Los incondicionales de las comedias románticas tienen una nueva oferta en las plataformas. The lovers es una serie corta, ágil y efectiva que encontrará en SkyShowtime (también está disponible en Movistar+ gracias a un acuerdo entre los dos servicios). Seis capítulos de veinticinco minutos que ponen a prueba el amor de una pareja que se conoce de forma bastante rocambolesca. De hecho, como historia es inevitable considerar que es más bien inverosímil, pero seguramente es una característica inherente a la comedia romántica. Los protagonistas son Janet y Seamus. Ella trabaja en un supermercado de Belfast. El marido le ha dejado por otra mujer, es malcarada en el trabajo y no tiene ningún aliciente vital. Él es periodista, una estrellita televisiva especializada en política que está saboreando los primeros mordiscos de la fama, que siempre son los más dulces. Es egocéntrico, tiene una novia guapa y famosa y su prioridad es su carrera profesional. La cadena donde trabaja Seamus la enviará a Irlanda del Norte para grabar algunos programas especiales. Al igual que en la serie Starstruck, volvemos a encontrarnos con una relación entre un chico famoso y una chica de vida sencilla, pero en The lovers la singularidad es que, frente a los obstáculos que dificultan la relación, la pareja decidirá convertirse en amantes y mantener en secreto la relación. Sin embargo, en este punto el espectador bregado en múltiples comedias sentimentales puede detectar fácilmente que esto sólo es un atajo para llegar al lugar de siempre. Sabe que el pragmatismo inicial de la pareja, más sexual que romántico, va a cambiar en algún momento de dirección. Quizás el gran defecto de la serie es que todo se resuelve demasiado rápido y con una practicidad más humana que televisiva. También trata con algo de frivolidad unos supuestos problemas de salud mental añadidos para justificar decisiones de los personajes algo forzadas, más que para aportar un mensaje de fondo a la ficción. También juegan con mucha debilidad la carta de la pareja oficial de Seamus, Frankie, la novia engañada. Es un personaje positivo y entrañable para el espectador para sobredimensionar los impedimentos de la pareja y la tensión narrativa, pero como todos los conflictos resultará efímero. La burla jodida sobre el valor de la fama y la presión que genera es, seguramente, la carta que mejor sabe jugar la serie.
La serie flirtea hábilmente con el choque cultural entre Irlanda del Norte e Inglaterra, incluso con guiños que solo captan los autóctonos. Pero la clave argumental aparece cuando emerge el pasado del conflicto político norirlandés, la carga ideológica y social y las secuelas emocionales del terrorismo. The lovers combina, por tanto, drama y comedia. El drama te deja algo frío. Quizás desde el punto de vista estrictamente norirlandés o británico tenga más implicaciones de las que consideramos desde nuestra perspectiva. Pero la comedia es placentera. Existe ingenio en los diálogos y habilidad para crear situaciones violentas o ridículas que proporcionan las sensaciones que la audiencia espera en este tipo de series. Y esto ya es una razón suficiente para quienes solo buscan entretenerse con una comedia romántica.
