declaraciones a la agencia Reuters, Rehman aseguró que la represión de los manifestantes ya se está intensificando y que las autoridades están lanzando una "campaña" para condenar a muerte a los participantes en las protestas. Según el experto, al menos 21 personas detenidas en el contexto de las manifestaciones ya se enfrentan a penas de muerte –incluida una mujer acusada de "delitos penales ambiguos y de formulación amplia", según Rehman–, y seis han sido condenados este mismo mes de diciembre.