Putin responde al nuevo ultimátum de Trump con uno de los bombardeos más mortíferos de los últimos meses
17 personas han muerto en una prisión de Zaporíjia, cinco en Dnipropetrovsk y otras cinco en Járkov
MoscúVladimir Putin hace como si sintiera llover con el anuncio de Donald Trump de acortarle el plazo para detener los combates en Ucrania antes de imponerle nuevas sanciones. Pocas horas después del nuevo ultimátum, el ejército ruso lanzó uno de los ataques aéreos más letales de los últimos meses. Primero, contra una cárcel de la región ucraniana de Zaporíjia, que ha causado 17 muertos y al menos 82 heridos, después, contra la región de Dnipropetrovsk, donde otras cinco personas han perdido la vida, y finalmente, alrededor del mediodía, en la región de Járkov, donde han muerto otros cinco.
En el centro penitenciario de Bilenkivska, todas las víctimas han sido reclusos. Las bombas guiadas han destruido el comedor de la cárcel y dañaron los edificios administrativos, además de las casas de alrededor. La justicia ucraniana ha calificado el ataque de "crimen de guerra" puesto que se trata de una infraestructura civil. Sin embargo, el Kremlin se ha sacudido su responsabilidad afirmando, como hace habitualmente, que "el ejército ruso no ataca objetivos civiles, sino militares".
En Dnipropetrovsk, los misiles rusos han impactado contra un hospital, en Kamianské, y han muerto tres personas, entre ellas una mujer embarazada de 23 años, según ha informado el propio Volodímir Zelenski. Mientras que en Járkov, en el pueblo de Novoplatonivka, las bombas han caído sobre una tienda donde algunas personas habían ido a buscar agua porque en el municipio no tienen suministro. En total, 27 fallecidos en cerca de 12 horas, y más de un centenar de heridos.
El líder ucraniano asegura que "acoge con satisfacción los esfuerzos del presidente Trump y su determinación por lograr la paz", pero cree que los últimos ataques "demuestran que Moscú merece una presión de sanciones muy dura, realmente dolorosa y, por tanto, justa y efectiva" que le obligue a "parar".
El lunes, el presidente de Estados Unidos se mostró de nuevo molesto con la falta de voluntad de Putin por frenar los bombardeos y fijó un nuevo ultimátum de 10 o 12 días antes de imponer aranceles del 100% a las importaciones rusas y sanciones a los países que compren petróleo.
El Kremlin menosprecia la amenaza
El Kremlin no sólo ha demostrado que menosprecia el gesto de Trump por la vía de los hechos, sino también por la de las palabras. Su portavoz, Dmitri Peskov, se limitó a responder que "han tomado nota" y ha añadido que "la operación militar especial continúa". Y ha añadido una frase que repite día sí, día también: "Seguimos comprometidos con el proceso de paz para llegar a un acuerdo en Ucrania y velar por nuestros intereses".
Además, las voces políticas más duras del entorno del gobierno ruso han alzado la voz contra el presidente de EEUU. El expresidente ruso Dmitri Medvedev escribía en Telegram: "Trump debería recordar dos cosas: Rusia no es Israel, ni siquiera Irán. Y cada nuevo ultimátum es una amenaza y un paso hacia la guerra. No entre Rusia y Ucrania, sino con su país".
La prensa afín da por hecho que Putin mantendrá intacto sus planes en Ucrania. En el diario Izvedia, Bogdan Bezpalko, miembro del Consejo de Relaciones Interétnicas, apunta que "Moscú se lo está tomando con calma" y que "ya no se tomaron en serio el ultimátum de 50 días". Y sigue: "Ya nos hemos acostumbrado a estas declaraciones y no las aceptamos, este ultimátum no añade nada nuevo".
Al Komsomolskaya Pravda, el periodista Andrei Baránov escribe: "Nadie en Rusia pretendía aceptar el ultimátum estadounidense. Sería naif pensar que Moscú detendría su avance en los nuevos territorios que ahora son parte de Rusia hasta la liberación total". Y añade: "Su concepto de paz a través de la fuerza puede ser adecuado para resolver conflictos regionales de menor importancia e intensidad, pero aplicarlo en Rusia puede llevar a una guerra mundial terrorífica que el propio Donald desea evitar".
Según el Moskvoski Komsomoletes, la decisión del líder de la Casa Blanca está directamente relacionada con el acuerdo entre la Unión Europea y Estados Unidos por unos aranceles del 15%. Uno de los columnistas de cabecera del diario, Mijail Rostovski, considera que Bruselas "ha comprado" Washington. "No sólo puedes ser amigo de alguien, también puedes ser amigo contra alguien, y éste alguien es Rusia", escribe.
Los expertos también opinan que Trump no se atreverá a aplicar sanciones a los estados que compran petróleo ruso porque eso, de rebote, podría hacer disparar el precio mundial de los carburantes y, por tanto, perjudicar gravemente a la economía norteamericana. ha recuperado la tendencia positiva.