Recuento de infarto en Perú, donde Castillo se perfila ganador
El país polarizado entre el candidato de izquierda, que representa el cambio, y Keiko Fujimori
Santiago de ChileCada decimal cuenta en los resultados de las elecciones de Perú. El triunfo se disputa voto a voto en un recuento extremadamente ajustado que algunas encuestas no publicadas de los últimos días ya anticipaban. Con un 96% escrutado, Pedro Castillo, candidato de la izquierda, encabeza la votación con un 50,2% de apoyos, mientras que la líder conservadora Keiko Fujimori suma un 49,8%. Los separan 100.000 votos. El margen es tan estrecho que hasta que no se acabe el escrutinio será difícil declarar de manera oficial al ganador. Fujimori ha mantenido décimas de ventaja a su rival, hasta llegar al 93,5% de los votos procesados, cuando por primera vez la tendencia se ha invertido: el voto rural y de la selva es el más lento en recontar y el que mayoritariamente apuesta por Castillo. Fujimori ha hecho una rueda de prensa para denunciar "fraude sistemático" pero los observadores internacionales han certificado que el proceso ha sido correcto.
Los dos presidenciables han pedido calma y tranquilidad a la población para esperar los resultados. “Tenemos que buscar la unidad. Invoco la prudencia, la calma y la paz a los que han votado por nosotros y a los que no”, ha dicho Fujimori después de hacerse públicos los resultados de la encuesta Ipsos a pie de urna que la daban como ganadora por un 50,3% de votos. Al cabo de un rato, se ha publicado un segundo sondeo, el recuento rápido, que tiene un margen de error más pequeño porque se elabora a partir de los votos de mesas representativas, y que confirmaba una espera de infarto: por unas décimas, daba como vencedor a Castillo. “Hacemos un llamamiento a la tranquilidad y a la unidad. Hemos pasado por diferentes procesos y cada vez que participamos somos más responsables y maduros. Pido ser respetuosos con la voluntad popular”, ha dicho entonces el profesor y sindicalista.
Votos clave: zonas rural y exterior
En la recta final del escrutinio, ahora toda la atención se concentra en dos sectores concretos: el voto rural y de la selva, y el voto exterior. Mientras que el primero es más favorable a Castillo, las papeletas procedentes del extranjero benefician a Fujimori. “El número de votantes en el exterior es significativamente inferior al voto rural; por lo tanto, es probable que Keiko Fujimori no pueda superar a Castillo, que ya ha pasado a primera posición”, explica el politólogo y analista peruano José Alejandro Godoy. El doctor en economía e investigador del Grupo de Análisis por el Desarrollo del Perú (GRADE) Hugo Ñopo estima que la diferencia de votos podría ser de unos 40.000 a favor de Castillo, una cifra que repetiría el esquema de las elecciones de 2016, cuando Pedro Pablo Kuczynski también ganó a la hija del expresidente Alberto Fujimori (1990-2000) por la misma diferencia. Si se mantiene este resultado, este sería su tercer intento fallido de llegar a la presidencia. Según Godoy, “a pesar de que la candidata de derechas ha conseguido recortar mucho la distancia con su rival, por pocos votos el antifujimorismo se impone y, aparentemente, acabaría siendo más fuerte”.
El país aguanta la respiración a la espera de saber no solo quién será el futuro mandatario sino también cómo se intuye el modelo de país de los años próximos. Los dos candidatos han presentado programas antagónicos que han dejado un Perú totalmente polarizado. Mientras que Fujimori representa la continuidad o incluso la profundización del modelo neoliberal instalado por su padre, el maestro rural propone un cambio económico profundo, más protagonismo del estado y una nueva Constitución.
Ante su posible victoria, los mercados ya han empezado a reaccionar: “Si se confirma como presidente, el banco central estaría a prueba con el cambio de régimen, probablemente teniendo que afrontar una fuga de capitales”, ha dicho la financiera JP Morgan. Gane quien gane, sin embargo, el país sudamericano mantendrá el perfil conservador en materia de derechos de las mujeres y la diversidad sexual como el aborto, el matrimonio homosexual o la identidad de género. Castillo no tiene como prioridad avanzar en estos ámbitos.