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Que se aclaren: ¿carcelera o salvadora?

28/02/2025
2 min
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La alegría va por barrios y las emergencias habitacionales también. Pueden preguntarle a Jéssica R., la expareja del ministro Ábalos, que residió durante dos años y medio en un bonito piso que costaba 2.700 euros al mes sin tener que abonar un solo euro. También fue contratada por una empresa de la que cobraba sin tener que tomarse la molestia de ir a trabajar. Claro, el olor que desprende el caso es sideral. El jueves Jéssica R. declaró en el juzgado y es curioso cómo ni siquiera los medios de derechas se ponen de acuerdo en lo ocurrido. El Mundo parece que lo tiene claro y titula: "La declaración de Jéssica R. acerca Ábalos a la cárcel: «Me dijo que escogiera un piso y escogí uno cerca de Ferraz»". En el subtítulo se destaca que "fue él quien le proporcionó el piso de lujo pagado por un empresario" y al diario ya solo le queda tirar la llave de la celda en el río. En cambio, en La Razón lo explican muy distinto: "La expareja de Ábalos le protege al Supremo [...] y asegura que no sabía quién pagaba el piso". ¿En qué quedamos? ¿Le exculpa o le condena? ElAbc desempata y también cree que Jéssica R. trata de proteger –hasta donde es protegible, que no parece mucho– quien fue número 3 del PSOE.

El exministro Ábalos en una imagen de archivo.

Mientras, El País lleva el asunto a un módulo discreto, cuyo titular desvía el foco: "La expareja de Abalos dice que nunca pisó las empresas públicas que la ficharon". Dicho así, parece que el tema sea el absentismo laboral de Jéssica R., cuando lo que canta aquí es que a alguien le pongan pisos gratis y la contraten –¿a cambio de qué?– sin tener que currar. La lástima es que el asunto de la corrupción está tan mediatizado por los medios que lo son de parte que es imposible acordar un relato único, en el que una misma persona no inculpe y disculpe a un exministro según las flacas de cada diario.

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