El rey de Marruecos cierra la crisis diplomática con España

Mohamed VI dice que ha participado personalmente en las conversaciones para normalizar las relaciones después del asunto Ghali

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El rey del Marruecos, Mohamed VI

"Con un optimismo sincero, expresamos el deseo de continuar trabajando con el gobierno español y su presidente, Pedro Sánchez, para inaugurar una etapa inédita en las relaciones entre nuestros países". Con esta frase pronunciada viernes en su discurso anual, Mohamed VI, rey de Marruecos, ha dado por cerrada la crisis diplomática que estalló en abril cuando Rabat dejó pasar a miles de marroquíes a Ceuta en represalia por la acogida del líder del Frente Polisario, Brahim Ghali, enfermo de covid-19.

El monarca alauí ha reconocido que el episodio, que llevó a la retirada de la embajadora marroquí en Madrid, ha sido "una crisis sin precedentes que ha sacudido con fuerza la confianza mutua y ha planteado varias preguntas sobre su futuro". El carpetazo llega después de que Rabat aceptara el regreso de los menores que habían quedado atrapados en Ceuta –de dudosa legalidad– y que Sánchez sacrificara a Arancha González Laya al frente del ministerio de Exteriores como máxima responsable de la gestión de la crisis. Fuentes diplomáticas marroquíes han explicado al ARA, sin nembargo, que el regreso de la embajadora marroquí a Madrid todavía no tiene fecha.

El rey se implica

Mohamed VI ha dicho que él mismo ha formado parte de las conversaciones para recuperar el entendimiento con Madrid "con la tranquilidad más grande, con total claridad y espíritu de responsabilidad", y que ha querido "no solo encontrar una salida, sino también aprovechar la oportunidad para redefinir las bases y parámetros que rigen estas relaciones". Y ha subrayado que quiere "enfortecer los fundamentos clásicos que subyacen en estas relaciones a través de una comprensión conjunta de los intereses de los dos países".

El monarca también se ha referido a buenas relaciones entre Marruecos y Francia y su "amistad" con el presidente Emmanuel Macron, mucho más cercano a Rabat que Madrid en la cuestión del Sáhara. En cambio, hoy por hoy quien queda al margen de la reconciliación es Alemania, que continúa apostando por un referéndum de autodeterminación en el Sáhara Occidental, lo que le ha costado la retirada de la embajadora marroquí en Berlín. El rey tampoco ha mencionado al vecino, Argelia, eterno rival regional, con quien las relaciones han empeorado a raíz del acercamiento de Marruecos a Israel, a cambio del reconocimiento por parte de Donald Trump de la soberanía marroquí sobre el Sáhara. En un discurso de hace unas semanas Mohamed VI había extendido la mano a Argel pero la tensión ha vuelto esta semana cuando las autoridades han acusado a Rabat de estar detrás de la grave ola de incendios provocados que sufre Cabília.

El presidente español, Pedro Sánchez, ha agradecido las palabras del rey de Marruecos: "Consideramos Marruecos un aliado estratégico de España y de la Unión Europea", ha dicho, y ha añadido que "de toda crisis surgen oportunidades".

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