Líbano pone fin a la parálisis institucional y elige un primer ministro que no gusta a Hezbollah

La elección del nuevo jefe de gobierno, presidente del Tribunal Internacional de la ONU, evidencia la debilidad de la milicia proiraní

El nuevo presidente de Líbano, Nawaf Salam, en su etapa de juez de la Corte Internacional de Justicia.
13/01/2025
3 min
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BeirutCon 85 votos a favor y la ausencia del bloque parlamentario de la Lealtad a la Resistencia, compuesto por Hezbollah y su socio chií, el Movimiento Amal, el septuagenario Nawaf Salam, presidente del Tribunal Internacional de Justicia (TIJ), ha asumido el cargo de primer ministro de Líbano. Este nombramiento pone fin a dos años de parálisis institucional, caracterizados por un gobierno interino liderado por el magnate Najib Mikati, que operaba bajo una dinámica de mera administración diaria.

Salam, considerado un reformista, es un musulmán suní, el único grupo religioso habilitado para ocupar el cargo de primer ministro según el sistema confesional del país. En los últimos años, Salam ya había sido candidato en dos ocasiones para ese puesto. Su proyección internacional se consolidó el pasado año tras ser elegido presidente del TIJ, donde presidió casos de alto perfil, como el de Suráfrica contra Israel por acusaciones de genocidio.

Hezbollah, más débil que nunca

La elección de Salam representa un revés significativo para Hezbollah, con una influencia política y militar que se ha ido debilitando progresivamente. Esta vez se suma a la elección de Joseph Aoun como presidente del Líbano la semana pasada. Aoun, jefe del estado mayor y figura distante de las alineaciones políticas tradicionales, también fue elegido por mayoría absoluta sin contar con el apoyo de Hezbollah.

Este lunes el candidato con el apoyo del bloque chií, el empresario suní Fouad Makhzoumi, se ha retirado de la carrera para ser primer ministro en el último momento y ha apoyado a Salam. Los intentos de Hezbollah y Amal por posponer las votaciones para consolidar el apoyo al primer ministro interino Mikati han fracasado, y sólo ha obtenido nueve votos.

La complexa demografia del Líban

La complexa demografia del Líban

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ISRAEL

Este cambio político refleja una creciente oposición hacia Hezbolá entre los líderes libaneses, muchos de los cuales rechazan su implicación en el conflicto con Israel. Las cifras son contundentes: más de 4.000 muertes y miles de millones de dólares en daños han dejado una profunda herida en el país. Ante esta situación de aislamiento, el líder parlamentario de Hezbollah, Mohamed Raad, ha denunciado las votaciones con tono sombrío. "Nuestro blog y Amal han expresado su consternación por la inclinación de nombrar a Nawaf Salam como primer ministro. Esto sembrará división. Lo que ocurre en las consultas gubernamentales no favorece el nuevo mandato presidencial", ha declarado Raad, que ha advertido sobre el riesgo de romper el frágil pacto confesional del país.

Una renovación para la reconstrucción

Sin embargo, el panorama regional y nacional ha evolucionado, y ha debilidad las antiguas lógicas de poder. La narrativa de "tranquilizar a Hezbollah o "evitar enfrentamientos" ya no domina las decisiones políticas. Como ha señalado la editorial del diario digital Ici Beyrouth, las recientes elecciones demuestran un giro hacia una nueva era en la que las prioridades políticas parecen alinearse más con la reconstrucción del estado que con la consolidación de alianzas sectarias.

Para muchos libaneses, este momento representa una oportunidad única en la historia del país. La elección de Salam y Aoun, dos figuras que simbolizan la posibilidad de cambio, ofrece la esperanza de construir un estado más fuerte e independiente. Este escenario, impensable hace apenas unos meses, refleja un punto de inflexión que podría redefinir el futuro de Líbano.

Sin embargo, los retos que afrontan Salam y Aoun son enormes. Han tomado un camino que rompe con las tradiciones, enfrentando a temas clave como la independencia del poder judicial, el control estatal de las armas y la recuperación económica. El éxito de su trabajo será crucial para definir el futuro del Líbano y determinar si el país logra avanzar o sigue atrapado en los problemas de siempre.

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