Guerra en Ucrania

El misterio de Bakhmut: el pueblo que Rusia intenta invadir desde hace 9 meses

El Kremlin insiste en conquistar un enclave de poca importancia estratégica

Laia Berenguer Lumbierres
3 min
Un edificio destruido a Bakhmut, en la región de Donetsk.

BarcelonaLa ciudad de Bakhmut, en la provincia de Donetsk, en Ucrania, ya se ha convertido en un territorio en ruinas. En uno de los enfrentamientos registrados este martes, la artillería rusa destruyó con una intensidad inédita casi 20 asentamientos ucranianos de primera línea. Todo y su estado catastrófico, Bakhmut continúa en manos ucranianas y todavía es objetivo de captura de Rusia. Pero, ¿por qué Putin quiere ocupar un territorio que él mismo se ha dedicado a reducir a cenizas?

Antes de estallar la guerra, Bakhmut tenía 80.000 habitantes. Durante la época soviética la ciudad había ganado fama gracias a su bodega de vino Artwinery, la única en Ucrania y la más grande del Europa del Este. Además, en el suburbio de Soledar se encuentra una enorme mina de sal, con más de 200 kilómetros de túneles, a una profundidad de 288 metros. Muchas de las rocas tienen 30 metros de altura. La producción alcanzaba toda la demanda de sal de Ucrania, pero ahora la actividad se ha visto gravemente afectada por los ocho años de guerra en este punto del Donbass.

La fijación de Putin por invadir la península de Crimea, y desde febrero, el resto de Ucrania, ha transformado a Bakhmut en un escenario bélico devastado. Edificios que ya habían sido bombardeados han vuelto a ser atacados. El paisaje es desértico. Han huido 68.000 vecinos según el gobernador regional. Valentina, de 70 años, es una de las vecinas. Mientras huía en una furgoneta, explicó a la agencia Reuters que su casa "temblaba": "En cualquier momento te esperas que se pueda hundir todo a tu alrededor. No pude ni dormir durante la última semana, así que decidí irme".

Los 12.000 vecinos de Bakhmut que todavía no han marchado se refugian en los sótanos de su casa esperando a que se acabe la pesadilla. Otros, duermen a la intemperie, donde hace un frío que pela y constantemente se oyen los aviones rusos que patrullan el cielo. Solo hay un hospital militar en la ciudad, que está totalmente colapsado por los centenares de víctimas ucranianas que llegan cada semana.

La obsesión de Putin

La determinación de Putin por invadir Bakhmut desconcierta los expertos. El Kremlin está destinando una gran cantidad de recursos –humanos y materiales– a apoderarse de un territorio de poca importancia estratégica para la guerra. A partir de Bakhmut, no obstante, los rusos podrían ampliar la ofensiva en las ciudades de Sloviansk y Kramatorsk, al norte, según la explicación propuesta por el diario independiente ruso The Moscow Times. Además, la ciudad se sitúa en una carretera clave que atraviesa las regiones de Donetsk y Lugansk, dos territorios anexionados por Putin. Pero, a la vez, analistas de defensa han admitido al diario que "nadie puede explicar realmente por qué los rusos luchan de manera tan agresiva" para tomar Bakhmut.

Los soldados rusos que atacan la ciudad acatan órdenes, junto a la empresa rusa Wagner, mercenarios privados con vinculación directa al Kremlin. La retirada de Kherson a principios de noviembre ha permitido desplazar a los soldados desde el sur de Ucrania hasta el oeste –a Bakhmut, por ejemplo– y así reforzar la intervención de la compañía Wagner, según confirman un oficial de defensa de Estados Unidos y soldados ucranianos.

Intensidad de la artillería

Para combatir la insistencia de Moscú, Kiev ha enviado refuerzos, incluidas las fuerzas especiales ucranianas. También ha desplegado una gran cantidad de material, como obuses y cohetes. "Durante los seis meses que he sido destinado a Bakhmut he visto nuestra artillería trabajando con una intensidad que no había visto nunca", explicó un soldado ucraniano al diario The New York Times.

Bakhmut es una cuestión de prestigio militar y Rusia se niega a admitir una nueva derrota. Las fuerzas de Putin se han topado con una fuerte resistencia ucraniana, que no se esperaban. A pesar de que no hay ningún recuento oficial de muertos y heridos, se estima que ambos bandos han sufrido importantes pérdidas en esta batalla.

A pesar de los esfuerzos de Putin, los expertos creen que es poco probable que finalmente el ejército ruso consiga ocupar la ciudad. Las tropas se están debilitando y las municiones se están acabando. Aún así, el presidente ruso podría sacar partido de la situación haciendo de Bakhmut un agujero negro que consuma los recursos ucranianos constantemente y debilite así sus fuerzas de cara a futuras ofensivas.

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