El líder de Hezbollah advierte a Israel pero evita declarar la guerra: "todas las opciones están abiertas"
Nasrala
BeirutLos barrios chiíes de los suburbios del sur de Beirut, feudo de la milicia Hezbolá, aliada de Irán, se ha engalanado este viernes de bandera amarillas, de la Resistencia Islámica libanesa, y de póster de mártires caídos en los enfrentamientos con las fuerzas israelíes desde el sur de Líbano. En las fotografías de los combatientes de la milicia chií libanesa fallecidos desde el 7 de octubre en las escaramuzas en la frontera norte de Israel, que ya son unos sesenta, dice en árabe: “mártires en el camino a Jerusalén”. En el barrio de Dahiyeh, Hezbollah ha desplegado toda su maquinaria mediática para el esperado y temido gran evento. El secretario general del Partido de Dios, Hasan Nasrallah, rompía su silencio después de casi un mes de guerra en Gaza y dos horas antes del inicio del discurso, ya no quedaba una silla libre en la plaza de Al-Ashura. Ante la gran afluencia, la organización tuvo que poner pantallas adicionales en las calles colindantes. Hezbolá ha vuelto a exhibir su músculo de “poder callejero”.
Sin embargo, en otras partes de la ciudad de Beirut, las calles vacías reflejaban sentimientos de preocupación y miedo. A las tres de la tarde, hora local, se encendieron las pantallas instaladas en el barrio de Dahiyeh y en los feudos chiís del sur del Líbano. Más de hora y media de discurso televisado que fue acompañado con ráfagas de disparos al aire y aplausos. Pero al mismo tiempo, en otras partes de la ciudad las calles permanecieron vacías, lo que refleja los sentimientos de preocupación y miedo a otros miles de libaneses que no apoyan al movimiento de resistencia libanés y no quieren que su país acabe siendo arrastrado a una nueva guerra con Israel. El precedente de 2006 está en la memoria y en Líbano pocos desean una nueva confrontación: es un estado fallido, con una grave crisis económica y un sistema político derrumbado.
Nasrallah concluyó su discurso con una clara advertencia de que “todas las opciones están abiertas, entre ellas una guerra total contra Israel”, pero no la declaró. El líder del Partido de Dios destacó que esta guerra contra Israel es la más importante desde la del 48, el primer conflicto que enfrentó al Estado de Israel con los vecinos árabes y acabó con un éxodo masivo de palestinos de las sus tierras. Asimismo, el jeque Nasrallah puntualizó que "el triunfo de Gaza significa el triunfo de Palestina y de los estados y pueblos de la región", en referencia a una regionalización del conflicto que enfrentaría llamado eje de la resistencia islámica iraní contra Israel y objetivos norte -americanos , que es lo que más preocupa a Occidente.
Frente común contra Israel
Hezbolá ha demostrado que no está solo en la batalla contra Israel en el sur del Líbano. Desde el inicio de operación "inundación de Al Aqsa" el pasado 7 de octubre, facciones palestinas afines a Hamás, como las brigadas de Al Quds y Al Qassam se han unido desde tierra libanés. También el brazo armado del grupo islamista suní de los Hermanos Musulmanes, Jamaa en el Islamiyya han estado atacando posiciones militares israelíes cerca de la frontera. Todos estos grupos islamistas son políticamente antagónicos, ya que estamos hablando de musulmanes suníes y chiíes, enemistados históricamente. Sin embargo, cuando se habla del eje de la resistencia antisraelí dejan de lado sus divisiones religiosas para unirse en un frente común. Pero esta unidad es sólo militar, “no está garantizado que la influencia de Hezbolá consolide esta influencia después de la guerra, particularmente entre las formaciones suníes, sus principales rivales parlamentarios”, indica AHORA el analista libanés Hanin Ghader.
La frontera se calienta
Las últimas horas antes del esperado discurso del líder de Hezbolá han sido las más violentas que se han vivido en el sur de Líbano desde que comenzó el conflicto entre Israel y Hamás hace casi un mes. La milicia por primera vez le ha mostrado al “enemigo” que también tiene drones de ataque que lograron impactar en un puesto militar en las ocupadas granjas de Sheba, en los Altos del Golán. Las fuerzas israelíes no han perdido la iniciativa, bombardeado intensamente toda la frontera. Hamás no sólo ha conseguido apoyo de Hezbolá para su guerra contra Israel desde Líbano, sino que también se han alineado otros movimientos islamistas regionales. Para crear una liga regional contar Estados Unidos e Israel. De hecho, la resistencia islámica en Irak atacó el jueves por la noche el aeropuerto internacional de Erbil, en el que se encuentran despegadas las fuerzas estadounidenses. Y desde Yemen, los huthis han sido lanzados misiles de crucero, en apoyo a Hamás en la guerra contra Israel.
Nasral·lah ha tenido que medir mucho sus palabras porque no puede hablar públicamente de una guerra en Líbano cuando los ataques todavía se concentran en la franja fronteriza del sur del Líbano. Pero, por otra parte, tiene la responsabilidad de dar explicaciones a las madres de los mártires y no puede decirles que sus hijos han muerto en una guerra que todavía no ha empezado.