Hezbolá sube el tono con Israel pero no declara la guerra
Hasan Nasralah promete que la muerte del número dos de Hamás en Beirut "será castigada"
BarcelonaEl ataque con drones israelíes que el martes mató al número dos de Hamás en el sur de Beirut, en un feudo de Hezbolá, ha puesto contra las cuerdas el partido-milicia libanés. Su líder, Hasan Nasralah ha respondido hoy con un discurso televisado desde su escondite ante una audiencia de miles de personas: ha levantado el tono y ha prometido que el "crimen será castigado", pero sin entrar en una escalada. De su mensaje se deduce que continuarán las escaramuzas en la frontera norte de Israel, pero sin entrar en una guerra abierta. Y es que el movimiento chiíta que enarbola "el eje de la resistencia" contra Israel y Estados Unidos –con Irán, Siria, Hamás y los houthis de Yemen– no puede permitirse ahora una guerra como la del 2006. - _BK_COD_ El discurso de Nasral·lah estaba programado para conmemorar el cuarto aniversario de la muerte del general iraní Qasem Soleimani en otro ataque con drones, aquella vez estadounidenses, en el 2020 en Irak. Lo que no estaba programado era que unas horas antes dos bombas asesinaran a más de un centenar de personas en el lugar donde el militar está enterrado. El líder de Hezbolá se dedicó a elogiar la figura de Soleimani como el artífice del "eje de la resistencia", aunque quiso dejar claro que todas las milicias de la región que recibieron su ayuda en forma de armas, entrenamiento o soporte logístico no son meros títeres de Irán, sino movimientos de resistencia con una agenda nacional propia. "Compartimos una visión y unos principios, pero nadie dicta órdenes a otros: intercambiamos consejos y aprendemos de las experiencias, pero cada uno toma las decisiones adecuadas para su país", ha dicho. Y después ha elogiado los ataques de los houthis en el mar Rojo, los únicos que, al tener impacto en el comercio mundial, podrían acabar suponiendo una ayuda efectiva a los palestinos.
Con las manos atadas
Nasralah ha enviado también un mensaje para sus seguidores: Hezbolá hará lo que convenga a los libaneses. Y eso, pese al soflama final en el que aseguró que "si" Israel ataca al Líbano no tienen "miedo" de ir a una "guerra sin límites". Pero la realidad es que Líbano es un país pequeño, con una economía en quiebra y una crisis política crónica en medio de una región en llamas. Y que Hezbolá es ahora una fuerza de gobierno que se debe a todos los libaneses, no sólo a sus seguidores. Y Netanyahu ha amenazado con convertir a Beirut en "otra Gaza".
Nasralah está en una posición difícil y maniatado, porque Líbano y Hezbolá del 2006 –cuando repelieron la invasión israelí en el sur del país– no son los de hoy. Entonces Israel arrasó buena parte del mismo feudo de Hezbolá donde martes mataron al jefe de Hamás, y muchos de sus vecinos (medio millón de personas) se refugiaron en la vecina Siria. Hoy las cosas están bastante más complicadas. Todo apunta, pues, a que la milicia chií libanesa no tiene muchas más opciones que seguir en modo defensivo. Atrapado entre la retórica del eje de la resistencia y su responsabilidad como movimiento político local.
Ante sus fieles, Nasral·lah ha hecho más de analista que de líder político. Tras felicitar la Navidad a los cristianos, ha desgranado 16 puntos para explicar dónde está hoy la región, después de 89 días de guerra en Gaza. Su visión se resume en una sentencia: "Lo que ha pasado desde el 7 de octubre y lo que ha de venir ha debilitado a Israel y le ha puesto en el camino de la desaparición. Nadie podrá defenderlo. Y en cuanto a lo que hace" en los truenos árabes, más vale que se protejan a vosotros mismos”.