América Latina

La revuelta social marca el resultado de las elecciones constituyentes en Chile

El electorado premia a las candidaturas independientes y castiga a los partidos tradicionales

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Recompte en un colegio electoral de Santiago de Chile.

Santiago de ChileCastigo a los partidos tradicionales y premio a las candidaturas independientes. Esta ha sido la clave de los resultados de las elecciones constituyentes de Chile. Una noche de sorpresas en la que se ha acabado imponiendo el espíritu del estallido social de octubre de 2019, que, precisamente, empujó la apertura de este proceso para un nuevo pacto social.

La ciudadanía ha querido que el órgano encargado de escribir la nueva Constitución del país, que enterrará definitivamente la heredada de la dictadura de Augusto Pinochet, tenga una amplia representación de ciudadanos sin militancia partidaria. El bloque de candidaturas independientes suma 45 de los 155 escaños de la Convención Constitucional (con el 87% escrutado), una cifra que se amplía si se añaden los nombres escogidos que, a pesar de ser independientes, han preferido participar en los comicios a través de una lista de partido, que les ha “cedido” un lugar. “El pueblo ha ganado y ha escogido a los que salimos a luchar, a los jóvenes que todavía hoy están en la prisión, a los que se saltaron el turno del metro”, ha dicho Giovanna Grandon, una de las escogidas de este grupo por la Lista del Pueblo, en referencia a los estudiantes que iniciaron las movilizaciones de 2019 contra el aumento del precio del transporte público. Grandon es el ejemplo claro de cómo la esencia de las protestas se ha proyectado en los resultados. Se convirtió en uno de los personajes simbólicos de la revuelta social porque participaba en todas las manifestaciones disfrazada de Pikachu bailando al ritmo de los cánticos que coreaban los manifestantes.

Golpe a la política tradicional

Los grandes perdedores de la noche han sido los candidatos de los partidos tradicionales, tanto del sector de derecha (39 escaños) como de centroizquierda (25 escaños). “Esta noche hemos visto una señal de cansancio con los partidos tradicionales”, explica el historiador y experto en ciencia política Claudio Fuentes.

Para la derecha, el castigo es mayúsculo porque el bloque se queda sin llegar al tercio que se había marcado como objetivo. Un hito necesario, porque las decisiones de la asamblea se tendrán que aprobar por una mayoría de dos tercios (105 escaños) y, por lo tanto, superar el tercio permitía al bloque conservador vetar cualquier iniciativa. “No estamos sintonizando adecuadamente con las demandas y anhelos de la ciudadanía y estamos siendo interpelados por nuevas expresiones y nuevos liderazgos”, ha dicho el presidente chileno, Sebastián Piñera, a la hora de hacer balance.

Para el sector de centroizquierda, que agrupa a los partidos de la socialdemocracia más clásica y que ha gobernado el país durante buena parte del periodo de la democracia, tampoco ha habido buenas noticias. Sus resultados han quedado por debajo del bloque de izquierda (28 escaños), formado por el Partido Comunista y la coalición Frente Amplio, nacida bajo la impronta del movimiento estudiantil.

Un órgano diverso

“Los temas centrales de la Constitución de 1980 y que defendía la derecha no estarán en la nueva. Seguramente tendremos una Constitución más cercana en un estado más fortalecido y con más derechos sociales”, comenta Fuentes. Según su análisis, “las deliberaciones en el interior de la asamblea constituyente serán más complejas [de lo que se ha visto hasta ahora en el Congreso tradicional] porque habrá menos disciplina de voto”. A la vez, sin embargo, para él, la presencia de miembros independientes conformará un órgano “más diverso” y esto, dice, “ayudará a darle legitimidad, puesto que había muchas dudas respecto a la posibilidad de que las candidaturas independientes pudieran quedar efectivamente electas”.

La Convención Constitucional será la primera paritaria del mundo: estará formada por 77 mujeres y 78 hombres. La ley de paridad asegura la misma representatividad a hombres y mujeres, un hito que se ha conseguido gracias a la presión del movimiento feminista.

Necesitamos un cambio”

Las elecciones de la asamblea constituyente han coincidido con las votaciones de alcaldes, concejales y gobernadores regionales. En todas ellas, el voto de castigo a la derecha se ha repetido y, en cambio el Partido Comunista y el Frente Amplio se han disputado ayuntamientos y regiones estratégicas. Sin duda, sin embargo, los comicios para la Convención Constitucional han sido los que han despertado más interés: “El voto para los convencionales es lo más importante. En Chile necesitamos un cambio”, decía este domingo saliendo de un colegio electoral Paulina Valenzuela, de 40 años, una de las votantes.

A partir de ahora, el órgano constituyente tendrá 9 meses –prorrogables hasta 12– para escribir una nueva carta magna. A mediados de 2022 el país someterá el nuevo texto a un plebiscito de salida.

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