Internacional

Jugarse la vida para informar: así trabajan los periodistas de Gaza

Al menos 51 trabajadores de medios han muerto en la Franja en cinco semanas, una cifra sin precedentes

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Entierro de dos periodistas fallecidos durante un ataque del ejército israelí

BarcelonaLas últimas semanas pasarán a la historia como las más mortíferas para los periodistas desde que se cuentan los informadores asesinados en guerras. En la franja de Gaza al menos 51 trabajadores de medios de comunicación murieron en los bombardeos israelíes, según el sindicato de periodistas palestinos. Mientras el gobierno de Benjamin Netanyahu niega el acceso independiente a la Franja a la prensa internacional, los periodistas que vivían en Gaza antes del 7 de octubre van cayendo, en un recuento macabro que cada vez nos deja más ciegos sobre lo que está pasando en la región. El jueves los equipos de Al Jazeera que quedaban en el norte de Gaza fueron evacuados y cada día que pasa es más difícil tener una fotografía clara de la evolución de la ofensiva israelí y de la situación de la población civil. Reporteros Sin Fronteras denuncia que los ataques israelíes han destruido total o parcialmente las sedes de 50 medios de comunicación en la Franja.

"Estamos muy asustados: de quedarnos en casa, de salir, de movernos, de no hacer nada... Vivimos con miedo siempre. Todos estamos esperando a que nos maten: los israelíes atacan ambulancias, equipos de rescate... y los periodistas no somos una excepción. Podemos morir en cualquier momento", explica al ARA, en un precipitado mensaje de voz, el periodista palestino Abu Salim. "La señal de internet es muy débil, así que tengo que hablar poco y rápido", se excusa.

Antes de la guerra, Abu Salim era el responsable de protección del Sindicato de Periodistas Palestinos en la Franja y una parte de su trabajo consistía en enseñar a los colegas a trabajar con mayor seguridad. "Pero el casco y el chaleco no sirven de nada ante estos terribles misiles. Les digo a los compañeros que tienen que llevarlos, pero yo sé que son inútiles, porque no se trata de detener la metralla o un disparo".

"Pueden volver a bombardear en cualquier momento"

Es importante saber en qué condiciones trabajan los profesionales de los medios que todavía sobreviven en Gaza para entender que la información que nos llega es incompleta. "En todas partes hay bombardeos, bombardeos y más bombardeos, de día y de noche. Intentamos llegar a los lugares bombardeados para ver qué ha pasado, entrevistar a las víctimas, recoger testigos. Pero es muy peligroso, en cualquier momento pueden volver a bombardear el mismo sitio". También hay trabas materiales que son insuperables, como la falta de gasolina: "Hoy he ido desde casa al hospital en un carro tirado por un burro porque no he encontrado a ningún conductor que tuviera gasolina".

El apagón de comunicaciones que ha impuesto Israel es otro obstáculo contra el que no pueden hacer nada, y que, según explica Salim, obliga a los equipos de los medios a exponerse aún más. "Hace unos días estaba en casa y oía un bombardeo muy cerca. Tenía que llamar a mis fuentes para saber qué pasaba, pero todas las comunicaciones estaban cortadas. No nos queda más remedio que salir a la calle y ponernos en peligro para saber qué está pasando".

Familias asesinadas

No solo los propios periodistas se exponen, también sus familias están en peligro. El jefe de redacción del canal árabe de Al Jazeera en Gaza, Wael Dahdouh, ha vuelto a trabajar después de que su mujer, su hijo Mahmoud (15 años), su hija Sham (7) y su nieto Adam ( 2) murieran en un ataque israelí en el campo de refugiados de Nuseirat, en el sur de la Franja, donde se habían refugiado siguiendo la orden de evacuación que había dado el ejército israelí. En estado de shock, Dahdouh declaraba: "Estaba informando de un ataque en el campo de Yarmouk y los atacaron en la zona que supuestamente habían dicho que era segura". El periodista de la televisión palestina Mohamed Abu Hatab falleció junto a 11 miembros de su familia el 2 de noviembre en un bombardeo en Khan Yunis, también en el sur de la Franja. Según el recuento del Comité para la Protección de los Periodistas, al menos 12 informadores fallecieron en bombardeos contra su casa, cuando estaban con sus familias.

Abu Salim dice que no se lo puede explicar: "Atacan a las familias de los periodistas y también a las familias de los médicos que se esfuerzan por salvar a la gente en los hospitales. ¿Es para silenciarnos? No lo sé, solo sé que a mí me afecta".

El veterano periodista explica que también tiene que dedicar mucho tiempo a los suyos. "Si tengo que escoger entre cubrir una noticia o ir de un sitio a otro para conseguir pan para alimentar a mis hijos, tengo claro que mi prioridad es mi familia... Es agotador", confiesa.

Amenaza directa

Las amenazas contra la prensa son directas. Después de que el gobierno israelí advirtiera a los medios de que no garantizaba la seguridad de sus equipos en Gaza, un grupo de grandes medios internacionales –incluidas las agencias Reuters y AP, la cadena estadounidense CNN y el diario The New York Times– han tenido que salir en defensa de cuatro fotógrafos locales con los que trabajan, a los que el gobierno israelí ha acusado de estar al corriente del ataque de Hamás del 7 de octubre. Danny Danon, diputado del Likud, el partido del primer ministro Benjamin Netanyahu, declaró que sus nombres se incluirían en la lista de objetivos a matar por su implicación en la matanza.

Abu Salim quiere destacar que la información que pueden producir en Gaza es insuficiente para explicar la magnitud del desastre: "La guerra no solo son bombas y disparos; es la falta de agua y comida, es vivir con miles de personas en una escuela convertida en refugio, son enfermedades... Hay miles de historias, pero para escribir una historia tienes que moverte, y moverte en Gaza significa morir".

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