Putin planta Zelenski y agua las conversaciones de Turquía

El presidente ucraniano se encontrará con Erdogan mientras la UE aprueba nuevas sanciones contra Rusia

El presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, en una rueda de prensa en Kiiv
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Moscú / BruselasMedio mundo estaba pendiente de Vladimir Putin y el presidente ruso ha esperado hasta última hora para confirmar lo que todo el mundo intuía: que este jueves no estará en Estambul para reunirse con Volodímir Zelenski, tal y como el presidente ucraniano le había propuesto. Putin no considera a Zelenski un interlocutor válido y propuso unas negociaciones directas con Kiiv sólo para satisfacer a Donald Trump, pero el líder ucraniano le dejó en fuera de juego doblando la apuesta.

De nada ha servido la presión del presidente de Estados Unidos, que este miércoles había vuelto a esconder con la posibilidad de volar a Estambul "para salvar vidas", ni tampoco la escala en Moscú del presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, que ha tenido que conformarse con una llamada telefónica negociar en persona.

La delegación rusa no estará integrada por ninguno de los negociadores habituales con Estados Unidos: no estará el ministro de Exteriores, Sergei Lavrov, ni el asesor presidencial Yuri Ushákov, ni el director del fondo soberano ruso, Kirill Dmitriev. La formarán segundas espadas y, por tanto, ya de entrada, el Kremlin agua cualquier expectativa de acuerdo. La persona que le encabezará es Vladimir Medinski, ex ministro de Cultura, encargado de reescribir los libros de historia según los dogmas del gobierno ruso, y que ya capitaneó la delegación rusa en las conversaciones de Estambul de marzo de 2022, las últimas negociaciones entre Rusia y Ucrania.

Su designación es un mensaje en Kiiv, pero también en Washington. Rusia pretende enterrar el plan de paz estadounidense discutido hace unas semanas porque cree que puede conseguir más y no espera realizar ninguna concesión a Turquía. Desde que Putin propuso las conversaciones directas, el entorno del Kremlin se ha esforzado en dejar claro que el punto de partida deberían ser los documentos discutidos precisamente en Estambul hace tres años. Eso sí, "teniendo en cuenta la situación real sobre el terreno", es decir, sumando el reconocimiento de los territorios ucranianos ocupados como rusos.

Entonces Ucrania aceptó un estatus neutral, la no adhesión a la OTAN o la renuncia a recuperar Crimea por la fuerza. En cambio, no hubo acuerdo sobre cuánto debería reducirse el ejército ucraniano (Rusia pretendía que tuviera menos de 100.000 soldados) y, sobre todo, no se llegó a ningún consenso sobre las garantías de seguridad, una cuestión primordial en caso de que Ucrania hubiera aceptado ver reducida su capacidad de defensa.

La prensa oficialista rusa encuentra coherente la elección de Putin con el argumento de que, antes de celebrar reuniones al más alto nivel, es necesario un trabajo preliminar, que es el que se prevé realizar en Estambul con Medinski y otros cargos de segunda fila. Pero lo más probable es que Kiiv, que había desplazado hasta Turquía a su presidente, además de asesores de alto nivel y al ministro de Exteriores, considere el gesto ruso como un desprecio.

La incógnita es cómo reaccionará la delegación estadounidense, que al fin y al cabo es quien juzgará los esfuerzos de unos y otros por avanzar en el diálogo. Estados Unidos ha anunciado que no viajarían a Estambul hasta el viernes y que estarían representados por el secretario de Estado, Marco Rubio, y el enviado especial Steve Witkoff, dejando en el aire si estaría el otro enviado especial, Keith Kellogg, considerado muy cercano a Kiiv.

Las posiciones de ambos bandos están muy alejadas y han llegado a la mesa de negociaciones como resultado de una competición entre unos y otros para presentarse como los más dispuestos a la paz, no por una voluntad real de diálogo. Antes de conocer la composición de la delegación rusa, las esperanzas depositadas en estas conversaciones eran mínimas. Luego, son del todo nulas.

Nuevas sanciones

Para Zelenski, el punto de partida debería ser un alto el fuego de al menos 30 días. Los líderes europeos habían avisado a Vladímir Putin que, si no accedía este lunes, la Unión Europea incrementaría las sanciones contra el régimen ruso. Dicho y hecho. flota fantasma de Moscú, que son barcos que se dedican a transportar petróleo evitando las sanciones europeas.

Según informan fuentes diplomáticas europeas, la Unión Europea también ha acordado ampliar las restricciones a unas 30 empresas que se dedican a esquivar las anteriores sanciones comunitarias, ya 75 entidades e individuos directamente implicados en la industria armamentista y el ejército ruso. De momento, el bloque comunitario ha evitado incluir la prohibición en los estados miembros de comprar gas natural licuado (GNL) en Rusia.

De hecho, el global de la UE ha importado 23.000 millones de GNL del régimen de Putin, una cantidad superior a la ayuda militar y financiera que ha destinado a Ucrania. Por eso, Bruselas ha propuesto reducir la compra de combustibles fósiles hasta que en el 2027 ya no importen nada. Cabe recordar que España es el segundo país de la UE que más adquiere y sólo lo supera Francia.

Pese a que Hungría y Eslovaquia han permitido la aprobación de este paquete de sanciones, la UE teme que bloqueen la renovación de todas las restricciones europeas contra Rusia que se aplican desde el inicio de la guerra de Ucrania.

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