El asalto de Musk para controlar el conocimiento global

11/02/2025
Jefe de Media
2 min

La oferta de 44.000 millones de dólares por Twitter –en paz descanse– hizo poner los ojos en blanco a todos. Ahora, Musk ofrece 97.400, que son más del doble. Y más del doble debería ser la preocupación ciudadana ante la perspectiva de que ChatGPT pase a manos del hombre más rico del mundo, y probablemente el más megalómano. Hay que tener claro que Musk no quiere comprar una tecnología –que podría desarrollar él sin demasiados problemas– sino que aspira a quedarse con el genérico de la inteligencia artificial. En los últimos veinte años, Google ha sido la gran entrada de la mayoría de la humanidad en internet: le hacías preguntas y te ofrecía unos resultados que debías visitar. Por tanto, sabías qué fuente correspondía a cada contenido.

Elón Musk.

ChatGPT funciona de forma mucho más opaca: te da una respuesta y no te explica cómo ha llegado, así que quien controla su algoritmo tiene una capacidad fuera de toda medida para determinar qué dictamina la IA que es verdad o mentira. Que esa persona sea Elon Musk, viendo el precedente de lo que ha hecho con Twitter y el odio que profesa en Wikipedia, da ganas de huir a Marte... si no fuera, claro, que ni siquiera así uno puede escapar de la influencia de quien se está convirtiendo en una especie de megaeditor de alcance global que haría temblar a George Orwell. Observo en las generaciones más jóvenes una tendencia a sustituir a los buscadores por las herramientas de inteligencia artificial. Es preocupante porque sin la trazabilidad es imposible contrastar y ponderar las fuentes. Algunas aplicaciones las citan opcionalmente, pero la mayoría no: evidenciarían que hacen su negocio a partir de contenidos creados –y pagados– por los demás. En cualquier caso, democratizar el conocimiento seguro que no puede pasar por concentrar tanto poder en unas solas manos.

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