En lo que sí que trabajan más consensuadamente los Veintisiete es en la ampliación del actual marco de sanciones europeo para poder incluir a las aerolíneas u otras entidades o personas relacionadas con el traslado de personas a la frontera. Esto es lo que aprobarán el lunes los ministros de Exteriores de la UE en una reunión que mantendrán en Bruselas. Se dotarán del "marco legal" adecuado para poder ampliar el foco de las represalias. Después, en las "próximas semanas", según una segunda fuente diplomática, se aprobará la nueva lista de entidades y personas sancionadas, que supondrá la quinta ronda de sanciones. "Somos conscientes de que hay urgencia, pero es una cuestión que necesita tiempo", ha dicho la misma fuente citada anteriormente.
Turquía prohíbe a los refugiados sirios e iraquíes volar a Bielorrusia
La Comisión Europea asegura que la presión sobre las compañías aéreas en los países de origen "comienza a dar frutos"
Bruselas / BarcelonaLos refugiados sirios, iraquíes y yemeníes que están en Turquía ya no podrán continuar comprando vuelos para viajar hasta Minsk (Bielorrusia). Lo ha anunciado este viernes la autoridad de aviación civil turca en pleno pulso con la UE del régimen de Bielorrusia, que ha llevado a miles de refugiados a la frontera con Polonia. Hace días que las autoridades comunitarias amenazan con sancionar a las compañías aéreas que cedían aviones a la aerolínea estatal bielorrusa, Belavia, para fletar todos estos vuelos y la Comisión Europea se ha volcado en los contactos con los países y aerolíneas implicadas para pararlos. También la aerolínea insignia de Irak, otra de las principales rutas, se ha comprometido.
Bruselas había acusado a Turquía y a su principal aerolínea, Turkish Airlines, de contribuir al flujo de llegadas, cosa que Ankara niega. "En relación con las llegadas ilegales a la frontera entre la UE y Bielorrusia, se ha decidido que los ciudadanos de Irak, Siria y Yemen que quieran viajar a Bielorrusia desde los aeropuertos de nuestro país no puedan comprar billetes y no se les deje embarcar en los aviones", ha dicho en un tuit la autoridad del transporte aéreo turca. Se cierra así una de las principales puertas de entrada de los refugiados a Bielorrusia.
De hecho, en los últimos días los precios de los vuelos entre Estambul y Minsk ya se habían disparado hasta superar los mil euros, un trayecto que habitualmente puede costar menos de 200. En un comunicado en su página web, la compañía estatal Belavia se ha hecho eco de la medida y dice que devolverá el importe de los billetes sin penalización.
En la Unión Europea, este paso se interpreta como una prueba de que su tarea diplomática empieza a "dar frutos". Según ha explicado la portavoz del ejecutivo comunitario, Dana Spinant, la aerolínea insignia de Irak se ha comprometido a suspender los vuelos a Minsk, mientras que de Turkish Airlines, la aerolínea principal de Turquía, Bruselas ha obtenido la garantía de que no venderá más vuelos desde Turquía a Minsk y que no se permitirá a las aerolíneas de Bielorrusia utilizar la red del país.
"Continuamos trabajando con el sector aéreo para prevenir el tráfico de personas a la frontera", ha reiterado Spinant, que también ha explicado que sobre la mesa está la opción de crear una "lista negra" de aerolíneas que no acepten cooperar. Pero no se da el conflicto por resuelto. Desde Bruselas, se están "monitorizando" a más de una treintena de países para mirar de cortar estas rutas y frenar la llegada de personas a las fronteras europeas con Bielorrusia.
En toda esta tarea, la cara visible de Bruselas es el vicepresidente para la Promoción del Estilo de Vida Europeo, Margaritis Schinas, que ha viajado este viernes a Beirut, desde donde ha asegurado que se tiene que parar "la instrumentalización sin escrúpulos de la gente por parte del régimen de Lukashenko". Schinas se ha mostrado optimista: "se están produciendo cambios", ha dicho antes de celebrar las decisiones de Turquía e Irak, además de la cooperación de los Emiratos Árabes que obtuvo el jueves. "Debemos construir una coalición internacional en contra del uso de las personas como herramientas políticas", ha sentenciado.
Más dinero para las fronteras
Desde el punto de vista humanitario, Bruselas –que se refiere constantemente a esta crisis con un lenguaje bélico con calificativos como "ataque híbrido"– ha celebrado que se haya dado acceso a la frontera bielorrusa a personal de las Naciones Unidas. "Estamos en contacto con la Cruz Roja para buscar maneras de apoyarles a la hora de ayudar a las personas atrapadas en la frontera", ha explicado la portavoz del ejecutivo. Según la Organización Mundial de la Salud, un 60% de las personas que están atrapadas en la frontera necesitan atención médica.
Centenares de personas malviven ahora mismo en tiendas bajo bajas temperaturas en los bosques que separan Bielorrusia y Polonia, que ha establecido una zona militarizada de tres kilómetros en la frontera para vallar el paso a los refugiados y tampoco permite el acceso de la prensa. De hecho, la crisis en las fronteras europeas con Bielorrusia ha hecho reavivar el debate sobre la fortaleza Europa. Los tres países implicados lideran la petición de hasta una docena de socios europeos que quieren que la UE destine fondos comunitarios para financiar la construcción de nuevos muros y alambradas en las fronteras externas, un extremo que la Comisión Europea y varios países rechazan de pleno.
El presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, se abrió esta semana desde Varsovia y accedió a ponerlo sobre la mesa de los líderes, pero una fuente diplomática criticaba este viernes que algunos países quieran aprovechar el momento para reavivar este "debate político" y se mostraban claramente escépticas a que este debate llegue a algún lugar. Pero de momento Bruselas ha puesto las cifras sobre la mesa. Entre 2021 y 2027 destinará 12.800 millones de euros para financiar "infraestructura" en las fronteras exteriores. De estos, 6.400 millones se destinarán a la gestión de fronteras y de visados y otros 6.400 se destinan a la expansión de Frontex, que tiene que llegar a tener 10.000 guardias fronterizos. Para las mismas tareas, entre 2014 y 2020 (el actual periodo presupuestario) se habían destinado 2.800 millones de euros, una cifra muy menor a la proyectada para los próximos años.