Guerra Israel-Palestina

La doble moral de Occidente respecto a Gaza y Ucrania enoja a Oriente Próximo

El apoyo incondicional a Israel de la Unión Europea y Estados Unidos está generando un gran rechazo y una profunda fractura emocional

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Manifestación pro-palestinos en frente de la embajada de Estados Unidos en Beirut, este miércoles.

El CairoSólo dos días después de la incursión del brazo armado del movimiento palestino Hamás en Israel, el comisario de ampliación y política de vecindad de la Unión Europea, el húngaro Oliver Varhelyi, anunciaba la suspensión inmediata de toda la ayuda económica a los palestinos, una polémica decisión que fue rechazada a las pocas horas por la institución.

El mismo día del ataque, cuando las represalias de Tel Aviv contra toda Gaza ya se daban por hechas, el secretario de Defensa de Estados Unidos, Lloyd Austin, prometió a su homólogo israelí, Yoav Gallant, un apoyo férreo.

Y desde entonces, tanto la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, como el presidente estadounidense, Joe Biden, y otros líderes occidentales, han visitado Israel para mostrarles su apoyo incondicional, ignorando el calvario de la población de la franja.

En los últimos días, tanto la Unión Europea como Estados Unidos han matizado sus posiciones; pidieron respetar la ley internacional y diferenciar entre civiles y grupos armados, y anunciaron el envío de ayuda humanitaria a Gaza. Pero la poca contundencia y lentitud que han mostrado, su complicidad con el ejército de Israel, la tibieza exhibida ante los civiles palestinos masacrados, sumado a la negativa a pedir un alto el fuego, han generado un profundo malestar en todo el Oriente Medio, donde la lectura de los eventos es muy diferente.

En la región, el ataque a Israel se enmarca, en gran medida, en un contexto de ocupación, desposesión y apartheid en Palestina, y la ofensiva militar y el bloqueo total sobre Gaza son ampliamente considerados un genocidio palestino y una continuación de su proyecto colonial para expulsarlos de su tierra.

Sinceridad y proximidad

“En la región está creciendo el sentimiento de que Estados Unidos y la UE podrían apoyar indirectamente violaciones de los derechos humanos internacionales –apunta al ARA el politólogo palestino-sueco Abdalhadi Alijla–. Esta dinámica está cambiando las opiniones de muchos en el Sur Global, especialmente en el mundo árabe, sobre Estados Unidos y la UE. Está surgiendo una profunda división; son vistos cada vez más como mínimo sinceros”, añade.

En el caso de la UE, la mayoría de críticas se han dirigido a Von der Leyen, la líder europea que se ha situado más incondicionalmente junto a Israel, para exhibir una doble moral en la guerra en Ucrania y en Gaza. En el primer conflicto, la presidenta de la Comisión Europea ha condenado los crímenes de guerra de Rusia, sus ataques a infraestructura civil, y sus intentos de cortar el agua, la electricidad y la calefacción en Ucrania. Pero en el caso de Gaza, Von der Leyen se ha mantenido impasible ante el bloqueo total –incluido de agua, comida y combustible– impuesto por Israel en la Franja, así como frente a los numerosos ataques del ejército israelí a edificios residenciales, mezquitas, escuelas y hospitales.

Aunque la postura de la UE sobre la cuestión de Palestina es mucho más compleja que la proyectada por Von der Leyen y por el eje iliberal de extrema derecha que está ganando fuerza en el continente con un discurso racista e islamófobo, los posicionamientos más moderados exhibidos por otros líderes como el jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, y el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, han recibido menos atención.

Disparidad en las condenas

El contraste entre el horror y la indignación expresada por líderes occidentales ante los crímenes cometidos por el brazo armado de Hamás en Israel, que dejaron al menos 1.300 muertos y más de 200 secuestrados, y la indiferencia respecto a los fallecidos palestinos y la devastación de Gaza ha recibido también muchas críticas porque muchos consideran que se ha deshumanizado a las víctimas palestinas. Una de las disparidades que mayor indignación ha generado ha sido el caso de los niños. En este sentido, Biden se mostró golpeado por la supuesta decapitación de 40 niños a un kibutz del sur de Israel que después resultó ser falsa. Sin embargo, no ha habido ninguna reacción similar hacia los niños que han muerto en los ataques del ejército israelí en Gaza, aunque más de 800 de los cerca de 3.500 muertos en la franja son niños, según el ministerio de Salud de el enclave palestino.

En este contexto, la masacre de cientos de personas en un hospital de la ciudad de Gaza el martes todavía ha encendido más los ánimos. Desde la UE se ha evitado atribuir su responsabilidad, ya que las autoridades de Gaza han culpado al ejército israelí, pero éste ha apuntado a un proyectil del movimiento de la Yihad Islámica Palestina, una versión que han avalado Estados Unidos. En la mayoría de países de la región, por el contrario, se ha incriminado desde el principio a Israel, aunque la autoría sigue sin ser clara.

La misma noche de la explosión en el hospital y durante todo el miércoles, se produjeron protestas de condena a lo largo y ancho de Oriente Medio, muchas de las cuales, incluidas en Irán, Líbano, Turquía y Jordania, tuvieron lugar en las inmediaciones de las embajadas de Israel y de países occidentales como los Estados Unidos, Reino Unido y Francia. También el miércoles, Al Azhar, una de las instituciones religiosas más antiguas e influyentes del mundo islámico, con sede en Egipto, difundió un mensaje en el que llamaba a “la nación árabe y musulmana” a reconsiderar su dependencia del “arrogante” occidente euroamericano”. “Desgraciadamente, todo esto podría socavar la credibilidad de cualquier iniciativa o postura que adopten Estados Unidos y la UE en un futuro próximo”, alerta Alijla.

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